Capítulo 20 - Pillowtalk

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Dicen que cuando alguien te mira fijo mientras duermes, te despiertas inmediatamente

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Dicen que cuando alguien te mira fijo mientras duermes, te despiertas inmediatamente. Déjenme decirles que aquella mañana pude comprobar cuánta verdad hay detrás de ese dicho.

Alcé los párpados de forma abrupta y salté del sofá con el corazón latiendo fuera del control. Ahogué un grito cuando mis ojos dieron con una figura alta, delgada, descalza, desaliñada y greñuda. Su rostro quedaba casi completamente oculto por culpa del espeso cabello que lo enmarcaba como dos cortinas oscuras.

¡Willa! —exclamé llevándome una mano al pecho, buscando calmar un poco a mi desbocado corazón—. ¡Casi me matas del susto! ¿Qué haces parada ahí? ¡Pareces la niña de El Aro!

—Lo lamento —dijo ella, con una voz pastosa y pausada que no parecía ser suya—, pero creo... que me voy a morir. —Y tras decir eso corrió al baño, desde donde me llegó el sonido que hizo al vomitar. Esbocé una mueca de asco y recién entonces noté la luz solar que se colaba por los límites de las cortinas block out. Me acerqué a abrirlas y percibí un gemido quejoso proveniente del sofá en el que había estado durmiendo. Carter se puso una almohada en la cabeza y cruzó los brazos sobre ella.

—Es temprano —le oí decir.

—No, no lo es —le respondí, echándole un vistazo al reloj de pared—. Son casi la nueve de la mañana.

Es temprano —repitió Carter—. Es sábado, deberíamos poder dormir un poco más.

—Willa ya se despertó —le informé, y justo después de decir eso, la chica volvió a aparecer en la sala, un poco más pálida que antes pero de mejor humor.

—Ahora sí: ¡buenos días! —saludó alegremente. Conocía la sensación de bienestar que llegaba después de vomitar todas las porquerías que habías bebido horas atrás. Me había emborrachado pocas veces, pero sabía que expulsarlo todo era mejor que dejarlo dando vueltas adentro.

—¿Qué hace Eli aquí? —me preguntó, señalando con un gesto de la cabeza el pasillo que llevaba a mi dormitorio. Se apartó el cabello del rostro, dejando ver su delineado negro que se había corrido hasta otorgarle la apariencia de un mapache, y frunció el ceño mientras estiraba el cuello para echar un vistazo al sofá—. ¿Ese es Carter?

—Estamos aquí porque anoche se te ocurrió desmayarte en este mismo apartamento y creímos que sería una buena oportunidad para hacer una pijamada todos juntos —respondió la voz de Eli desde el pasillo. Oí sus pasos acercándose y dos segundos después apareció de pie junto a Willa. Una sonrisa que Josh habría descripto como «perversa» curvó los rosados labios de la muchacha.

—¿Así que nos divertimos los cuatro anoche? —inquirió, mirándolo a él y luego a mí—. ¿O por lo menos ustedes tres?

¡No! —respondí yo automáticamente, alzando la voz más de lo que había deseado hacerlo—. No... Carter y yo pasamos la noche aquí, en la sala. Y solo dormimos —sentí la necesidad de aclarar.

Sin Sin Sin© /// COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora