Capítulo 26

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-Buenas tardes a todos. Y bienvenidos a Pêssego. - dijo una mujer, apenas Juliana entró al restaurant-. Mi nombre es Vianney, soy la souschef del lugar y hoy me encargaré de mostrarles cómo funciona todo aquí.

Juliana y el resto de los empleados la siguieron por todos lados, la bodega, la despensa y la cocina. Al no ver a nadie allí, la morena le preguntó.

-¿Y tú eres la dueña de todo?

-Sólo me encargo de ser souschef. Ustedes que son mozos sólo se encargarán de atender al público, anotan los pedidos y me los dan así yo, a través de esta ventana lo paso a la cocina.

-¿Nadie puede entrar en la cocina?- preguntó uno de los chicos.

-No. Solamente las dueñas, que son las cocineras. Para el resto, nadie nunca entra en la cocina.

-¿Y los platos sucios? ¿O los pedidos equivocados?

-Se los dan a Adán. - respondió Vianney presentando a su compañero.

-Yo me encargaré de mandarlos a la cocina y de lavarlos. - dijo el chico rubio.

-Así que ya saben qué deben hacer, ahora a trabajar.

Todos empezaron a atender a las personas, llevaban y traían platos, repartían menúes, tomaban órdenes y entregaban la cuenta. De vez en cuando, Juliana se asomaba por la ventana de la cocina, quería saber para quién trabajaba y si algún día podría llegar a conocerla.

-Querida. - llamó su atención una señora en una de las mesas- ¿Podría pedirte que me cambiaran el plato? Necesito comer sin sal.

-Cómo no, ya se lo cambio señora. Disculpe.

Juliana se lo llevó a Adán, pero no se encontraba en su puesto. Tampoco Vianney se asomaba por la cocina, así que decidió meterse.

Mientras tanto, en la cocina Lucrecia se encontraba preparando los postres.

-Ya me falta poco y puedes dárselos a Adán para que los lleve a la barra. - dijo mientras rellenaba un flan con crema, algo que Valentina aprovechó para ensuciar su nariz-. Oye. - Lucrecia agarró un poco de la crema y la manchó en la cara haciendo que la castaña riera al igual que ella-. Tenemos que entregar los platos...

-Pero falta decorar un postre...- dijo Valentina llevándose un dedo de crema a la boca, para luego besarla. Pero fueron interrumpidas por un ruido muy fuerte.

-Lo siento...

-¿Qué estás haciendo aquí?- le preguntó la castaña a Juliana.

-¿Tú qué haces aquí?

-Soy la dueña de este lugar.

-Me contrataron como mesera...

-Creo...- dijo Lucrecia mirándolas-. Que las dejaré solas.

Se sacó el gorro y la chaqueta de chef, y fue a atender a los clientes. Una vez solas, Valentina le volvió a preguntar.

-¿Buscas algo?

-Necesito cambiar un plato. La señora dice que tiene demasiada sal...

-Bueno déjalo. - le dijo preparando todo para cocinar-. Ya puedes irte, si no tienes nada más que hacer.

La morena se dio la vuelta para salir, pero entonces le dijo.

-Para que sepas, sí tengo algo que hacer. Y no sé cómo.

-Ya te expliqué las cosas Juliana...

-Pero no fuiste capaz de decírmelo en persona. Sino que huiste.

Road Trip (Juliantina AU) - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora