XLIX

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Perfect
Ed Sheeran

Eh quedado con Jughead en vernos

En la misma banca de siempre, en el mismo parque de siempre.

No, nunca lo admitiré frente a él, o mucho menos Cheryl, pero me pasé 20 valiosos minutos de mi vida buscando ropa mínimamente decente.

Y no, tampoco admitiré que estoy algo nerviosa.

Menos lo que planeo hacer.

Me eché un último vistazo al espejo, comprobando que me vea bien. Llevo puesto un vestido azul de tirantes arriba de la rodilla con una blusa blanca de manga larga debajo y tenis y pelo suelto.

Sonreí satisfecha (cosa que nunca admitiría frente a Cheryl; que me gustó al vestido que me regaló por Navidad) y salí de la casa tomando mi abrigo.

Llegué y me senté en la banca, poco después llegó él

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Llegué y me senté en la banca, poco después llegó él.

Mis manos comenzaron a sudar un poco en cuanto lo ví.

¿Es legal ser tan lindo?

Llegó a mí con una sonrisa, luego de despedirse de Verónica.

No pude con mi propio impulso y, en lugar de saludarlo como una persona normal lo haría, lo jalé de su gran suéter azul clarito, trayendolo a mí y estampe mis labios con los suyos.

Nos separamos y noto su cara rojita.

Reí.

—te vez lindo sonrojado.

Se sonrojó un poco más e hizo un puchero.

—gracias. —apenas lo oí. Se sentó a mi lado y me recorrió con la mirada— Te ves... Genial.

—lo sé —sonreí—. Tú igual.

Aunque su vestimenta no es nada fuera de lo común en él, se ve especialmente lindo.

Ese suéter azul clarito es del mismo color de sus ojos y lo hace ver un poco más pálido de lo que ya es. Y ese gorrito de lana en su cabeza le da su propio toque.

—Ven. Acércate más a mí. —El lo hizo, recargando su cabeza en mi hombro y yo acaricié su pelo. Es suave.— ¿Quieres oír música?

—si.

Saqué mi celular y los audífonos.

Busqué la última playlist que cree y la puse.

Se puso el audífono y sonrió.

—21 guns, de Green day— Asentí—. Esa es...

—la primera canción que oímos juntos —murmuré apenada.

—no creí que lo recordaras —admitió en voz baja.

—no puedo olvidar la primera canción que compartí con el niño molesto que siempre viene todos los días a la misma hora al parque.

Él soltó una pequeña carcajada y sonreí casi (casi) embobada.

—¿Te soy sincero? Le primera vez que te ví me diste miedo —puse los ojos en blanco y él rió—. Y cuando te hablé pensé que me ibas a golpear.

—no puede ser. ¿Tan mala me crees?

—no, no, no. —Rió.

Y los siguientes segundos solo me dedique a verlo, como si fuera la obra más bella por admirar.

Y los siguientes segundos solo me dedique a verlo, como si fuera la obra más bella por admirar

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Hey.

Quiero mostrarles algo

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Son los separadores de una historia en la que estoy trabajando

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Son los separadores de una historia en la que estoy trabajando.

Solo por el título, ¿Les interesa?

Maratón 1/?

꧁ᴍᴜɴ̃ᴇᴄᴀs Rᴏᴛᴀs꧂ (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora