Una hora, o talvez dos

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Ya era mediodía y era hora de que nuestro felino de tres ojos partiera para ver si encontraba de aquel pato llamado Clauneck o mínimo reencontrarse con aquellos trillizos.

Principalmente su plan era irse antes del mediodía pero se entretuvo jugando Knucklebones con Ratau quién no le daba un minuto de respiro.

Esa rata no le dejo ganar en ninguna ronda y el gato por orgullo estuvo cerca de apostar su propia vida con tal de no irse con las manos vacías o almenos ver en esa anciana rata una reacción de disgusto al perder.

Ninguna de las dos resultó exitosa para el y para peor se dio cuenta hasta más tarde que su obsesión por ganar nunca se satisfacía ni con un juego tan básico.

Almenos ya había aprendido a soltar el vicio y supo que la mejor decisión era dejarse perder, a fin de cuentas no había ganado ni una ronda.

Narinder ya solo estaba revisando si le hacía falta algo en su maletín y de paso que tanto la Lince le había metido dentro para que fuera algo pesada.

Lo que más abarcaba eran alimentos como carnes y bayas, varias hojas blancas, un lápiz, flores Camellia, un farol, cerillos y una navaja, lo común, excepto por las hojas.

¿Para que necesitaría de hojas?

¿Le empacó eso para que dibujara si se aburría en algún momento?

Almenos de algo debían de ser necesarias, talvez.

Ya todo estaba listo, maleta, gusanito y guadaña, nada más hacía falta, solo despedirse.

Pero algo le impedía hacerlo...

Aún no encontraba las palabras perfectas para agradecerles por la hospitalidad, era ¿Vergonzoso?

Jamás se le había pasado por la cabeza que algún día tendría que dar la cara con personas que hace años eran sus servidores, servidores que les creo un camino de puro dolor e injusticia, pero ahora...

Después de todo, vivían sus últimos años con paz, lo perdonaron sin tanto rodeo y ¿Eso era todo?

¿Por qué lo hacían en primer lugar?

No lo merecía, entre los dos pudieron haberlo asesinado, hecho pasar por las mismas cosas que el les hizo hacer, pero en vez de eso solo dejaron pasar el tema como si nada.

¿Desde cuándo sentía que no debía merecer algo?

Eso y más, era la primera vez que no se limitaba a solo recibir.

Cuando eres un Dios tu recibes el amor incondicional de un millón de extraños, pero un mortal solo te ofrecerá sin nada a cambio.

Ahora como explicarle a este felino que las cosas funcionan de esta manera.

Recibir produce felicidad

¿Pero el dar que te provee?

Un gato, es curioso, y las preguntas estaban a mil en un mal momento, sin darse cuenta, por su nerviosismo estuvo jalando de su capucha de un lado a otro sin parar desde un buen rato.

Estático en un solo lugar donde las ratas solo lo miraban extrañados.

Hubiera seguido así sino fuera porque el gusanito comenzó a dar varios saltitos frente a Narinder para llamar su atención.

El gato reaccionó y volvió con las ratas para carraspear un poco a que lo miraren.

Pero más que hablar solo termino ahogándose con su propia saliva cuando justo iba a decir algo.

N[] €ontadø (Cult Of The Lamb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora