no lo permitiré

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Bill había disfrutado de una buena noche, apesar de no necesitarlo aprovecho el tiempo para descansar y enredarse entre todas las prendas que Dipper había llevado. Su rostro se ruborizo al sentir el olor del castaño entre las prendas que tenía puesto. No lo admitirá pero le encantaba resfregarse en tan maravillosa feromona.

Salió de la tienda y escaló su estatua, desde ahi pudo observar el paisaje y por más extraño que sea, disfruto de la vista, es más se sentía tan bien, tan... feliz.

Las horas fueron pasando, Bill se encontraba embrocado en el suelo, intentando que el nogmo quitará el cabello de unicornio.  Pero este era tan tonto que sólo se paseaba  a su alrededor, con frustración sacó sus filosos comillos y rugio asustando al pequeño ser.

Su gesti cambio a uno de aburrimiento sólto un bufo, vio nuevamente la tienda, no dudo en entrar y recostarse en tan cómodo lugar.

A lo lejos escucho como los pasos de alguien se acercaba, ya era muy tarde como para que un lunático caminaaa por el bosque, pero recordó que si  había alguien igual de loco que él, una sonrisa aparecio en su rostro, salió de la tienda. Su sonrisa arrogante y su comentario sin sentido quedó en el aire, al ver al castaño demacrado y apagado, por así decirlo

Lo que vio no parecia ser el chico que llegó el día anterior para hacerle una tienda. Es más desde donde se encontraba podía sentir la  penumbra que lo acompañaba

Su rostro pálido y sus ojos hinchados, esa era la imagen que últimamente ha tenido del castaño y no le agradaba, no soportaba eso y más ahora que fe verdad parecía que colapsaba.

-¿que sucede?- pregunto con disgusto, no le  agradaba verlo de esa manera.

No hubo respuesta, el muchacho parecía estar perdido en su laguna  mental. Su mirada había perdido el  tan poco brillo que pudo apreciar hace poco y realmente eso no le agradó. - hey, niño responde cuanto te hablan- ninguna reacción.  Cruzó sus brazos y su pie se movía con impaciencia - ayer parecías ser alguien diferente a lo que eres ahora, tantos problemas en casa- su cabello se tiñó de rojo al ver que era ignorado por el menor. Sus dientes se estrujaron por la fuerza que recibían.

Nuevamente ese sentimiento de impotencia lo asfixiaba, odiaba sentirse inferior y no poder solucionar el problema

De pronto Dipper levantó la mirada, notando al fin el lugar donde se encontraba. Su rostro de confucion lo decía todo. Sus miradas  se cruzaron, Dipper se arrodilló en el suelo, Bill se sorprendió pero al instante lo disimulo

El cuerpo de Dipper temblaba ante él, quiso acercarse pero, la maldita barrera se lo impedía.

- hagamos un trato - mencionó Dipper sorprendiendo nuevamente a Bill, no queriendo darle más vueltas al asunto pregunto:

-¿que clase de trato?- no habia razones pero se sentia molesto, no estaba deacuerdo con lo que estaba pasando, algo le decía que nada bueno iba a venir con ese dichoso trato

- es algo simple- Dipper inclinó la cabeza se sentía mareado- ya no soporto esto, y no soy capaz de hacerlo por mi mismo- tras cada palabra Bill perdia la paciencia, no le agradaba la situación, sus instintos le gritaban que detenga al menor por otro lado también quería saber que propondría el muchacho-  quítame  la vida- dijo después de meditarlo por unos segundos. Dipper levantó la mirada encontrándose con las de Bill

Bill empuño sus manos ante las palabras de Dipper, se estremeció al escucharlo, sus colmillos salieron y su furia aumento- ¿que? - quiso preguntar pero Dipper continuó

- Quiero desaparecer para toda la eternidad - finalizó sin quitar la mirada del rubio.

Bill quedó mudo, no sabía como reaccionar, no lograba comprende el deseo que le pedían y era obvio que no quería ser parte del trato

Tu Eres Mi Salvación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora