Para cada verano Bill lograba reunir la energía suficiente como para poder ver a los gemelos menores regresar a Gravitty Falls.
Bill se encontraba sentado sobre la rama de un frondoso pino, su vista se encontraba fija en la cabaña del misterio debido a su apariencia débil no era detectado por las máquinas de Stanford. Era de gran ventaja sin embargo no lograba ingresar a la choza debido al cabello de unicornio.
Que haya cruzado el escudo que rodeaba su cuerpo empedrado
no significaba que pueda abusar de su poder y cruzar otro escudo.Lo miserable de estar débil.
Mientras disfrutaba de la poca libertad que obtenía, vigilaba muy atentamente las acciones de sus enemigos, reía a carcajadas al ver como todos bajaban la guardia al considerarlo muerto.
"Humanos ignorantes, no saben ni del porqué respiran"
Bill no se consideraba como un ser paciente, pero bien sabía que para que un plan salga a la perfección debía tomar tiempo de espera.
Para no sentir el tiempo como una eternidad, usaba cierta parte de la energía que recolectaba para unas pequeñas travesuras.
Lo extraño para él, en el primer día de verano los mocosos no habían regresado al pueblo, algo que no pasó desapercibido para él, ya que estuvo presente, aunque fantasmalmente, en el día cuando los gemelos menores habían prometido regresar cada verano.
- sería el colmo que no vengan, llevo tiempo esperando mi retorno- murmuró antes de ser absorbido por su cuerpo empedrado.
Ahora Bill se encontraba flotando al rededor de la estatua, intento pasar como lo había hecho antes, pero este se permitió ver como un escudo de color azul.
Su color amarillo pintoresco cambio a uno rojo, pues la energía que tenía era tan poca por lo que no podía transformarse en humano hasta el siguiente día.
Para evitar el aburrimiento, Bill recorría en recordar en el pasado, desde su derrota hasta lo último que pudo apreciar antes de ser encerrado.
Lo que más recordó fue la razón de su diversión, Dipper Pines, quien empezaba a tener, animo bajo.
Al principio no le disgustaba verlo así, al contrario, fue su pasatiempo favorito. Ver como pagaba consecuencias que no le correspondían le hacía olvidar que él también se encontraba en una situación vergonzosa para ser demonio.
Lo que más le llamaba la atención era como a pesar de todo, Dipper mostraba una lealtad tan grande hacia su familia, era sorprendente ver como era sometido en cuerpo, pero en alma era todo lo contrario.
¿Qué le daba esa fuerza para seguir intentando crear una fuerte conexión con su familia?
Tomó nota de lo que descubría del menor. Llegando ala conclusión de que Dipper era un ser tan puro, fuerte e inteligente y que su familia sacaba provecho de ello y eso fue lo que le llamo la atención, que mejor sensación que corromper a un ángel.
Pero ahora que recuerda tan vividamente al Pines menor, inconscientemente empezó a sentir empatía por el menor. Sentimiento que le cuesta asimilar.
Se divertía ver sufrir a todo ser que respira, es un gozo para él ver como un saco de carne pierde toda luz de esperanza y no negará que disfruto de las tragedias de Pino, ¿pero ahora que piensa en ello tiene un sentimiento desagradable?
En este momento... odia recordar como Pino, la constelación más interesante que ha descubierto se apagaba poco a poco.
Lo último que pudo recordar antes de ser exiliado fue cuando Pino sonrió después de tanto tiempo, cuando seis dedos le entregó los diarios.
- No- dijo con rabia - como recordar esto me hace sentir molesto - golpeó las paredes del escudo con fuerza, pero el último golpe le envió una descarga eléctrica, tirado en el suelo no le quedo más que esperar a que llegue la noche y recuperar energía para el siguiente día
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Tu Eres Mi Salvación
DiversosHan pasado dos veranos desde el raromagedon. Todos viven una vida pacífica olvidado la existencia de aquel demonio que poco más los destruía. La vida de los Pines cambiaron radicalmente, más la de Dipper; nuestro personaje principal quien este ver...