furia activada

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- ¿qué sucedio?- Bill se encontraba muy confundido. Pues hace unos momentos tenía a Pino entre sus brazos, sintiendo aquella calidez que nunca creyó considerar maravilloso.

Llego hasta la cabaña, de manera poco convencional se acercó a la ventana del primer piso. Ahí pudo apreciar a Dipper quien parecía discutir con sus familiares. Vio todo, escucho todo, su ojo se oscurecio al ver como seis dedos golpeaba al muchacho.

No entendía que le sucedia, se supone debería alegrarse por la tempestad que están pasando los Pines, se supone que separados podría atacarlos sin piedad ni contratiempos pero no, lo que siente es furia. Lo peor de todo es que aunque quisiera no podía intervenir, ya que ni magia tenia de puro milagro ha logrado llegar a la cabaña.

Dipper subió al segundo piso

- después me encargaré de ustedes - advirtió a las tres personas que se encontraban en la sala. Se elevó hasta llegar a la ventana de Pino.

Se esforzó el doble para poder atravesar el campo de fuerza. Dentro pudo apreciar al menor hecho bolita en la esquina de la habitación, llorando

"Quizás no me agrada que sea otro quien lo haga llorar"

Bill era conocido por lo sádico que puede llegar a ser, la idea que se le cruzó en la cabeza no parecía ser tan descabellada para él.

Observó en completo silencio como Dipper luchaba contra sus propios demonios, se energullecio al ver como evitaba ser controlado por una pequeña versión de él.

Algo que ha admirado desde el inicio es la voluntad de hierro que Dipper demostraba.

Apenas obtuvo la atención del castaño se acercó escuchando en viva voz las dolorosas palabras del menor.  Si, dolorosa fue la sensación que obtuvo al escucharlo y para evitar demostrar aquel sentimiento desconocido y no propio de él, imitó al muchacho

- genial, otro demonio- ironizó con voz burlona y fría. Vio con desafío al menor - No soy ningún "otro demonio"- enfatizó sus palabras con desagrado- Pinetre, soy el único e incomparable

"Mi dorito volador"

Bill quedó estático con los brazos en el aire, su vista que se encontraba fija en lo alto se poso sobre el pequeño cuerpo que lo miraba, ese pensamiento, pensamiento de Dipper hizo que su cuerpo triangular temblaba, el color amarillo fue desapareciendo con unas tintas de color rosa casi llegando al rojo.

Dipper creyó haberlo enojado por lo que se quedó inmóvil. Sin saber que había provocado otro sentimiento en el demonio triangular y ese era la vergüenza.

- tú, niño... no vuelvas a llamarme así de... de esa manera - giro dándole la espalda al castaño, llevo sus manos sobre su "estomago" intentado tranquilizar ese extraño retorcijon que sentía.

Dipper aún en su posición inicial fruncio la frente

- ¿has leído mi mente?- indignado y aterrorizado llevo sus manos hasta su gorra, jalando de esta para pegarla lo más que podía sobre su cabeza y así vagamente evitar que el triángulo  isoceles siga leyéndo su mente.

Bill regreso su vista hacia el muchacho, con gracia y elegancia, acomodo su corbatin.

Dipper se mantenía perdido en sus pensamientos

"No permitiré que siga leyendo mi mente, no quiero que use información en contra de mi familia"

Bill giro su ojo con desgana y su color amarillo volvió

- ¿no puedes dejar de pensar en tu familia por un momento?- exigió sin paciencia, sobresaltado a Dipper en el proceso . Floto alrededor del muchacho notando como esté lo miraba con molestia. Pestaño al quedar cara a cara con el menor.

Dipper abrazando sus rodillas evitaba el contacto visual

La incomodidad aumentaba para  él, pero Bill quedó atontado al verse reflejado en aquellos ojos color chocolate, nuevamente sentía como algo dentro de él revoloteaba era como una un enjambre de abejas o lo que sea que sentía pero le parecía agradable, nuevamente su color cambiaba a uno rosa fusionado con el amarillo, hasta que fijo su vista hacia el golpe que tenía en el mentón, parecía hinchado con un color morado completamente ajeno al color pálido del muchacho, estando apunto de explotar de ira notó el cambio en los gestos del menor

- quítate - Dipper ya no pudo con la incomodidad, con sus manos empujó a Bill para apartarlo sin tomar en cuenta que; lo atravesaria y terminaría en el suelo.

Con el rostro besando el piso  Dipper solo pudo murmurar palabras sin sentido. Ó al menos eso fue lo último que Bill pudo ver antes de ser absorbido a su prisión.

...

Su cuerpo triangular se movía de un lado a otro sin llegar a tocar los límites del cabello de unicornio.

Llamas de un color celeste pero al igual de transparentes brotaban de sus manos al igual que en la punta de su cabeza.  No hace unos instantes estaba en la habitación de Pino disfrutando de la improvisada manera de alejarlo que usaba el castaño, se estaba divirtiendo ante los gestos del menor dejándose gozar de aquellas bellas sensaciones que sentía al estar a su lado y escuchar su voz.

Por desgracia la burbuja hecha para él había explotado, llevándolo a lo que se supone es la realidad y ese era él encerrado junto a su cuerpo empedrado, sin magia, sin energía y sin ninguna idea de como salir.

Intento absorber energía del pueblo pero no era posible lograrlo, intento transformarse en un humano pero al poco tiempo volvió a ser el triángulo transparente.

Ahogo un grito de furia total, si él condenado de Stanford no hubiera dejado aquel campo de fuerza él ya hubiera  recuperado su poder desde hace tiempo.

- ¡Maldición! ¿porque tenía que existir los ridículos caballos con cuernos?- golpeó con fuerza el escudo mágico recibiendo con el unas pequeñas descargas. Su ira aumento- no estuviese así, no debería estar así... yo debería estar con...Pino- su color se fue transformando en uno rojo brillante, Bill deseaba estar al lado de Dipper  Pines.

Apesar de no saber la razón de ello: si estar con él y usarlo para sus planes, estar con él para divertirse, estar con el para evitar que el menor descifra sus planes o estar con él para seguir sintiendo aquello que desconocía.

- no puedo seguir asi- murmuró con voz de ultratumba - yo el gran señor del caus, No puedo sentir esta debilidad

Porque apesar de estar encerrado, apesar de no tener nada de magia, apesar de haber perdido la oportunidad de obtener venganza lo que más lamentaba era no poder estar al lado del castaño

Porque en eso se estaba convirtiendo aquel muchacho, en su gran debilidad y eso sólo hacia que su furia aumentará 

Tu Eres Mi Salvación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora