🪞CAP.10🪞

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Corrí lo más rápido posible a dónde provenía el ruido, al llegar pude observar a Adam en el suelo con un mueble encima.

—Adam ¿Qué te pasó?.— pregunté quitandole el mueble de encima.

—No sé, estaba cambiándome cuando sentí el golpe a mis espaldas.— dijo adolorido tratando de levantarse.

—Dime dónde te duele.— dije preocupada.

—Creo que no me pasó nada, tan sólo fue el golpe.— dijo sentándose en la orilla de la cama.

Miré con detenimiento la habitación, el mueble no era muy grande pero sí estaba algo pesado, y es que, era extraño ya que el mueble no pudo haberse movido sólo, y mucho menos caer en una persona.

—¿No viste cómo te calló?.— pregunté por segunda vez.

—No, sólo sentí cuando ya estaba en el suelo.— dijo con dolor —Pero, pude ver una sombra metiendose a la esquina de la habitación.— susurró mirando el lugar.

Por inercia miré en la misma dirección y qué sorpresa. Aquella esquina estaba más oscura que mi conciencia, ni un rayo de sol llegaba a aquella esquina.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al sentir algo muy pesado en aquella esquina, tal vez, después de todo, Reginald no estaba tan loco como creí.

—Ven Adam, te pondré pomada para el dolor.— dije mientras lo ayudaba a pararse.

Bajamos a la sala y ahí me dediqué a poner pomada en donde le dolía a Adam, afortunadamente no le había pasado nada grave.

—¿Ahora estás seguro de quedarte mucho tiempo?.— pregunté graciosa pero también con algo de vergüenza.

—No te dejaré morir aquí sola, no quiero que le hagan daño a mi cajita de secretos.— dijo con cariño.

Sonreí tras sus palabras, realmente es un gran amigo.

—A mí no me pasará nada, te lo puedo asegurar.— dije sonriendo.

—Pues eso no lo sé, después de lo que me contaste y de lo que pasa no sé que creer.— dijo.

—Por favor, prométeme que si tú vida corre riesgo estando aquí te irás.— hice que prometiera algo que claramente ya estaba pasando.

—Te lo prometo.— dijo Adam sin tener otra alternativa.

Desayunamos e hicimos un par de cosas, para después, seguir con la sesión de fotos.

—Creo que el bosque será buen escenario.— dijo Adam con alegría.

—¿Estás loco? Hace frío allá afuera.— me crucé de brazos.

—¡Pero van a quedar increíbles las fotos!.— gritó suplicando que las hiciéramos afuera.

—No, y nisiquiera insistas.— dije Segura.

Al final me terminó convenciendo, hacía frío pero creo que en realidad sí valían la pena, aunque era verdad también que ya me estaba arrepintiendo un poco.

Pasaron las horas y por fin habíamos culminado el trabajo. Estaba cambiando el vestuario que tenía puesto, de nuevo, apareció el espejo en mi plano de vista y pude observar lo lindo que me quedan, y es que, realmente nunca imaginé que algo como ésto le fuera a quedar a mi cuerpo, ahora comprendo qué era lo que le favorecía a las modelos del antaño. Terminé de vestirme y salí un poco pensativa.

—Oye Adam.— dije nervosa —¿Crees que... Pueda quedarme con uno de los vestuarios?.— por fin salió de mis labios.

—¿Qué?, Claro que sí, te puedes quedar con todos.— aceptó.

| CONFUSIÓN |  Brahms Heelshire X readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora