La habitación estaba hecha un desastre, la cama estaba volteada, los juguetes regados por todo el suelo, miles de hojas y libros por toda la habitación, las cortinas estaban rasgadas, muebles tirados, la ropa desordenada y el muñeco tirado en el suelo. Caminé cuidadosamente hasta Brahms y lo cargué, acomodé la silla y puse al muñeco de vuelta. Miré preocupada la habitación, ¿Qué había pasado?. Comencé a arreglar todo el cuarto, acomodé los muebles, hice la cama, acomodé la ropa en su lugar, acomodé los juguetes, los libros y quité la cortina. Al terminar me recosté en la cama, ¿Qué diablos estaba pasando en ésta casa?. Cerré los ojos un momento, estaba agotada.
—Volviste.— escuché a mis espaldas.
Abrí mis ojos de sopetón y miré en todas direcciones.
—¿Quién dijo eso?.— pregunté.
Nadie respondió, la habitación estaba en un inmerso silencio. Busqué con la mirada algún indicio pero lo único que se movía era el viento. Miré al muñeco un momento, había escuchado la voz de un niño pero, ¿El muñeco?.
—No vuelvas a dejarme sólo.— dijo con enojo aquella voz.
Mi cabeza comenzó a dar vueltas, sentí que explotaría en cualquier momento pero no lo hacía. El muñeco había hablado, "no había otra explicación". No sabía que hacer, quería correr pero mi cuerpo no respondía, no quería pasar al lado del muñeco.
—Gracias por volver.— se escuchó de nuevo.
Ésta vez el muñeco había utilizado un tono de voz más suave, lo extraño es que el muñeco no movía los labios, ¿Cómo era ésto posible?. Traté de calmarme mentalmente y así poder pensar con claridad. No lo logré pero por lo menos me moví de mi lugar. Caminé hasta el muñeco y me puse de rodillas frente a él, lo miré asustada y por fin hablé con una voz temblorosa.
—Traje algunas cosas.— fue lo único que salió de mi boca.
Tomé al muñeco aún con la vista perdida y caminé hasta mi habitación.
—Toma, puedes mirar lo que traje en lo que me baño.— dejé al muñeco en mi cama, tomé mis cosas y me fuí.
Entré al cuarto de baño y recosté mi cabeza en la puerta, cerré los ojos y suspiré, era muy fuerte todo ésto que me estaba pasando, ya no sabía qué pensar. Estaba por irme a bañar cuando escuché que afuera en la habitación las paredes comenzaron a crujir, poco después se escuchó cómo la bolsa de mis compras era esculcada con rapidez, la piel se me había helado, quería abrir la puerta y ver qué había del otro lado, ¿Realmente el muñeco se movía?. Decidí no hacer tonterías y me metí a bañar, terminé aproximadamente en 30 minutos, había sido un baño relajante. Salí y el muñeco seguía en su lugar, pero mis compras estaban esparcidas por toda la cama, me acerqué y comencé a ordenar todo, cargué al muñeco y fuí hasta la cocina.
Estaba por calentar la comida que traje pero ya no había nada, busqué en todos lados pero había desaparecido, era desesperante que ésto pasara.
—¿Qué buscas?.— escuché la voz de mi papá.
—Nada, estaba buscando el cereal.— abrí la alacena y saqué el cereal —Aquí está.
Mi papá me miró extrañado, sabía que ante él no podía mentir, sabía detectar cualquier mentira.
—Bien.— dijo y se fue.
Suspiré y me preparé el cereal, tomé un recipiente con diversas divisiones y subí a mi cuarto. Senté al muñeco a un lado mío y en lo que comía el cereal le explicaba al muñeco lo que había comprado, comprobaría por propia cuenta si el desbaratado de Reginald tenía la razón o había algo más oculto entre las paredes de ésta casa.
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| CONFUSIÓN | Brahms Heelshire X reader
FanfictionLo que se plasma en éste libro acontece después de la primer película. Narra ______ Todo en mi vida era normal. Tenía una mamá, un papá, iba a la escuela, tenía amigos, problemas. Realmente mi vida era como la de cualquier otra persona, pero, al cum...