INTRODUCCIÓN

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Narra _____

Era un día espectacular, justo estaba regresando de casa después de el largo día que tuve en la escuela. Entré a casa y al parecer no había nadie, la verdad es que me gustaba muchísimo ser hija única, me alegro de que mis padres no hallan querido tener más hijos. Fuí hacía mi habitación y me cambié para poder estar más cómoda, me senté un rato en mi cama para hacer unos cuantos garabatos en mi libreta cuando de repente escuché ruidos en la cocina. Rápidamente me dirigí a esa dirección para encontrarme con mi madre, ella parecía estar algo enojada.

—¿Estás bien?.— pregunté tratando de ayudar.

Ella suspiró pesadamente y se quedó pensativa un rato, al parecer, había peleado con papá.

—Tu padre cada día está más insoportable.— dijo continuando con lo que hacía; guardando las compras.

—Ya deverías dejarlo por la paz, no tienes que hacer corajes por algo tan irrelevante.— hablé sin saber de lo que estaba hablando.

—Tu padre... Tu padre quiere comprar una casa fuera de aquí, a petición de los Heelshire.— dijo con frustración.

—Oh, otra vez los Heelshire.— dije desganada.

Ese tema ya nos tenía hartos a todos, pero más a mamá. Nadie tenía la culpa de nada, y es que, todo ésto había comenzado desde hace mucho tiempo atrás; papá era joven y lastimosamente no tenía mucho dinero en aquél entonces, pero él, estaba perdidamente enamorado de mamá y quería proponerle matrimonio lo antes posible, por lo poco que eh escuchado, parece que mi padre trabajó un tiempo con los Heelshire para juntar dinero y poder comprar el anillo de compromiso y poder pagar los gastos de la boda, no planeaban hacer algo en grande pero bien se sabe que en cualquier celebración se invierte algo de dinero. Lastimosamente, mi padre no alcanzaba a juntar y cada vez se sentía más presionado, fue así que le pidió ayuda a los Heelshire, quiénes en ese entonces tenían un hijo, así que no estaban en condiciones de prestar pero aún así lo ayudaron, y así fue como mi padre se endeudó con los Heelshire.

Cada día mi madre discutía con mi padre porque siempre estaba a disposición de los Heelshire. Mi padre ya tenía un trabajo estable pero al parecer los Heelshire tenían sus condiciones y no querían que le pagara con dinero, si no con favores. Papá cuando fue joven no pensó en lo que hacía pero ahora está sufriendo las consecuencias de haber tomado decisiones muy precipitadas.

—Es que, estoy harta, hace unas semanas tu padre casi pierde el trabajo porque los Heelshire hicieron que se saliera de su trabajo, no sé cómo logran controlar a tu padre de esa forma.— dijo mi mamá al borde de la desesperación.

Realmente mi mamá tenía razón, había veces en las que mi papá parecía un poco loco porque tenía que seguir las órdenes de los Heelshire, aunque él intentó convencerlos de pagarles el dinero, ellos se negaron.

Platiqué un rato con mi madre y después comimos juntas, me fuí a mi habitación y me puse a elegir ropa que ya no quería y la que sí me quedaría. Si realmente papá piensa comprar una casa tal vez sea para mudarnos, o tal vez sólo son figuraciones mías pero ahora que lo pienso, ¿Con qué dinero piensa papá comprar una casa?.

Ya era de noche y al fin había sacado unas cosas para vender, sé que no me darían mucho pero al menos tendría dinero propio. Me dirigí a la sala y al parecer ya había llegado papá, lo saludé y justo mi madre nos había llamado para comer. Estábamos tranquilamente en la mesa y me pareció bien sacar el tema de la casa.

—Papá, ¿Es verdad que comprarás una casa nueva?.— pregunté con emoción.

A mi papá instantáneamente se le borró la sonrisa y miró a mi mamá con algo de enojo.

—Así es.— dijo y continúo comiendo.

—¿Entonces nos mudaremos?.— pregunté con más entusiasmo.

—No, no lo sé.— dijo con cara de que no quería que le siguiera preguntando, pero la verdad es que yo tenía mucha curiosidad.

—Oye papá, ¿Qué es lo más extraño que te han pedido los Heelshire? Eh sabido que te han pedido hasta que te deshagas de los roedores de su casa jaja.— hablé.

Mi papá golpeó la mesa fuertemente pero sabía que no lo dejaría hasta que me dijera la respuesta.

—¿Quieres saber?, Pues, una vez me pidieron que les diera a mi hija a falta de su hijo muerto.— dijo de una forma aterradora y salió del comedor, realmente sus palabras me habían dejado más dudas de las que tenía.

Terminé de comer y me fuí a mi habitación, me sentí un poco mal por haberle hecho esas preguntas a mi papá, realmente necesitaba disculpame. Caminé hasta su habitación y cuando llegué escuché a través de la puerta que estaba discutiendo con mamá.

—¡¿Enserio ibas a entregar a nuestra hija?!, ¡¿Estás loco?!, ¡¿Hasta cuándo dejarás de ser el gato de esa familia?!.— gritaba mi madre furiosa.

—Pude haberlo hecho, ¡Pero no lo hice!, Por eso ahora soy su esclavo.— explicaba mi papá.

Los gritos siguieron y siguieron, no fue hasta que mi mamá salió con lágrimas en sus ojos, corriendo hacia la salida como si su vida dependiera de ello. La seguí hasta afuera y subió al carro, enseguida me subí a la parte trasera y mi mamá arrancó.

—¿Mamá qué pasa?, ¿A dónde vamos?.— pregunté pero ella no respondía.

Mi mamá rápido se alejó de la casa y entramos a la carretera, le preguntaba miles de cosas pero no contestaba a ni una de mis preguntas.

—¡Mamá!.— traté de sacarla de su trance.

Ella comenzó a acelerar de una manera muy peligrosa y no podía detenerla.

—Mamá, ¡MAMÁ!, ¡Vamos a chocar!.— grité desesperada.

Fue justo el momento cuando tan sólo vi la luz venir hacia nosotras, los cristales volaron por todo el auto y salí volando al igual que mi madre. Todo se había vuelto negro, perdí la conciencia.

| CONFUSIÓN |  Brahms Heelshire X readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora