CAPITULO 13

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Roto

Cómo pude llegué a casa, el dolor que sentía era abrazados, quería volver mis pasos, necesitaba regresar a esa fiesta, tomarla en brazos y salir.

Ella no quería quedarse ahí... Yo lo sabía, ella no quería estar con ese hombre, pero era tan cobarde, ¿cómo era posible que ese tipo me arrancará todo...?

No...

En realidad esto no era así, él no me quitaba nada, pero por el contrario yo intentaba robarle lo único que probablemente le mantenía con vida.

-¡Bernardo!- las voces afuera parecían angustiadas pero no planeaba abrir esa puerta, no por hoy-¡Abreme!-

Tefa estuvo afuera el tiempo suficiente para que seguramente los vecinos también se preguntarán que sucedía pero no quería salir, estaba herido tan herido.

La mujer que amaba tarde o temprano se vestiria de blanco y entonces jamás podría volver a verla.

Sabía perfectamente que esto era inevitable, ambos caminaron por aquella cuerda floja durante tanto tiempo, tomando lo que no les pertenecía siendo lo que no podían.

No podían aspirar a otro final a ningún otro final.

Esa noche me dejé perder en mi dolor, no miré el teléfono, no abrí las puertas, quería que el mundo afuera desapareciera.

El día lunes volvi a la vida, tomé mis cosas y me miré al espejo esto no sería nada, a partir de ahora todo lo que pasará se me resbalaria no volvería a mirar en su dirección jamás.

Jamás.

En cuanto prendió mi teléfono antes de subir al auto el nombre de Rudy se iluminó y deseando no hacerlo tomé la llamada.

-Estoy ...-

-¿Porque coño no contestas?- grito en cuanto contesté-Estoy en el hospital, debes venir ahora ¡Ahora!-

-¿Estas bien?-

-Yo estoy bien pero... Florence...-

Apenas dijo ese nombre mire mi móvil el número de Florence se marcaba en numerosas ocasiones, incluso tenía una llamada perdida de Ezequiel...

¿Que paso?

¿Que hizo?

Como un loco giré el volante, estaba desesperado, ella no parecía feliz y yo la juzgue desde mi propio e inútil dolor.

Ese tipo era un peligro, todos lo sabíamos y en lugar se ofrecerle mi mano ... Un plan...

Yo estaba tomando el amor que no me pertenecía, lo sabía, pero con alguien como ese tipo, no merecía pagar por ello.


EL CALVARIO DE FLORENCE

Jamás en mi vida sentí tanto miedo, después de la fiesta de compromiso la familia y nosotros nos quedamos en el hotel, mi padre no me miró en toda la noche, estaba molestó.

Después de ver a Bernardo volví a la fiesta, mi padre me detuvo al instante y la manera en la que me miró... Cómo si no me reconociera me partió el corazón.

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