CAPITULO 5

67 7 2
                                    

Fracasos

Bernardo

321 días, bien, esto no estaba resultando como lo espere, estuvo fuera del trabajo dos semanas y Tony casi le besa los pies cuando la vio entrar. Llego con un café para ella y uno para él, su cabello tenia tintes rosas y lilas, algo nuevo si me lo preguntan, me gustaba, el contraste con su cabello negro y esos colores me gustaban... podía imaginar esos colores anudados en mi mano mientras la embestía.

-Deja de poner cara de enfermo- salte al tener su dedo húmedo dentro de mi oido

-Tefa deja de hacer eso es raro y sumamente asqueroso- me limpie el oído regresando a mi estado natural

-¿Yo?, tu eres el rarito aquí, estas de pie en la escalera mirando a tu subordinada con una erección- me puse nervioso haciendo conciencia de mi cuerpo, claro que era mentira

-Eres una idiota- la vi riendo ante mi reacción

-¿Y bien?- caminamos juntos por el pasillo mientras dábamos los buenos días con la mirada

-¿Bien qué?-

-¿Me contaras lo que sucedió?-

-No ha pasado nada- di un sorbo a mi té pasando de largo por el lugar de Florence

-Buen día querida- Tefa salto de mi lado para llegar a ella- supe que te comprometiste- sentí la estocada directo en el alma- te vi con Fredo en Polanco, de verdad se ven hermosos juntos, pescaste un pez gordo linda- vi como el semblante de la chica pasaba de una sonrisa trabajada a un gesto duro-Lo siento, no es en mal plan, solo quería felicitarte-

-Gracias Tef- sonrió con toda la amabilidad que podía tener en su cuerpo con el cuello trabado sobre sus hombros para no mirarme-Bien yo, yo iré-señalo un lugar en el infinito para desaparecer con ese tintinear de sus pequeñas botitas de combate color amarillas

-Bien hecho Tef- Tony se quejó tomando el café que Florence dejo en la mesa para salir detrás de ella

-¿Yo que hice?- se quedó de pie como tonta viendo como la fila de cubículos de enfrente la miraban con una negativa clara escrita en el rostro

-Adentro- señale mi oficina- ¿Qué sabes?- se desinflo en la silla mientras giraba lentamente

-Conozco a su prometido, es un niño rico de cuarta generación, es abogado, de la familia Ponce-

-Los conozco-

-Es el hijo menor de la familia, han estado juntos por una vida creo, supongo que mucha gente debe de creer que se casa por interés o algo asi, solo se me salió. Sé que ella es una buena chica- me quede en silencio- tú también lo sabes ¿no?-

-Lo sé-

-Entonces déjala ir, ni si quiera te nota, ella se casara, tendrá una enorme casa y criara bonitos niños con botitas amarillas- se puso de pie- sé que tú también eres bueno, y se de primera mano que eres mucho más decente que ese tipo. Pero ellos han estado juntos desde que tenían 20 años... y tú tienes mucho-

-Sal de aquí- señale la puerta y haciendo sonar sus zapatos de manera dramática se marchó.

No tenía idea de la vida de ese hombre, pero quería saber de él, o quizá no, después de todo ella me paso de largo, me paso de largo desde que regreso, me paso de largo durante días, y ahora mismo, cuatro días después de aquella platica con Tefa solo podía mirarla sentada con aquellos audífonos rojos mientras terminaba su columna en el escritorio.

Ella no se percató que me quede un poco más de tiempo, pensó que estaba sola, pero aquí estaba mirándola, mirándola como el maldito loco que era.

-¿Te vas?- me detuve detrás de ella poniendo mi mano sobre su hombro mientras la miraba guardar los cambios en el ordenador, debí saber que la sorprendería, un grito salió de ella con fuerzas haciendo caer sus audífonos al suelo para luego dar un pequeño salto pasándole por encima a la diadema de los auriculares con las ruedas de la silla- ¡Lo siento!- me incline enseguida para levantarlos-toma, no les paso nada- se los entregue mientras me asesinaba con la mirada

SospechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora