CAPITULO 12

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LA PLEGARIA DE FLORENCE

Esa persona frente a mi estaba hablando... Su boca se movía pero no lograba comprender del todo lo que buscaba decirme... 

Era casi imposible que fuera posible no podía ser verdad ¿Cómo pudo? Su familia me sonreía como si eso fuera la mayor noticia del mundo y mi hermana se partía en la mesa de tal manera que era imposible evitarlo... Mientras que yo... Yo...

-Disculpen un momento- me puse de pie temblando de pies a cabeza para correr al baño

-¿Que demonios pasa?- mi hermana entro un minuto después tomándome del brazo mientras yo intentaba respirar

-No lo sé, te juro que no lo se-

-¿Porque Florence? Ni siquiera se lo has dicho a nuestros padres... ¿Sabes cómo se pondrá nuestro hermano cuando se entere? Se suponía que lo dejarías, se suponía queee...-

-¡Lo sé! ¡¿Crees que yo quería esto?! ¿Cómo puedes pensar que daría un paso así sin consultarlo con ellos? Yo... Yo... Fue una sorpresa de Bernardo el mismo lo dijo. No tenía idea, no se que hacer-

-Ve ahí y diles que no participaras en una fiesta de compromiso, que no puedes hacer eso porque ya no lo amas-

-Callate, porfavor... Solo no se que hacer y si Bernardo hace una locura, no puedo... Él no tiene idea de nada, de nada, piensa que estamos bien, que todo seguía en pie es mi culpa- sentí el aire salir de mis pulmones

-Florence...-me tomo de la mano

-Hablare con él, pero no aquí, no frente a sus padres y todo el mundo-

-La fiesta de compromiso es en dos dias-

-Lo se- limpie mi rostro

-No lo lograrás... Eres una cobarde-

Jamás en mi vida mi hermana me había tratado de esa manera, siempre me apoyo en cada paso que di, pero tanto ella como yo sabíamos que esto era el límite y que no me podía permitir pasar por algo así...

Pero estába asustada, la responsabilidad, la culpa, el miedo, la desesperación no podía lidear con todo.

La mañana siguiente antes de ver a mis padres por la noche respire profundo, podía hacerlo, tenía que hacerlo, tenía todo un futuro delante de mi, yo, yo...

-Fredo...- dije apenas sentada en la barra de la cocina

-¿Emocionada?- me abrazo por la espalda besando mi mejilla- está noche iré contigo para hablar con tus padres-me apreto aún más fuerte- Lo estoy haciendo lo mejor que puedo, este es nuestro primer paso, primero que todo estará bien, enfrentaré todo lo que me digan, lo soportaré, te juro que no me dejaré caer... Tu eres mi motivo, eres lo único por lo que sigo en pie -

Las lágrimas rodaron por mi rostro, y las horribles palabras que estaba a punto de decir se atoraron en mi garganta, era imposible que dijera nada, solo pude llorar.

Era una mala persona, la peor de todas... Y ahora mismo estaba en la borda de la peor decisión de mi vida.

Y todo el mundo estaba dispuesto a hacermelo saber mi hermano apenas si me miraba y mi padre tenía la tristeza escrita en el rostro. Era inevitable, todos lo veían como lo que era y yo solo podía mantenerme serena miéntras el mundo a mi alrededor se desmoronaba.

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