18 - Planes juntos.

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Para cuando ChangBin había llegado al hospital, entró a una de las habitaciones y ahí estaba SeungMin, recostado en la camilla. Sus ojos se dirigieron al chico de cabellos negros y de cuerpo bien trabajando.

— Aquí estás. — Habló con alivio, dejando que su respiración saliera libremente, sintiendo como sus latidos se tranquilizaban. — Creí que te habías perdido. — Confesó con preocupación y SeungMin negó, desordenado sus cabellos debido al roce que hacía con la almohada. — ¿Me mentiste?

El joven de gafas despegó su cabeza de la almohada perteneciente al hospital. Se inclinó hasta quedar sentado y alzó sus cejas, mirando a su amigo.

— Si no lo hubiera hecho, ¿Habrías venido? — Bajó la mirada, viendo sus piernas extendidas a lo largo de la camilla tendida de sábanas blancas. — Siempre llegas tarde cuando estás con ese autor.

— ¿Qué pasa contigo? — Seo sentía que algo en su amigo había cambiado. Desde que había terminado con Yuna, es como si le pidiera tiempo extra a ChangBin.

— Entonces me voy. — Habló molesto, con su voz áspera y sin más emociones por mostrar.

— Espera, tengo que decirte algo.

ChangBin detuvo su anterior idea de salir del hospital y volvió a mirar a su mejor amigo, observando su aspecto decaído.
SeungMin descubrió sus piernas, quitando esa sábana blanca. Pasó primero su pierna derecha y después la izquierda a la orilla de la cama.

— ¿Te haz recuperado por completo? — Notó la ausencia de yeso en la pierna del joven de gafas.

— ¿Recuerdas que te dije que quería confesarme con alguien? — Miró el piso de la habitación, evadiendo el contacto visual con el pelinegro.

— Sí.

— Voy a confesar. — Esta vez, observó a Bin, dejando ver esos ojos de cachorro que tiene. — ¿No tienes curiosidad?

— Sí. — Contestó con algo de miedo y eso se notaba en sus ojos.

Parecía que SeungMin había aclarado bien sus sentimientos por los hombres y por las mujeres, pero haber estado en el hospital por unas semanas y siendo Seo su única visita, se había dado cuenta de que las palabras de Yuna tenían un gramo de verdad.

Es cierto, SeungMin nunca dudó en dar todo por ChangBin y estar pensándolo por tanto tiempo, había llegado a una conclusión.

Se levantó de la camilla lentamente, cuidando de no lastimarse y dió unos cuantos pasos lentos hacia Seo, hasta estar lo suficientemente cerca para poder mirarlo a los ojos y sonreír cálidamente.

— No importa como lo pienses. Es absurdo, sin sentido e irracional. Ni siquiera yo quiero aceptarlo. — Se acercó un poco más a ChangBin, aún guardando el espacio personal de ambos. — Te amo, Seo ChangBin. — Se acercó más al contrario, abrazándolo en ese momento, pasando sus brazos entre los hombros de ChangBin, apoyando su mentón en en el hombro izquierdo del contrario.

Seo seguía sin reaccionar. SeungMin se apartó del abrazo y observó a su amigo. Desconcertado, dijo — ¿Por qué no estás sorprendido? — A causa de la falta de emociones de Bin le había surgido esa pregunta.

— Lo siento.

— ¿Ya lo sabías? — Alzó las cejas y en sus ojos aún se podía ver un rayo de esperanza de que su amigo cambiara su reacción.

— Lo siento.

— ¿Esa es tu respuesta?

— Eres un buen amigo. — Contestó con palabras cortas ante la declaración de Kim.

Asistente - ChangLix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora