CAPÍTULO 5

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—Los resultados estarán mañana en la mañana.

Levi levantó la vista, quitando sus ojos de Ethan para fijarlos en el doctor Han, amigo de Eren y quien iba a llevar a cargo el examen de sangre para corroborar que Eren era el padre de Ethan. Levi nunca fue bueno mintiendo, pero esa situación lo ameritaba, y si Eren estaba seguro de lo que hacía... iba a confiar en él.

—¡Chupetín! —chilló Ethan, sentado sobre la mesa, cuando Han le tendió el dulce con una sonrisa amable.

Eren le revolvió el cabello a Ethan.

—Me entregarás los resultados sólo a mí, ¿cierto? —le preguntó Eren a su amigo.

Han enarcó una ceja, sonriendo con diversión.

—¿Qué clase de amigo crees que soy? —se burló—. Vamos, quiero hablar un momento contigo.

Eren soltó un bufido, mirando a Levi, que estaba observando a Ethan chupar el dulce que le dieron. Sin pensarlo mucho, se inclinó y le dio un beso en la mejilla, murmurándole que volvería enseguida. El omega se limitó a sonreírle, asintiendo y poniéndose a cantarle a Ethan.

Ambos alfas salieron de la oficina, comenzando a caminar por los pasillos.

—Así que... —comenzó a decir Han con calma—, ¿tu omega?

El castaño se encogió de hombros.

—Lo vi y lo quise —contestó en voz baja.

—Vaya —los ojos de su amigo brillaron con burla—. Quién habría dicho que el dulce y adorable Eren Jaeger terminaría enamorado.

—Vete a la mierda —dijo Eren.

Han comenzó a reírse antes de ponerse serio.

—¿Tu madre...?

—Está en contra de esto —Eren hizo una mueca—, pero sabes que nunca me ha importado su opinión —suspiró—. Lo que realmente me preocupa es esto. Levi... no estaba dispuesto a perder a Ethan para ser mi omega.

Han lo observó, enarcando una ceja.

—Bien pudiste forzarlo —el tono de su amigo era ahora suave—. Sabes que un omega no puede hacer nada ante un alfa. Sabes que, si hubieras querido, podrías haber matado a su bebé, para luego declarar al omega como tuyo a pesar de que no quisiera.

Eren pensó si eso hubiera pasado. Si ese día que vio a Levi en el jardín de su casa, arreglándolo mientras le hablaba a Ethan, se hubiera acercado con dobles intenciones hacia el bebé. Si le hubiera roto el cuello ese día a Ethan y después tomar a Levi como suyo.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal.

El sólo pensamiento de esa situación era algo demasiado grotesco para él.

—Levi merece a alguien que lo ame y lo cuide, no a alguien que lo haga sufrir —respondió tranquilamente.

Eren quería borrarle la sonrisa burlona de Han con un puñetazo.

Pero se limitó a rodar los ojos.

—Así que harás pasar a ese bebé como tuyo para que nadie sospeche —Han negó con la cabeza—. Es un buen plan, lo sabes, pero... si el Gobierno llega a enterarse...

—Nadie va a enterarse.

Han lo miró, asintiendo.

—Seré el único que haga y vea los resultados —prometió su amigo, antes de abrir la puerta de la oficina.

Levi levantó la vista, mientras le seguía cantando a Ethan una canción sobre las partes del cuerpo a lo que el niño balbuceaba para seguirle el ritmo, y le sonrió para calmarlo, diciéndole que todo estaba bien.

Kilig - EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora