La mañana había llegado, Sigma descansaba cómodamente en su plácida cama, se escuchaba el ruido de los pájaros fuera de la habitación cantando, aparte de ello todo era tan pacifico, tal ves demasiado.
El bicolor aún somnoliento entreabre los ojos, viendo borroso por estar recién despertando.–Por qué Kouyou aún no ha venido?
Se pregunto para si mismo, era raro no haber escuchado a la pelirroja aún entrar en la habitación ¿La habitación? Cierto, cómo había llegado anoche el bicolor a su habitación?
De pronto una oleada de recuerdos sin organizado llegaron a la cabeza de Sigma, la fiesta de máscaras, las miradas de los nobles, aquel extraño que lo saco a bailar y aquel momento con el en el balcón.–¿¡Qué me dio de tomar!?
Exclamo exaltado ahora, llevándose una mano a la boca, miro a su alrededor, no estaba precisamente en “su habitación”
El lugar parecía bastante viejo pero aún estaba en medianamente buenas condiciones, se levantó de la cama y se dirigió hasta una de las ventanas, viendo que estaba en lo que seguramente sería el segundo piso de una casa, también logro ver un poco por fuera, todo estaba lleno de vegetación, árboles, maleza y mucho verde, cómo había terminado allí? O más bien qué era ese lugar para empezar.Perdido en sus pensamientos el bicolor no escucho cuando la puerta se abrió, no fue hasta escuchar un Ejem detrás suyo, haciendo que volteé sorprendido.
Recostado por el marco de la puerta de encontraba Osamu, viendo con una sonrisa en su rostro a Sigma.
–Tu!
El más bajo inmediatamente frunció el ceño y also la voz, a pesar de haberlo visto con una máscara lo reconoció de inmediato, el mismo hombre de la noche anterior y el mismo del pasillo a la vez.
Con disgusto se acercó al contrario con intención de darle una cachetada, pero este fue detenido a la mitad.Osamu tomo la mano de Sigma y con su otra mano libre la paso por su cintura, inclinadolo de igual forma que la noche anterior durante el baile, aún mantenido aquella sonrisa.
–Parece que a nuestra princesa no le gustó despertar en una habitación nueva
Dijo con un poco de sarcasmo, molestar al bicolor y verlo proyectar tantas expresiones que contaban todo lo que estaba sintiendo en aquel momento se le podría hacer un hábito a Dazai.
–O debería decir príncipe~?
Hizo enfasis en la palabra, Sigma había logrado ocultar muy bien el hecho de que era hombre, todo para poder sobrevivir a las garras de la emperatriz, quién mataba a cada niño que nacía de alguna concubina, el bicolor corrió con la suerte de que su madre lo había hecho pasar por niña desde el nacimiento, así evitando su muerte.
Pero ahora alguien acababa de descubrir su secreto, haciendo la desesperación surgir dentro del pecho de Sigma, si por casualidad esa información se propagaba y llegaba a oídos de la emperatriz su cabeza estaría en una estaca al amanecer.
El más bajo se apartó con velocidad del castaño, empujándolo en el trayecto, llevo una de sus manos a su pecho y miro con enojo y confusión al hombre frente a el.
–Cómo es que sabes eso!?
–Te lo diré, pero primero, hay que bajar a desayunar!
Exclamo Osamu, el bicolor lo miro ahora más confundido con la situación, con una de sus cejas levantadas sin comprender porque tenía tanta tranquilidad el contrario, al parecer la lógica había abandonado.
–¿Por qué iría a desayunar con un secuestrado-
Antes de poder terminar la pregunta su estómago le jugó una mala pasada, pues este empezó a gruñir por el hambre, haciendolo recordar que no había cenado nada.
–Entonces vienes~?
Sigma lo siguió con cautela hasta la planta baja de la casa, llegando así a lo que sería una pequeña cocina, dónde estaba servida la mesa con un desayuno humilde, unos huevos fritos con pan y jugo de naranja.
–No es la gran cosa pero lo hice con mucha honestidad!
Dijo el más alto mientras corría una de las sillas, invitando a Sigma a sentarse. El más bajo siguiendole el juego tomo asiento.
–Bueno, si vas a ser honesto entonces dime ¿Quién eres? Y ¿¡Qué quieres de mí!? Solo soy una moneda de cambio para el emperador
Sus ánimos fueron bajando mientras decía aquello, al final corría el riesgo de ser descubierto también en el palacio porque le estaban buscando esposo, al final estar lejos de allí, a pesar de que sean en estas peculiares circunstancias no era del todo malo.
–Oh mí, mis modales, Soy Dazai Osamu y qué quiero de ti?
Fingió pensarlo por un momento, llevando una de sus manos a su barbilla, haciendo una pose pensativa.
–Quien sabe~ eso es un secreto, pero te aseguro que no eres una moneda de cambio
Respondió con un toque ladino en su voz, a lo que el bicolor ya solo ignoro, pues no había dicho nada útil más que su nombre.
Suspiro y le dio un mordisco al Pan para después formular otra pregunta.–Por cuánto tiempo me vas a retener aquí?
–Hmm? Puedes irte cuando quieras~
Eso sonaba demasiado bueno y simple para ser verdad, debía de haber un truco, Sigma se levantó y se dirigió a la puerta que daba a la salida, la abrió y miro a los alrededores, no parecía haber nada extraño, solo el hecho de que la casa estaba en medio de un bosque.
El bicolor, decidido, intento adentrarse al bosque, pero lo único que consiguió fue casi perderse y rasgar el vestido que aún llevaba encima.
Frustrado volvió hasta la casa, encontrando a Dazai aún desayunando serenamente.–Hay un cambio de ropa arriba
Dijo al ver el estado en el que volvió Sigma, el cuál enojado por el hecho de que sentía que le habían tendido una trampa.
Sabía que debía haber un truco.
Penso el joven, mientras subía hasta arriba y se cambió de ropa, ahora vestía unos pantalones y una camisa simple pero que le quedaba a la perfección.
Al bajar la mirada de Osamu se poso sobre el, silbando después de verlo con las nuevas prendas.–Te queda mejor a comparación de lo que vistes en palacio
–No es como que en palacio tenga otra alternativa
Aclaró el más bajo, usar vestidos todo el tiempo era incómodo así que debía de admitir que se sentía bien usar aquellas ropas.
Volvió a sentarse frente al castaño, ahora sí terminando la comida que se le fue servida.–Espero no llevemos bien aquí Sigma~
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Perdón por la tardanza, andaba ocupado luchando con los exámenes finales y el regreso a clases
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𝐓𝐫𝐨𝐧𝐨 𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐢𝐚𝐥 [Sigzai]
FanfictionEl basto imperio de Mijáilovich se estaba apoderándose de todo el continente debido a la gran ambición del emperador Fyodor Dostoyevski. A su servicio tenía a su asesino personal Dazai Osamu, que desde las sombras hacía el trabajo sucio. Hasta que u...