Un par de días había pasado desdé que el castaño y el bicolor vivían bajo el mismo techo, a pesar de lo que creyó Sigma, la convivencia con el otro fue extrañamente menos estresante a comparación con su vida en el palacio, estaba viviendo con un secuestrador? Si, pero este le daba más libertar de lo que antes se le otorgaba.
–Y dime, que gustas comer~?
–Hay otra alternativa que no sea huevo y pan?
Mencionó el Bicolor en tono irónico mientras se sentaba frente a la mesa, apoyó su brazo sobre la mesa y a su vez su cabeza en la mano, dirigiendo la mirada al lugar dónde se encontraba el más alto, nunca hubiera pensado que podría hacer una pequeña broma en tal situación, pero así fue.
Al estar unos días viviendo con Osamu se dio cuenta que este, aunque haya preparado muy bien el lugar dónde estarían para no ser encontrados, no pensó muy bien a la hora de provistarse con los alimentos, pues era el mismo platillo por la mañana, medio día, tarde y noche.
–Por supuesto! También puedo ofrecerte Pan y huevo
Sigma soltó un resoplido, producto de una risa que no dejo salir, pero inevitablemente sus labios se curvaron en una sonrisa.
–Bueno, entonces prepararé la especialidad de la casa
Mientras tanto el imperio se había puesto patas arriba, la noticia de que la princesa había sido raptada ya había llegado a oídos de los habitantes de la frontera inclusive.
El emperador había ordenado inmediatamente empezar con la búsqueda. El pueblo quedó conmovido por aquel acto de padre desesperado en busca de su hija, pero la realidad en palacio era muy diferente, aquellos cercanos al monarca sabían de primera mano que todo era un acto, pues en ese momento al de cabellos negros solo le interesaba encontrar a la chica para que no se propagasen rumores de que aquel gobernante no podía ni educar adecuadamente a una princesa que huia de casa y volverse una burla.
La vena en la frente de Fyodor parecía que iba a explotar del enojo, aún más con los incompetentes que no podían encontrar a una sola persona la cuál no conocía nada del mundo exterior, era como buscar a un niño perdido pero de todas formas parecía que sus subordinados se las arreglaban para ni siquiera poder realizar ese tipo de búsqueda.
–Su majestad, el caballero Nikolai está aquí
Anuncio Iván, el mayordomo del palacio.
–Deja que pase
Las puertas de la oficina del emperador se abrieron, dejando pasar así al albino.
–¿Dónde está? ¿¡Por qué no está contigo!?
–No estaba por ningún lado, es como si se lo hubiera tragado la tierra-
Antes de que Nikolai tuviera la oportunidad de terminar la oración, el pelinegro había lanzado un bote de tinta contra, pasando bastante cerca del albino, pudiendo sentir una pequeña briza que provocó el objeto al lado suyo para luego estrellarse y romperse contra la pared detras de ellos.
–¡INÚTIL! Ni siquiera puedes encontrar a una mocosa que nunca salió de palacio ni a un perro que no valora su vida!
Está más irritable que de costumbre
Pensó el albino ante aquella situación. El emperador, cansado de que sus llamado caballeros no hicieron un buen trabajo rastreando a la bicolor, había mandado a traer a la persona que solía hacer su trabajo sucio, el cuál no era otro que Dazai Osamu.
Entonces un click sonó en el cabeza del mayor ante la mención de que al igual que la princesa, el castaño había desaparecido de forma sospechosa, recordando aquel momento en el que el insolente de Osamu había pedido una recompensa más allá de lo que un simple subordinado podría llegar a desear.
–Ese bastardo...
Dijo en voz baja, su mente se había aclarado, se levanto de su escritorio y se acercó hasta el caballero frente a el, se paró a su lado y puso su mano en el hombro de este, aplicando cierta presión, habló ahora en un tono de voz más bajo y calmo cerca del oído contrario, como si de un secreto se tratase.
–Escúchame bien porque solo lo diré una vez, ese perro de Osamu tiene algo que ver y el hecho de que Sigma no esté aquí no es nada más que tu culpa
Fyodor hizo una pausa, soltando su mano del hombro ajeno, volteando hasta llegar nuevamente en el escritorio y se recostó sobre este, mirando nuevamente al albino.
–Arrodillate
Ordenó y tal cual Gogol hizo caso, se acercó un poco más hasta la posición del pelinegro y se arrodilló ante este.
Fyodor se inclino un tanto, posando suavemente su mano debajo de la barbilla del contrario para seguidamente aplicar fuerza, apretando la mandíbula ajena y haciéndolo elevar la mirada para que lo vea al hablar.–Empezaras a buscarlos, lleva a las personas que quieras contigo, pero solo tienes 7 días para traerme a ambos frente de mí, ya sean vivos o muertos, sino colgaré tu cabeza en la entrada.
Enunció autoritario el emperador, notandose sutilmente el tono enojado de este y en contraste, el caballero sonrió a su magestad, tomándose el atrevimiento de agarrar la muñeca en su barbilla e inclinar un tanto su cabeza, dejando que la palma contraria acariciase su mejilla.
Fyodor se limitó a mirar el acto del hombre frente a el, como si necesitará que el lo tocaste, pero el albino no había hecho nada para merecerlo y se lo haría entender.
Apartó la mano con brusquedad y acto seguido golpeó su palma contra la mejilla de su caballero, dándole una cachetada que dejaría una marca roja la piel del albino.–Retirate
–Si, mí señor
Nikolai salió de la oficina, tocando su mejilla pero con una sonrisa en sus labios.
–Parece que no tendremos tu presencia aquí por un tiempo, al fin buenas noticias
Mencionó de golpe el mayordomo con un tono sarcastico, al parecer no se había ido como si vigilará la puerta cual perro fiel.
–Ahh~ las paredes tienen oído al parecer, pareces mujer chismosa Iván
Era bien sabido por los trabajadores del palacio a hostilidad con la que se trataban ambos, al punto de ni siquiera guardar las apariencias y disimular frente a los demás, después de todo tenían una sola cosa en la que estaban de acuerdo y era que solo les importaba la atención que recibían por parte del emperador.
–Hasta un sordo habría escuchado el enojo por parte del amo Fyodor, qué tan patético hay que ser para hacerlo enfurecer así
Comento el mayordomo, mirando con cierta sonrisa de satisfacción en su rostro, después de todo si ellos estaban en malos términos Iván obtendría ventaja, pues desdé que la emperatriz concebió al príncipe heredero el emperador no volvió a estar con ella por lo que no era una preocupación, el único problema siempre serían los otros hombres que estaban al rededor del pelinegro como moscas.
–Al contrario mí querido mayordomo~
Responde el de ojos bicolores, acercándose hasta la posición del contrario y sacando la mano de su rostro, mostrando la marca que le había provocado la cachetada de Fyodor.
–Al menos aún soy digno de ser tocado, no te parece
Toco su punto débil, sabía que entre el mayordomo y el emperador había surgido una distancia por lo que el contacto era mínimo, aunque de una forma retorcida, Gogol aún tenía el privilegio de que el pelinegro pusiera sus manos en el, a diferencia de Iván.
–Lamentablemente me debo retirar, como ya has de saber, tengo una importante misión, adiós~
Se despidió un tanto juguetón y se alejo, dirigiéndose hasta la orden de caballeros, dejando a un frustrado mayordomo atrás.
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Nuevo capítulo al fin~ juro que el próximo capítulo será antes de Navidad...
En fin, qué interacciones les gustaría ver próximamente?
Sigma y Dazai conviviendo?
El transfondo de Fyodor, Nikolai e Iván?
Saber Sobre Akutagawa y Atsushi?
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𝐓𝐫𝐨𝐧𝐨 𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐢𝐚𝐥 [Sigzai]
ФанфикEl basto imperio de Mijáilovich se estaba apoderándose de todo el continente debido a la gran ambición del emperador Fyodor Dostoyevski. A su servicio tenía a su asesino personal Dazai Osamu, que desde las sombras hacía el trabajo sucio. Hasta que u...