-¿Así que pensaste que era mejor no salir viva de la situación?- Preguntó el psicólogo del hospital que venia a verme cada dos días y hablar sobre lo sucedido. Había pasado una semana, era viernes y todavía seguía en el hospital por los traumas y la herida en no cabeza.
Asentí levemente a la pregunta del psicólogo Warrow.
-¿Ahora sigues pensando lo mismo?- me preguntó.
-No- negué rápidamente -Ahora veo que si eso pasaba hubiese perdido a mi familia y mis amigos, aunque una pequeña parte de mi sigue pensando eso, yo creo que es por la vergüenza que siento-
-El chico que esta siempre que vengo, no cuando hay dos o tres, el que viene a verte solo. Es tu novio- afirmo sin preguntar -¿o no?- preguntó ahora
-sí-
-¿Crees que lo sucedido esta afectando o afectó algo en su relación?-
-Si, como dice usted de mis pequeños traumas, no me siento segura con abrazos, no tolero mucho que me toque, creó que eso afecta demasiado-
-Si, hablamos de eso, y esos pequeños traumas desaparecerán en poco tiempo, lo prometo-
-Bien, terminamos por hoy, te avisare cuando tengamos una sesión pero ya no hace falta que sea tan seguido- se paró y tomo sus papeles, me dio un apretón de mano sin confianza, creo que tenia miedo de que me de miedo y le pegara o saliera gritando pero tampoco era para tanto.
-Esta bien, muchas gracias-
-Adios dijo saliendo, suspire y me acosté nuevamente en la camilla.
#LUNES
-Tu vendrás conmigo- decía el hombre apuntando con un arma. Mire para todos lados, nadie observaba, ni por casualidad.
Avance con miedo y de a poco.
-Tu vendrás conmigo- repetía el hombre.
-Tu vendrás conmigo- apretaba el arma cada vez mas a mi cintura.
-S.si- respondi con la voz débil, comenzaba a llorar por el dolo que provocaba el arma.
-Tu vendrás conmigo- repetía una y otra vez, ahora la voz se sentía a lo lejos pero lo seguía repitiendo, divise a Tomas en la plaza a unos metros.
-TOMAAS!- grite con todas los fuerzas.
-Te dije que no gritaras perra sucia dijo el hombre enojado-
Tomas volteo y cuando su mirada se posó en mi baje la mirada y observe como el hombre disparaba y la sentía la bala atravesar mi estómago.
Abril los ojos llorando, la respiración agitada y Tomas entro corriendo a mi cuarto, se sentó a mi lado en la cama y cuando me abrazo fuerte, me di cuenta que era solo una horrible pesadilla, otra de las tantas.
-Shh, estoy acá mi amor, tranquila- me acurruque en su pecho mientras paraba de llorar. Levante la mirada y mis padres nos observaban desde la puerta.
-Hija- se acercaron -oímos que llamabas a Tomas pero pensamos que era otra pesadilla- dijo mi mama.
-Si, lo fue- Sequé mis lagrimas -Lo siento si los desperté-
Mis padres comenzaron a decir que no me preocupara y no era problema.
-Margaret- Tomas se dirigió a mi mama -Vayan a descansar, me quedare con ella hasta que tenga sueño- dijo él, mis padres asintieron y salieron.
-Tomas- susurré y el me miró -Te amo-
En ese momento me acerqué a el, y lo besé, el me siguió el beso pero sin tocarme, todavía tenia miedo y era la primera vez que nos besábamos por mi maldito trauma que me hacia no poder desde que desperté en el hospital.