-s.s si- respondi temblando claro, no quería que el hombre me pegue un tiro y termine muerta en la plaza pero no sabia que hacer y que pensar, en esta situación nada era lógico o buena opción para mi.
El hombre tomo fuerte mi brazo y me arrastro dos cuadras lejos de la plaza hasta que entrábamos en unas calles vacías, un hombre de unos 20 años me observo -AYUDA!- intente gritar, luego me arrepentí al recibir una sucia cachetada, aquel hombre solo me miro y volteo, imbécil.
Paro frente un portón, lo golpeó y allí me obligo a entrar, intente no entrar y que me suelte pero solo saco el arma empujandome fuerte.
El lugar era oscuro, prendió la luz y era una pequeña habitación con dos puertas, un colchón desarreglado y algunas cosas tiradas, botellas y olor a cigarrillo.
-Recuestate y quitate la ropa zorra asquerosa- termino de trabar la puerta y el pánico aumento en mi como nunca antes.
Volteo y al verme quieta sin reaccionar, negó con la cabeza y se acerco a mi rápidamente mientras alguien tocaba la puerta -Ahora no, estoy a punto de divertirme, en un rato te la comparto!- grito para que el del otro lado escuche mientras se acercaba a mi.
A pesar de mis forcejeos, patadas y gritos, mientras intentaba hacer lo posible para evitar que esto siga a algo mas el con su fuerza mientras me golpeaba y reía en mis intentos de quitármelo de encima me sacaba la ropa con tranquilidad, prenda por prenda hasta tenerme desnuda bajo de el, pesaba mucho y no le importaba hacerme daño en ningún sentido.
Ya no me salían muchos gritos, solo un poco, porque me daba cuenta que nadie me escucharía, que obviamente yo no podía con este hombre bruto y fuerte, capas de cualquier cosa. Solo salían las lágrimas y sollozos que no podía aguantar.
-Mira que sexy estas zorra- me tomo fuerte del cabello dándome vuelta, apretando mi rostro contra el sucio y viejo colchón mientras solo seguía llorando y forcejeando mientras me daba cuenta de que el comenzaba a bajarse los pantalones -Siente como me la pones putita asquerosa- apoyo su miembro sobre mi trasero dándole a este fuertes golpes, demaciado fuertes, fue ahí cuando me sentí completamente rota, sabia lo que venia después, en solo un segundo quizá.
Estaba siendo usada como un trapo sucio, como un objeto que satisface las necesidades de algún vago cagandole la vida a los demás, me sentía como la peor basura del mundo, sentía que en ese momento Rosaly Tompson estaba muriendo.
Me golpeaba sin necesidad, lo hacia provocandome dolor en todas partes, nunca dejaba de llamarme puta, zorra, asquerosa y muchas cosas mas mientras el gemía y me alentaba a seguir cuando ni siquiera estaba haciendo lo mas mínimo en esta situación, cuando el único asqueroso era el.
Y realmente me estaba haciendo sentir así, me sentía usada, sucia y débil. Quería forcejear pero ya no me quedaban fuerzas, solo podía sentir dolor, mis gritos y mi llanto, esperando a que todo acabe.
No podia creer lo que me estaba pasando, perdí la noción del tiempo. No puedo describir lo que sentía, solo que prefería que me matasen para acabar con eso.
Al escuchar pasos sabía que era otro que venía a hacer conmigo lo que quisiese y deseaba morir con toda la fuerza de mi ser.
Claro esta que existía la posibilidad de que esos pasos sean de la policía, de Tomas, de alguna persona que venga a acabar con esta mierda tan cruel y llevarme a casa, pero sabia que eso no iba a pasar, que nadie vendría por mi.
Escuche mi móvil sonar por el piso y nunca terminaba, alguien me estaba llamando repetidamente.
-¿No piensas compartir?- decía un hombre mientras entraba a la habitación, luego tomo mi móvil y lo arrojo fuerte contra una pared que no pude ni ver, ya no podía moverme.
Sentí un pañuelo con un terrible olor tapando mi boca y mi nariz con fuerza, intente quitarlo pero no pude, solo terminaron de salir unas lágrimas débiles de mis ojos y un último sollozo.
******
Abrí los ojos lentamente, ardían y estaban pesados, nose cuanto tiempo estuve inconsciente, me sentía drogada.
Sentí al abrir los ojos vi al menos 5 o 6 manos sobándome todo el cuerpo, las piernas, los pezones, el cuello, pero había unas manos que apretaban con todas sus fuerzas mis pechos, tiraba de ellos como si quisieran arrancármelos y aunque quise apartarlas no pude y me di cuenta de que estaba amarrada a los fierros de la cama, tan fuerte que estaba en duda si me dolía mas cuando intentaba soltarme o dolía mas la manera en la que uno de los hombres me follaba sin piedad.
La respuesta era la segunda, sentía que empezaba a sangrar y comencé a llorar nuevamente mientras sollozaba y gritaba del dolor.
Era asqueroso, el hombre, los hombres eran asquerosos, me hacían algo asqueroso, me hacían asquerosa a mi misma.
Si hay algo que no le deseo a nadie, es esto.
Lo peor que le pueden hacer a alguien y a una mujer, esto. Me sentía tan muerta, débil, asustada, sin saber que hacer ya que todo lo que intentaba, nada servía era yo sin fuerzas contra cinco hombres.
Lo único que pensaba era que no iba a salir viva de esto, entonces pensaba en todas las personas a mi alrededor, mis padres, mis amigos, mi hermano, Tomas.
-SUELTENME! Me lastiman!!- intente gritar lo mas fuerte posible, estaba cansada de no poder hacer nada.
Pero solo me gane unos fuertes golpes el todo el cuerpo.
Cuando el hombre salio de mi sentí un gran alivio en mis partes, luego sentí su dedo pasar por mi sangre que salía de allí y hasta que llegaba a mi lado otro tipo me follaba duro.
Este paso su dedo con mi sangre por mis labios, apreté fuerte estos pero con su fuerza lastimo mi labio inferior, entonces metió su dedo en mi boca.
-Lame eso perra sucia- dijo antes de voltear y comenzar a vestirse ignorando a los demás que seguían usándome como un juguete. Al terminar de vestirse salió como si nada y el que apretaba mis pechos trabo la puerta y volvió para lamer cada parte de mi cuerpo con diversión.
Apreté los ojos y los labios fuerte, esto no terminaba mas.
-Pa.paren- balbuceo como puedo y el que me daba fuertes nalgadas me mira sonriendo y al momento esta poniendo una fuerte y gruesa cinta gris en mi boca para que no pueda hablar, luego sale normalmente como aquel otro y solo quedan tres tipos en la habitación, pero uno también se va enseguida al recibir una llamada.
El que me follaba ahora se acerca a mi lado para acabar asquerosamente en mi cara, siento ganas de vomitar, pero la cinta no me lo permite.
El otro tipo le abre la puerta, este se viste y se va, el mismo tipo cierra con seguro y voltea para subirse arriba mio y lamer mis pechos.
-Yo se que te gusta- susurra en mi oído ahora antes de comenzar a succionar partes de mi cuello seguramente dejando feas manchas moradas, sacudiéndome le doy un cabezazo, este solo sequeja un poco y se para.
-Te haré ver lo bueno que soy de todas las maneras posible- y al terminar comienza a follarme por delante y por detrás, golpeándome mas que todos juntos lo hicieron este tiempo para moverme como un trapo en distintas poses mientras yo solo lloraba deseando nuevamente morir. Ahora mismo.
Deseando que todo esto solo sea una horrible pesadilla, sabiendo que no había una peor manera de ser humillada en toda la vida.
Que si esto no era una pesadilla, lo iba a ser por el resto de mi vida, una pesadilla que me perseguiría por siempre, algo asquerosamente imposible de olvidar.