Capítulo 5. Una visita inesperada.

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Cuando llegamos del Agujero de la Gloria, Peter y Josh no estaban solos. Junto a ellos vimos a un extraño hombre que parecía sacado de otra época. Llevaba ropa de soldado, aunque no de los actuales, una barba canosa y descuidada y se movía como si estuviese herido. Su mirada era osca y desafiante ¿de qué estaría hablando con Peter y Josh? Bebían y fumaban con él mientras charlaban de pesca, aunque en el momento en el que llegamos a la altura de la candela, el hombre nos miró de forma despreciativa y se dirigió al bosque sin despedirse.
Josh nos contó poco después que había aparecido de repente mientras pescaba en el lago, que le había preguntado por el día en el que estaban y que luego, había mirado hacia el bosque y se había sentado junto a él sin decir palabra durante más de media hora. Lo había invitado a beber algo junto al fuego y el hombre lo había seguido sin rechistar. Peter, que tampoco habla mucho y que ya estaba bastante colocado, ni se había percatado de su presencia.
- ¿Le preguntaste cómo se llamaba?- interrogó Anthony a Josh.
- No caí en eso; él tampoco me preguntó el mío. Estuvimos hablando de pesca, del lago, del bosque... y poco más.-respondió Josh. –Pet le ofreció un cigarrillo y él lo aceptó con desgana.- continuó Josh. –Luego tomó un trago de cerveza y se adormiló junto al fuego. Y hasta ahora que habéis llegado y no sé por qué se ha marchado.
- ¿Pero parecía herido?-le preguntó Anne.
- Sí, aunque él no se quejó en ningún momento. Ni nos pidió ayuda.-respondió Josh de nuevo.
-¿Y te dijo qué hacía aquí?- le preguntó Anthony.
-No, no me ha hablado mucho sobre él- zanjó Josh la conversación.
Esta no arrojaba nada de luz sobre aquel extraño personaje, además Peter y Josh no eran muy habladores, por lo que no le habrían sonsacado nada ni aunque hubiesen pasado todo el día con él.
- Sí que dijo algo que me causó un gran impacto- añadió Josh. –Habló de que pagaríamos por lo que habíamos hecho.
- ¿Pagar él qué? ¿qué habíamos hecho?- intervino Helen nerviosa.
- Pues no lo sé. Hablaba consigo mismo. No creo que fuese sobre nosotros. Además el hombre parecía desnortado.- dijo Josh.
Durante la tarde comprobé como la relación entre Michael y Helen se iba haciendo más y más estrecha. Se llevaron dentro de la tienda casi todo el tiempo con la excusa de que Michael se encontraba mal, aunque de vez en cuando de ella salían unas risitas y gemidos que apuntaban todo lo contrario.
El pobre Anthony no paraba de beber y proponer cosas absurdas que ni Peter compartía. Se metió varias veces en el lago, propuso jugar al pañuelo y a balón prisionero, pero estábamos un poco amodorradas para seguirle, y Peter y Josh ya estaban bastante colocados como para hacer ejercicio.

El extraño caso del hombre ahogado en el lago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora