Cameron

PRUDENCE CAMERON.

He dejado al pequeño cachorro grosero en el departamento, no tengo temor a que se escape ya que he dejado seguridad para que lo cuiden hasta que regrese.

El día en la oficina está cómo siempre, aburrido y con una junta programada.

Si hay algo que verdaderamente no soporto de esto, es eso. Las malditas juntas.

Papá deberia de hacerse cargo de esas cosas.

—Tienes visita —Matthew entra.

—No quiero recibir a nadie —digo sin quitar la mirada de la computadora.

—Es una visita importante.

—No me importa si es la reina Isabel.

—No soy Isabel, pero si una reina —dice una mujer.

Retiro la mirada de mi computadora y volteo hacia la entrada de la oficina.

—Vaya... es una verdadera sorpresa.

—Hola, hermanito —ella sonríe —. ¿Me has extrañado?

—Prudence, ni un poco.

—Veo que sigues siendo el mismo idiota de siempre —ella se me acerca y Matt se retira —. Esa no es forma de tratar a tú hermana después de no haberla visto durante meses.

—¿Qué tal el crucero?

—Impresionante. Conocí muchas cosas allá.

Mi hermana había estado fuera de Nueva York desdé hace unos meses debido a que ella quería ir de crucero por el Caribe. Ella ama el océano, según ella le brinda mucha tranquilidad y estabilidad.

Ella es una copia de mi mamá, tienen el mismo color de cabello y el color de piel. La única diferencia es en los ojos, Prudence tiene ojos azules, herencia de nuestra abuela.

—¿Qué estás haciendo? —ella rodea el escritorio y se coloca a mi izquierda —.¿Qué estás haciendo con el traductor de Francés a Español?

Cierro la ventana.

—Nada —contesto —.¿Cuándo llegaste?

—Hace unas horas.

—¿Algo interesante te paso?

—Conocí a unos cuántos chicos muy interesantes en las islas que visite.

—Evita los detalles, no quiero saberlo hermana.

Ella ríe.

—Mamá me recibió con una noticia muy inesperada —me dice.

—Ya me imagino cuál.

—Dimitri, es una oportunidad excelente para que conozcas personas por fin. No has tenido ni una sola relación con alguien.

—¿Eso crees?

Me mira confundida.

—No...—ella sonríe —.¿Acaso si lo has hecho? —me golpea en el hombro —¿Por qué no lo habías dicho antes?

—Por que sabes perfectamente que no me gusta que nadie se entere de mi vida, ni siquiera la familia —respondo.

—Dimitri... wow... de verdad no esperaba esto ¿Desdé cuándo?

—Unos meses.

—¿Quién es? —me cuestiona —.¿Lo conocemos?

—No, no es alguien a quién usted conocen.

—Quiero saber absolutamente todo hermanito ¿Cómo se llama?

—Jayden, Jayden Russell.

—¿Jayden? Es un buen nombre ¿Dónde lo conociste? ¿Cómo lo hiciste?

—Por casualidades del destino.

—Ay hermano...—me abraza —. Estoy tan contenta por ti —dice muy emocionada —Pensé que te quedarías cómo un solterón.

—Hermana deja los abrazos.

Ella me suelta.

—Se lo iba a decir a mamá cuándo nos vimos pero ella no me dio tiempo ya que me salió con su estupenda idea.

—Se lo tienes que decir ya mismo. Tienes que presentarnos con Jayden Russell.

—Lo haré.

—¿Cuándo?

—Aún no lo sé, cuándo tenga tiempo.

—Mañana en la noche, en el restaurante de siempre.

—Hermana...

—¿Qué? No puedes seguir haciéndonos esperar. Así que comenzaré a preparar todo.

—Me provocas dolor de cabeza.

—Me amas —sonríe —.¿Le piensas proponer matrimonio a tú enamorado?

—Si.

—El restaurante puede ser una perfecta oportunidad para ello.

Mi hermana tiene un punto, puede que esa cena que quieren realizar me pueda ayudar.

—¿Cómo es él? —pregunta Prudence.

Abro mi cajón y saco la fotografía.

—¿Es él? —ella toma la foto.

—Si.

—Es demasiado guapo, si no fuera mi futuro cuñado te lo robaría hermanito —dice —. Dios... esto me tiene demasiado emocionada. Hay tantas cosas por hacer. Tengo que hacer la reservación en el restaurante ya mismo y también tengo que conseguir un vestido para la ocasión.

Veo cómo saca su teléfono.

—¿Qué estás haciendo?

—Voy a hacer la reservación y también voy a llamar a una vieja amiga experta en moda.

—¿Vieja amiga?

—¿Quién más va a hacer? Idiota estoy hablando de Beatrice.

—¿Beatrice?

—Bueno tengo una confesión... después del crucero volee a Italia.

—¿Fuiste a Italia?

—Si, ummm... no sé cómo decírtelo. Me invitaron a la boda de su hermano.

—¿Qué?

—Beatrice me invito. Solo pude estar presente durante la ceremonia, a la fiesta no pude quedarme por que quería visitar Turquía antes de volver a América —responde —. La boda fue... un tanto rara.

—¿Rara?

—Si, el novio de Alessio, estaba demasiado serio y triste. Oh por lo menos así lo ví. En cambio Alessio se mostraba contento. ¡Oh! Por cierto te ha mandando saludos.

—No quiero nada de ese tonto —digo —. Alessio De Luca siempre me ha parecido un imbécil presumido.

—Pues no tienen demasiadas diferencias.

—¿Qué quieres decir con eso Prudence?

—Nada, no me hagas caso. Mejor concéntrate en presentarnos formalmente al futuro miembro de la familia Cameron —se aleja —. Me tengo que ir, hay muchas cosas que hacer. Nos vemos después hermano —camina hacia la salida —Está princesa se cambia de cuento —abre la puerta y sale de la oficina.

Ella en definitiva es un caso.