DEMONIO DE LA GUARDA.

950 87 28
                                    

Mi madre ha salido con la vecina al supermercado, nuevamente me encuentro con mi padre. Hasta el momento todo ha sido silencio, no me nace tener una charla amigable con el hombre que me vendió cómo si fuera un maldito perro.

—¿A dónde se fue tú marido? —él rompe el hielo —.¿Por qué te dejo aquí?

—En primera me dejo aquí por que es mi casa y segundo no sé a dónde fue, tenía asuntos importantes que atender.

—¿Asuntos importantes? ¿Qué asuntos pueden ser más importantes qué su luna de miel?

—Escucha...—volteo hacia él —. No me interesa sus asuntos importantes. Te recuerdo que todo esto del matrimonio es una total farsa —le digo serio —Todo esto... todo esté maldito show. Lo provocaste tú. Por que si no mal recuerdo... me vendiste para salvar tu pellejo.

—Jayden... le sigo rogando a los cielos que te abran esa pequeña mente tuya. Te hice un favor.

—¿Así? ¿Y puedo saber qué favor me hiciste?

—Jayden te casaste con uno de los hombres más ricos, importantes y poderoso de América. Todo el imperio de los Cameron, ahora también es tuyo. Eres ahora Jayden Cameron, imagina todo lo que tienes en tus manos en estos momentos hijo.

Es sorprendente el descaro de esté maldito hombre.

Me levanto de la silla.

—Eres un descarado sin ninguna vergüenza ¿Cómo puedes decir esas tonterías?

—Tan solo estoy diciendo la verdad. Todo lo que tiene Dimitri Cameron por derecho es tuyo ahora. Podrías darte la vida que siempre te mereciste.

—¿Y cuál vida sería esa según tú?

—La vida de un rey.

—Eres un asco de persona, me da pena decir que eres mi puto padre.

Él se pone de pie, se me acerca y se coloca delante.

—¿Qué pasa papá? ¿Te di dónde te duele?

—Eres un muchacho malcriado —dice molesto —. Deberías de respetarme.

La puerta del departamento se abre, volteo y veo entrar a Dimitri.

—¿Todo está bien? —pregunta el castaño confundido.

Centro mi mirada en mi padre.

—¿Por qué debería de respetarte? ¡Dime por que! Tú no mereces nada de respeto de mi parte. Eres un hombre que carece de todo sentimiento humano. A ti no te importa nadie, a ti lo único que te importa eres tú. Yo ya no te veo cómo mi padre, te veo cómo a un maldito bastardo.

—¡Insolente!

Él levanta su mano izquierda y me da una bofetada en la mejilla con mucha fuerza.

Llevo mi mano hacia ella y me sobo mientras volteo lentamente hacia mi padre.

—Eres un maldito —Dimitri se acerca a mi padre, lo toma del cuello de la camisa, lo lleva hacia la pared y lo pega con fuerza contra ella —.¿Cómo te atreves? ¡¿Quién carajos te crees qué eres?! —saca su arma de fuego y la coloca en la frente de mi padre —Debería de matarte ahora mismo. Te aseguro que nadie te extrañaría.

—¿Qué p-pasa Dimitri? ¿A-ahora te importa? Creí que... solo era un juguete para ti.

—¡Eso no te importa! —grita —. Hoy he tenido un día de mierda y tú solamente lo estás empeorando más con tú maldita existencia. Creo que debemos de dejar de hablar y... meterte un maldito tiro en la cabeza.

—No... por favor. S-soy tú suegro. No puedes hacerme daño.

—Creo que si puedo —responde Dimitri.

—Dimitri...—me acerco a él —. Déjalo.

Él desvía la mirada hacia mi.

—¿Qué? No puedes estar hablando en serio.

—Estoy hablando en serio, no vale la pena —respondo —. Él nunca ha valido nada. Déjalo ir por favor.

Me hace caso y lo suelta.

—Si vuelves a poner tú sucia mano sobre él, te voy a matar de la forma más cruel que existe. No voy a tener piedad alguna ¿Me has entendido? 

Mi padre asiente con la cabeza sin decir nada.

Dimitri me mira, toma mi mano derecha y me lleva hacia la puerta. Salimos del departamento, caminamos hacia las escaleras, las bajamos, llegamos a la entrada principal del edificio y lo abandonamos.

—Ese hombre es un maldito —dice el castaño —. Debiste de haber dejado que me encargará de él cómo el perro que es —se detiene y da la vuelta —Ese hombre... no debió de haberte pegado.

—¿Qué es lo qué pasa contigo? —le pregunto —.¿Por qué ahora tienes esté comportamiento tan raro?

—No sé a que te refieres.

—Cuándo estábamos en la cabaña me trataste diferente. Cómo.. si fueras una persona con sentimientos. Y ahora me defiendes de mi padre cómo una fiera ¿Qué es lo qué te está pasando?

—Nada —responde —. No me está pasando absolutamente nada.

—Dimitri...

—Hoy fue un día malo, no me siento bien... vámonos.

—¿Qué fue lo qué te paso? Sé que no quieres... que no te gusta que se metan en tus asuntos. Pero me ayudaste con mi padre... quiero devolverte el favor —comento —.¿Qué fue lo qué te pasó qué te arruino el día?

Dimitri suelta un suspiro.

—Vamos al parque —me dice —. Te lo contaré todo.

—Está bien —asiento con la cabeza —. Pero antes quiero decirte algo.

—¿Y qué es?

—Gracias. Gracias por defenderme de mi padre.

—De nada, él no tiene derecho a golpearte. Si lo vuelve a hacer, tú me lo vas a decir enseguida ¿Sí?

—Dimitri no creo que sea...

—Jayden, promete eso. Que si tú padre te lastima me lo dirás.

—Está bien, te lo prometo.

—Muy bien, que cachorro tan obediente.

—No me digas así —me rió.

—Te queda —dice —. Ya vámonos.

Él me sonríe, comienza a caminar por la calle y lo sigo.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 18 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora