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Intenté salir lo más pronto de mi trabajo, pero hoy me asignaron un nuevo proyecto por lo cual tuve que quedarme hasta un poco más tarde en la oficina. Una vez concluí mis actividades conduje hasta mi departamento.

—Huele extraño—musité y noté que se encontraban los zapatos de mi adorable novio. —¿Amor? —pregunté acercándome a la cocina. —Nam, ¿qué hiciste? —pregunté al ver todo un desastre en la cocina. Sartenes con comida quemada, trozos de comida por todos lados, además de varios utensillos en el piso.

—Intenté hacer la cena—dijo avergonzado y procedió a abrir el horno del cual salió humo y un olor a comida quemada. En ese preciso momento se activaron los rociadores contra incendios.

—¿Amor estás bien? —pregunté mientras intentaba mantener mis ojos cerrados.

—Si—respondió con un tono triste.

—Deberíamos abrir las ventanas—sugerí mientras caminaba en dirección a las ventanas.

—De verdad lo siento, yo...—interrumpí su disculpa con un beso.

—Amor... te amo—musité en medio del beso.

—¿No estás enojada? —preguntó rascándose la nuca.

—Claro que no—sonreí de forma dulce—Me conmueve demasiado que hayas intentado cocinar para mí—reconocí abrazándolo.

—Quisiera ser bueno en la cocina—musitó.

—Nam... eres excelente en otras cosas—sonreí de forma traviesa, haciéndolo sonrojar. —Pediré comida—anuncié tomando mi celular. —¿Te parece pollo con cerveza? —pregunté y mi novio asintió.

Mientras esperábamos nos dedicamos a ver una película, pero cada vez notaba que Nam se encontraba en su propio mundo.

—Amor—Lo llamé y al no obtener respuesta toqué su mano. —¿Estás bien? —pregunté preocupada ya que él no era mucho de disociar.

—¿Por qué te gusto? —soltó mirándome.

—¿Qué? —fruncí mi seño.

—Yo... soy malo cocinando, soy torpe algunas veces, rompo todo y...—Lo besé.

—Nam por dios, eres increíble. Eres jodidamente atractivo, tu música está a otro nivel, eres demasiado cariñoso como novio, adoro de sobremanera tu torpeza e incluso amo que te pongas tímido...—esta vez fue el quien me calló con otro beso... pero el beso cada vez iba aumentando su intensidad y el empezó a acariciar mi piel debajo de la blusa, pero en el mejor momento empezaron a tocar el timbre. —Amor... debo abrir...—musité en sus labios.

—No—dijo continuando con sus caricias.

—Nam...—Lo empujé con mi mano y me levanté a abrir. —Hola, muchas gracias—dije y al ver la expresión del chico de seguro me veía terrible. —La comida llego—anuncié y mi novio colocó sus manos en mi cintura y empezó a besarme en el cuello. —Amor... quiero comer—hice un puchero y él se alejó. —Descuida tenemos toda la noche para hacer lo que quieras—sonreí y fui a ver cubiertos para empezar a comer. 

BTS ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora