Jin

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―¿Crees que esto es justo para mí?― pregunté bastante triste por la situación en la que me encontraba. ―Es justo que dejes de hablarme y tenga que enterarme de tus viajes por los medios de comunicación.

―Estaba molesto y necesitaba tiempo para pensar las cosas― Jungkook intentó tomarme de la mano, pero estaba demasiado herida para ceder.

―Con un mensaje hubiese sido suficiente. Pero decidiste desaparecer.

―Lo siento, de verdad―Me rodeó con sus brazos y yo rechacé su cercanía.

―Por favor, vete―pedí con un hilo de voz. ―No quiero seguir discutiendo, es tarde―abrí la puerta de mi departamento y antes de que cruce el umbral decidí soltar la frase mas dolorosa de todas―Creo que es mejor terminar.

―Halamos otro día―respondió Jungkook antes de salir.

Luego de cerrar con lentitud la puerta me dejé caer y empecé a llorar. No era la primera vez que teníamos un problema similar y sentía esa intuición de que había alguien más en nuestra relación, me sentía demasiado triste así que me quedé dormida en el sillón hasta que escuché el molesto ruido del timbre.

―Mierda―musité y como pude me levanté a abrir la puerta. ―Hola―dije confundida al ver a Seokjin con bolsas llenas de comida.

―Vine a ver como estas y a cocinarte algo delicioso―dijo agitando las bolsas sin dejar de sonreír.

―Estoy bien―mentí. ―Me iré a bañar―anuncié desapareciendo de la cocina y refugiándome en mi habitación.

Nosotros dos habíamos sido amigos mucho antes de que yo conociera a Jungkook, en realidad fue Jin quien nos presentó a ambos. Pero en ese preciso momento lo único que deseaba era ver alguna comedia romántica y llorar a gusto. Me puse ropa cómoda y decidí que era momento de salir.

―Seokjin―llamé en el marco de la puerta y pude ver la cantidad de comida que se encontraba lista. ―Por Dios, es demasiada comida―señalé la mesa.

―Hice tus platos favoritos―sonrió de forma dulce.

―Al menos tu sabes cuales son mis platos favoritos―dije con tristeza mirando al piso.

―Vamos a comer―Me tomó del brazo y me llevó a una silla. ―Espero que lo disfrutes.

―Gracias―musité y empecé a comer en silencio ya que no quería hablar. ―Yo lavaré todo―dije y empecé a recoger los platos sucios con la esperanza de que Jin se fuera.

―De acuerdo, me voy―anunció y mientras lavaba los platos empecé a pensar en demasiadas cosas que me hicieron descuidar y como consecuencia terminé rompiendo un vaso de cristal. ―Lo que me faltaba―sollocé.

―Deberías tener mas cuidado niña―dijo Jin detrás de mí. Me tomó de la cintura y me alejó de todos los vidrios rotos.

―Creí que te ibas a marchar―solté rodando los ojos.

―No me iré, planeo dormir en tu sofá todo el fin de semana.

―No quise ser grosera Jin, pero no te invité y mucho menos quiero pasar todo el fin de semana contigo. Sabes mejor que nadie que no estoy bien y quiero estar sola al menos para poder llorar a gusto―grité mientras algunas lágrimas bajaban por mi rostro.

―Lo siento, debí avisarte. Pero... Yo no quiero que sufras―desechó los vidrios rotos y se acercó a mí para abrazarme, cosa que no permití.

―Estoy cansada de todo esto. Discuto con Jungkook y tú siempre estás aquí. ¿No debería ser él quien haga esto?

BTS ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora