―Qué extraño―musité; comencé a caminar, ―Mandarino―llamé varias veces mientras caminaba.
―¡Deja de gritar niñita!―Me regañó una señora mayor desde el segundo piso de una vivienda cercana.
―Lo siento... señora por cierto ¿no ha visto al gato naranja que siempre está aquí?―pregunté con un poco de esperanza.
―No lo he visto casi una semana―respondió, ―espero que no regrese, ese gato solo nos trae problemas―cerró con fuerza su ventana.
―Vieja odiosa―gruñí para mí misma y continué con mi búsqueda en silencio.
Si bien suelo llevarle alimento al pequeño gato, la última vez que lo vi fue hace una semana. Luego de aquel día no pude regresar al parque donde vivía el pequeño minino.
―Debí adoptarte―Me dije a mí misma un poco molesta, ―debí adoptarte a ti y enviar al demonio a MinHwan―escuché un maullido bastante débil proveniente de un arbusto con espinas. ―¡Mandarino!―sonreí al ver al gatito, pero mi alegría duró muy poco al ver su estado, ―regreso en un segundo―corrí hasta una de las tiendas de conveniencias para pedir una caja.
Corrí lo más rápido que pude hasta el veterinario que se encontraba frente a la estación del metro, ingresé bastante asustada por el estado del gato.
―Necesito ayuda―pedí mostrando al gato. ―No se que le pasó, lo encontré en el parque―sollocé y me quedé junto a una de las empleadas de la veterinaria. ―Es mi culpa―solté bastante triste, ―no lo adopté por que el idiota con el que salía era alérgico―Me limpié las lágrimas cuando vi al veterinario.
―No está muy bien, tiene muchas heridas. Es un milagro que siga vivo―dijo de forma sincera, ―necesitaré que se quedé aquí algunos días para monitorear su avance...―Me miró un poco triste, ―pero existe una mínima posibilidad de que se recupere.
―¿Puedo verlo?―pregunté en un susurro. ―Lo siento mandarino―sollocé al ver al gato, ―es mi culpa, debí protegerte... debí llevarte conmigo―Lo acaricié de forma delicada y besé su frente, haciendo que el gato despertara y me mirara.
TRES SEMANAS DESPUÉS.
―Hoy puedes llevarte a Mandarino―sonrió el veterinario, ―es un completo milagro que se haya recuperado.
―Muchas gracias―sonreí, mientras tomaba al gato entre mis brazos.
―Recuerda darle su medicina―Me entregó un sobre donde se encontraban los medicamentos.
―No lo olvidaré, ¿verdad precioso?―estaba demasiado feliz.
Ambos salimos de ese lugar y me dirigí hasta mi departamento, donde me encontré con la última persona que quería ver.
―¡Por qué llevas a ese animal pulgoso!―Se quejó MinHwan, haciéndome rodar los ojos.
―¿Qué haces aquí?―pregunté enojada.
―¿Por qué cambiaste la contraseña?―dijo molesto.
―Te recuerdo que nosotros no somos nada―evité levantar mi voz para no asustar a Mandarino ni a los vecinos, ―largo de aquí.
―¿Me cambiaste por ese animal? ¡Qué patético!―comenzó a reírse.
―Tienes toda la razón, me siento patética por haber salido con un neandertal como tú―él intentó tocarme, pero mi gato lo lastimó y empezó a realizar varios maullidos raros.
―¡Estúpido gato!
―Perfecto, ahora deberé llevar nuevamente a Mandarino al veterinario por si lo contagiaste con alguna enfermedad―sonreí y mi minino empezó a frotar su cabeza contra mi cuello. ―Descuida mi vida, vamos a ignorar a este idiota―Lo empujé lejos de la puerta y coloqué el código de seguridad para ingresar. ―Bienvenido a tu nuevo hogar―sonreí y lo bajé de mis brazos para que pudiera explorar mi departamento.

ESTÁS LEYENDO
BTS ONE SHOTS
FanfictionHistorias cortas, imaginas, reacciones y de todo un poco de los integrantes de BTS. ******************** Ninguna historia tiene la finalidad de difamar... RECUERDEN ES UN FANFIC.