J Hope

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―Hola―sonreí al ver a los chicos, pero al ver a mi mejor amigo mi cara cambió drásticamente. ―¿Dejaron que se embriagara? ―Los miré enojada, ―saben cómo se pone ebrio―dije.

―Lo si..ento noona―dijo JK, quien estaba igual o peor que Hoseok.

―Lo llevaré a casa―suspiré. ―Hobi, vamos a casa―Lo ayude a levantarse y nos dirigimos a mi auto. ―Intenta no vomitar―pedí mientras abrochaba su cinturón de seguridad.

―No estoy tan ebrio―dijo Hoseok en medio camino.

―Te ves terrible―Le di una corta mirada para luego volver a concentrarme en el camino.

Al llegar al estacionamiento, ayude a mi mejor amigo a caminar hacia el ascensor.

―¿Recuerdas la clave? ―pregunté.

―Te dije que no estoy tan ebrio―respondió colocando la clave en la puerta. ―¿Ahora me crees? ―entró a su departamento y yo solo lo seguí.

―Bien, vamos a que te bañes. Apestas a alcohol―señalé el baño para que pudiera entrar.

―No quiero quitarme la ropa―dijo aferrándose a su camisa.

―Jung Hoseok, debes bañarte. Pero tengo miedo de que te resbales y te lastimes―dije de forma sincera.

―No estoy ebrio―volvió a decir por tercera vez.

―Si no estás ebrio, ¿por qué tenías esa mirada de molestia y confusión? ―pregunté cruzándome de brazos en el umbral de la puerta.

―No sé―Se encogió de hombros y finalmente se quitó la camisa y el pantalón para entrar a la regadera, calenté el agua y me di la vuelta para que pueda bañarse. ―¡Está helado! ―Se quejó mientras se abrazaba a sí mismo, así que decidí regular la temperatura del agua, pero terminé resbalándome y mojándome la ropa, ―¿estás bien? ―preguntó al verme empapada.

―No, no estoy bien―gruñí―se supone que hoy tengo una cita. De hecho debería estar en un bonito lugar y no aquí―tomé la toalla y me marché para poder secarme.

―Secaré tu ropa―habló Hoseok y me entregó ropa seca para que pudiera cambiarme.

―Gracias―musité y entré en el baño para poder cambiarme. ―Tu ropa me queda enorme―dije y él me miró extraño ya que solo me había colocado su sudadera, ―me quería disculpar por lo que paso hace rato... 

―No hay problema―intentó sonreír.

―Si no estás ebrio, ¿qué ocurre?―Lo miré, ―me estás asustando.

―No deberías preocuparte, tu ropa estará seca en 15 minutos―anunció y se marchó, suspiré y caminé detrás de él.

Ambos nos sentamos en uno de sus sillones y empezamos a ver una película, cuando pasaron las primeras escenas me di cuenta de que se trataba de "Love Rosie" y me pareció extraño ya que Hoseok no es de mirar este tipo de películas.

Seguro trajo a alguna chica para ver esa película, pensé y automáticamente me puse un poco triste.

Los minutos pasaron y ambos mirábamos con concentración la TV, así que los 15 minutos se convirtieron en hora y media.

―Es hermosa―musité y mi mejor amigo no dijo nada. ―¿qué tienes? ―Me levanté de forma brusca y prendí la luz notando que él tenía los ojos cristalizados. ―¿Te duele algo? ¿Te llevo al hospital? ¿Quieres comida? ¿Quieres que me marche? ―Me apresuré a decir al ver a mi amigo en ese estado.

―Estoy... bien―atinó a decir.

―No estás bien. ¿Algún problema con alguna chica? ―pregunté acercándome más a él y tomando su mano. ―Sabes que puedes contarme cualquier cosa, lo que sea―sonreí.

―Me... gusta una chica. Pero yo no le gusto―suspiró.

―¡¿Qué?! ―grité sorprendida, ―¿a qué clase de idiota no le gustarías? ―pregunté enojada. ―¿Ella te lo dijo? Por que voy a arrancarle los... ―fui interrumpida.

―No me lo dijo, pero siempre me lo demuestra con sus acciones.

―¿Es alguien del staff? ¿por eso bebiste? ―pregunté y al no obtener respuesta lo abracé. ―Eres el chico más encantador de todo el mundo y cualquier mujer estaría más que feliz de tenerte a su lado mi solecito.

―Me gusta cuando me llamas así―rompió nuestro abrazo. ―Lo siento, quizás si bebí un poco―Se acercó a mi rostro, quedando a centímetros tanto que nuestras respiraciones se mezclaban.

―¿Qué haces? ―pregunté ingenua.

―No lo sé―dijo acortando la distancia y empezando un dulce beso.

―¿Qué fue...?―Hoseok sonrió y colocó su dedo en mis labios.

―Me gustas. No sé desde cuándo, solo sé que detestaba cada vez que tenías una cita a ciegas. Por eso estaba molesto hoy.

―¿Por qué no lo dijiste antes? ―levanté mi ceja. ―A mí también me gustas solecito―sonreí y esta vez fui yo la que empezó el beso que cada vez se intensificaba más. 

BTS ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora