Sakura Palace 10:20 PM
Atravesó las pesadas puertas de caoba que el corpulento guardia abrió para él, cuando le mostró la nota que le habían dejado en el hotel. Lo recibió un ambiente extraño, mesas apostadas alrededor de un amplio salón, con una barra de bebidas en el centro; los escaparates estaban dispuestos a manera de un gigantesco círculo, que permitía a las empleadas atender desde dentro, las luces tenues permitían ver cada detalle con claridad, desde el suelo de madera oscura hasta la segunda planta adornada con vidrios polarizados.
—¿Bakugo Katsuki? —Uno de los hombres del staff, alto y fornido, metido en un traje negro se acercó a él.
—Soy yo —respondió con cautela.
—El jefe lo espera, sígame.
Caminó a través de los asistentes, no podía reconocer a ninguno, pero los finos trajes a la medida, la ropa de diseñador, y por supuesto los guardias en cada esquina, apuntaban a que se trataba de algo más que un simple bar.
Fue conducido a la segunda planta, al fondo de un largo pasillo que apenas tenía luz para ver sus propios pasos. La puerta se abrió para dejarlo entrar. Era una sala espaciosa, con sillones de cuero negro formando un semicirculo; en el centro había una mesa con un tubo de metal que la atravesaba, no necesitaba ser experto para saber su uso. Al otro lado de la puerta se hallaba un enorme ventanal que le permitía ver casi todo el bar, y dejaba pasar como única fuente de luz la de la pista de baile.
—Llegó señor —anunció el guardia.
—Gracias, puedes marcharte —respondió una figura oscura de la que apenas se distinguía su traje negro, sentada en el extremo izquierdo de la sala.
La puerta se cerró, dejándolo solo con un grupo de tres figuras escondidas entre las sombras.
—Bienvenido Bakugo, por favor, siéntate —invitó el extraño.
—Vamos al grano, ¿quién eres tú y qué es lo que quieres de mí? —preguntó sentándose al otro extremo de la sala, justo frente a su anfitrión.
—¿Cómo te atreves? —habló una voz femenina que no intentó aligerar su tono amenazante.
—Antes de comenzar, déjame invitarte un trago, puedes pedir lo que sea —interrumpió el anfitrión con voz serena.
—Whisky —respondió sin más.
El hombre le mostró una sonrisa afilada. Tomó el teléfono que estaba pegado a un costado del sofá y marcó un número.
—Buenas noches querida —habló a través de la línea—, nuestro invitado llegó. Trae una botella de nuestro mejor Whisky y tráenos un par de acompañantes para aliviar la tensión.
—Eso último no es necesario —interrumpió.
—Que sea solo para mí, apresúrate —dijo, solo para colgar después—. Bien Bakugo, vayamos al punto entonces. Conozco bien su trabajo y sus cualidades, lo llamé porque necesito a alguien capaz para hacerme un par de favores.
—¿Conoces mi trabajo? —preguntó con una sonrisa divertida— ¿A qué te refieres?
—Simple, sin importar cuantas veces busqué nuevos corredores que te vencieran, simplemente ninguno lo conseguía. Esas habilidades tras el volante son justo las que necesito.
Katsuki sintió como la sangre se le helaba, el hombre frente a él sabía de su oscuro pasado con las carreras clandestinas, algo que había quedado atrás hacía casi diez años.
—Cierto, ¿dónde están mis modales? —continuó su anfitrión— no me he presentado, mi nombre no tiene importancia, pero mi familia se enorgullece de mi apellido, así que puedes llamarme Shigaraki.
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No me salves, solo corre [KatsuDeku]
FanfictionBakugo Katsuki, uno de los hombres de negocios más importantes de Japón, recientemente vive atormentado por una vorágine de recuerdos de sus épocas juveniles. Uno de esos recuerdos en especial lo mantiene en vela cada noche, aquel chico de su infanc...