Tras girar al final del pasillo, Zeke entra en una pequeña habitación, yo diría que es la sala de mantenimiento o limpieza. No hay nadie a la vista, así que me acerco y escucho a través de la puerta.
- Tenías razón, se reúnen en los edificios abandonados. Aparentemente son mendigos inofensivos, pero observándolos bien podemos deducir que están organizados. Lo más extraño es que parecen conocer información privilegiada, como nombres, direcciones, horarios,... – Dice Zeke.
- Pero aún no sabéis lo que buscan. – Dice Tobías.
- No, aún no.
Los dos guardan silencio. Quisiera quedarme a escuchar más de la conversación, pero ya he perdido mucho tiempo. Además, si alguien aparece por el pasillo o alguno de ellos sale de la sala de repente, no tendría excusa. Entro en la habitación de al lado, que está vacía, cojo un papel y le escribo un mensaje a Tobías: "T. Ayuda. E.". Lo lanzo por debajo de la puerta y salgo corriendo de allí. Desearía contarle la situación para prevenirlo, pero sé que no es conveniente que lo vean conmigo ahora. Si Tobías saliera en este momento, si lo dejara todo, incluso esa importante conversación con Zeke, e intentara llegar lo más deprisa posible al despacho de Marvin, sé que llegaría antes que yo, pues él puede utilizar el ascensor privado. Mientras bajo en ascensor pienso en el mensaje. Quizás suene demasiado urgente, pero es que creo que la situación lo es. Sin embargo, ¿por qué iba Tobías a dejarlo todo por venir a ayudarme? Puede que haya continuado hablando con Zeke, puede que se llegue más tarde, o puede que me vea a la hora de comer y se disculpe por haber estado ocupado. Incluso puede que no haya entendido mi mensaje.
Al llegar a la puerta del despacho de Marvin no oigo nada. Entonces me temo lo peor, Tobías no ha venido. Mi intuición me hace mirar hacia la puerta de la sala de personal y entonces lo veo allí, apoyado sobre la pared, con las manos en los bolsillos y mirándome con cara de preocupación. Sonrío aliviada y suspiro, al menos ha venido. Llamo a la puerta y entro.
- ¿Ya estás aquí? ¿Cómo es posible? – Pregunta Laimute enfadado.
Abro la boca para contestarle, pero Tobías irrumpe en la sala.
- Marvin... - Dice Tobías antes de quedarse estupefacto.
Ambos se miran durante unos segundos. La reacción en ambos es la que yo esperaba. Los dos están sorprendidos, pero mientras que Laimute empieza a mostrar signos de nerviosismo, Tobías se mantiene firme y seguro.
- ¿Qué haces aquí, Laimute? – Pregunta Tobías con voz calmada.
- Tengo el permiso del señor Milano. – Dice Laimute con una media sonrisa.
- No has contestado a mi pregunta.
Ambos se quedan de nuevo mirándose en silencio, como si se estuvieran desafiando. Los miro atentamente sin saber cuál de los dos estallará primero. Marvin entra en el despacho y todos volvemos la vista hacia él. Hasta ahora no lo había pensado, pero es cierto que Marvin le ha dado permiso a Laimute para manejar su ordenador, ha traicionado a Tobías.
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Otro comienzo más (fanfic saga Divergente)
Fanfic**SPOILER** * Esta historia contiene datos importantes de la saga Divergente de Veronica Roth.* Una chica llega a Chicago huyendo de su pasado, pero no llega en el mejor momento. Cuatro y sus amigos tendrán que ayudarla a la vez que evitan que la ci...