Capítulo 24

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La versión de Tobías sobre la conversación entre aquellos hombres coincide prácticamente con la mía. Tobías sí menciona que Zeke estaba presente cuando recibió mi mensaje por debajo de la puerta. También menciona que después tuvo una charla con Marvin, pero no dice sobre qué, sospecho que es más por mí que por Zeke. Zeke parece aliviado y, en cierto modo, yo también, aunque intuyo que mi noche aún no ha terminado. Durante un par de minutos nos mantenemos los tres en silencio.

- Bien, Zeke, si no necesitas nada más, deberías marcharte, tu escuadrón te necesita, la noche se espera agitada. Yo me ocuparé de Cattleya. – Dice Tobías finalmente con voz tranquila.

Zeke frunce el ceño, no tiene nada que objetar, nuestras versiones coinciden, pero no está conforme con volver con las manos vacías. Otros le pedirán explicaciones y decirles que simplemente me dejó en casa de Tobías podría acarrearle problemas. No dejarán en libertad con tanta facilidad a una desconocida encontrada en un lugar sospechoso.

- Habla con quien tengas que hablar. – Continúa Tobías. – La chica seguirá aquí a primera hora de la mañana, te lo prometo.

Tobías me lanza una profunda mirada y Zeke relaja el rostro. Entiende, al igual que lo entiendo yo ahora, que Tobías desea hablar conmigo a solas y que no me dejará marchar hasta que aclare muchos aspectos sobre mi vida.

Zeke se va y nos quedamos Tobías y yo solos, sentados uno frente al otro.

- ¿Qué estabas haciendo allí? – Dice Tobías clavando sus ojos de color azul oscuro en los míos.

- Ya lo he dicho, seguía al hombre que ordenó que te vigilaran.

- No has contestado a mi pregunta.

Claro que no la he contestado. Sé que se refería a por qué no estaba en la tranquilidad de mi casa, como se supone que también debía estar anoche. Lo ideal en este caso sería inventarme una excusa, pero soy incapaz de mentir a Tobías. Aparto la mirada de él, tengo que pensar en algo y su insistente mirada me lo impide. Entonces veo a su madre, en la boca del pasillo, mirando hacia nosotros. Tobías se gira y la manda a la cama, pero ella hace caso omiso y se acerca a nosotros. Tobías percibe que ocurre algo entre nosotras y dirige su mirada de una a otra.

- Lo siento, no debí ignorarte – Me dice la mujer.

- ¿De qué hablas, Evelyn? – Pregunta Tobías con el ceño fruncido.

- Vino a casa en busca de refugio para pasar la noche y yo le negué mi ayuda.

- Te atreviste a abrir la puerta y me diste un sándwich. Nadie hizo tanto.

- ¿Cómo? ¿No tienes casa? – Pregunta Tobías sorprendido.

Agacho la cabeza y suspiro. Siento un gran alivio al no tener que esconderle este secreto a Tobías. No sabía cómo decirlo y Evelyn lo ha hecho por mí. Es de agradecer.

Otro comienzo más (fanfic saga Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora