Otro comienzo más (fanfic saga Divergente)

Capítulo 22

Camina deprisa a través de pasillos y habitaciones. Conoce bien el edificio. Intento seguirlo desde lejos, pero debido a la rapidez con la que gira tengo que acercarme más para no perderlo. Subimos varias plantas. Tras girar una vez más, el hombre ya no está. Avanzo despacio por el largo corredor, pero ni lo veo ni lo oigo. Lo he perdido. Intento buscar una zona de escape en el suelo o en el techo, pero a excepción de una ventana entreabierta al final del pasillo, no hay nada anormal. ¿Es posible que haya salido por la ventana? Estoy en la planta 4. Me asomo a la ventana, no es que sea una altura insalvable, pero es la suficiente para matarse o quedar malherido. En la calle no hay nadie. Oigo pisadas detrás de mí y me giro sobresaltada. No veo a nadie, todo está muy oscuro. Quizás el hombre se haya dado cuenta de que le seguía, se ha escondido y ahora me ha descubierto. Más pisadas se acercan a mí sigilosamente. No es una persona, sino varias. Me apuntan con armas. Lo sé porque puedo oír el metal y los dedos en los gatillos. Levanto las manos.

- Identifícate y di que haces aquí. – Dice una voz no muy lejos de mí.

Alguien me alumbra con un foco cuya luz brillante me impide ver quién está al otro lado. Sin embargo, reconozco la voz, aunque no era tan autoritaria cuando la escuché. Es Zeke. O eso espero.

- ¿Zeke? – Pregunto dudando de ha sido real o me lo he imaginado.

Todos guardan silencio. La impaciencia se apodera de mí. El hecho de que me lo haya imaginado empieza a cobrar fuerza. Ahora tal vez hasta haya metido en líos a Zeke.

- ¿Cattleya? ¿Qué haces aquí? – Ahora sí distingo a la perfección la voz de Zeke.

Suspiro de alivio. Oigo que alguien se aproxima a mí y distingo la figura de Zeke cuando está cerca.

- Puedo explicártelo.

- Me encantaría. – Responde Zeke en tono seco. – Ir a registrar el edificio, yo me quedo con la chica.

Oigo que varios hombres se dispersan y se alejan de nosotros. Zeke y yo nos quedamos solos. Él está tan cerca de mí que puedo distinguir su rostro con la poca luz que entra por la ventana. Él no dice nada y parece molesto. Así que supongo que está esperando mi explicación.

- Vine aquí siguiendo a un hombre.

- ¿Por qué ibas a hacer tal cosa? – Dice Zeke entrecerrando los ojos.

- Ayer escuché a dos hombres hablando sobre Tobías, uno de ellos es Laimute, el otro es al que seguía.  

- ¿Lo sabe Tobías? – Zeke ha suavizado el tono de su voz y la expresión dura de su rostro.

- La conversación entre los dos hombres, sí; que yo estoy aquí ahora, no.

Zeke vacila un momento. Después me toma con fuerza del brazo y bajamos al vestíbulo. Mientras él le da órdenes a sus hombres yo cojo mi bolsa, que la retiene un policía. Como no lleva nada sospechoso, permite que me la lleve. Zeke vuelve a cogerme del brazo, salimos del edificio y me monta en el lado del copiloto de un coche patrulla.