Cap. 10: De máscaras y antifaces... primera parte...

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Cuando Tsukihime logró escapar  creyó que sus problemas se había desvanecido, pero pronto supo que las cosas no eran tan fáciles, primeramente ella era la heredera al trono, ha abandonado a su suerte a los sirvientes de su castillo; donde era prisionera; no sólo a ellos, al abandonar a su pueblo se ha abandonado a sí misma… “debo conseguir ayuda” pensaba mientras galopa a gran velocidad.  Llegó  a una aldea; entró en una posada rústica, mantenía el rostro escondido detrás de su cabellera blanca  sus  ojos azul zafiro, necesitaba un mejor disfraz.. miraba a los hombres, alguno debía tener algo de agallas para ayudarle, quizás si tenía suerte, sería ella quien encontrara al príncipe… aunque esta ya sólo parecía una vaga ilusión de los vestigios de su infancia, ahora ella sabía que si bien los príncipes existían… no tenían que ser para nada como ella los imaginaba… ya no necesitaba un príncipe que liberara su corazón, quizás porque ha perdido tantos de sus pedazos devorados por el monstruo es que se sabe perdida y sin posibilidades de volver amar nada en su vida; pero, si necesitaba un caballero que derrotara al monstruo y liberara a su pueblo…

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Sesshoumaru sintió hambre,  bajó la tapa de su laptop y pensó en convencer a Inuyasha de cocinar sólo para él y cenar juntos;  pero era difícil de convencer el chico a veces porque ha estado algo distante, aun así bajó con la esperanza de verle… y ahí estaban, solos en la recepción, y sin pensar en el trasfondo de su petición, soltó las palabras llenas de entusiasmo poco común en él….

-          Sal conmigo Inuyasha, salgamos juntos – Inuyasha se quedó pasmado ¿iba en serio? No, no podía ser… pensó en tantas cosas y tan rápido, la imagen de Naraku y un posible enfrentamiento entre él y Sesshoumaru, las palabras tan duras de Kouga, “no sabes nada de él”, la idea de ser infiel y la terrible soledad que sentía por dentro… todo pasó por su mente,  miró a los ojos de Sesshoumaru y dejó libre su mano, aun sujetada por el escritor,  mirando hacia otro lado… esto le dolía, y mucho…

-          No… no puedo… lo lamento – se negó, ¿Qué otra cosa podía hacer?  “no puedo hacerle eso a Naraku, yo sé lo que se siente… no puedo hacerlo…”

-          Ya veo – Sesshoumaru se mostraba decepcionado… pero de nuevo le sonrió… - ¿es porque debes atender aquí verdad? No puedes dejar esto solo… - no sería posible que le estuviese rechazando cuando acaba de decirle esas cosas sobre hacer lo que fuera por mostrar que le agrada… ¿o sí? Sesshoumaru no conocía esa palabra en su vocabulario, no…

-          Sí, eso también… además…- “además yo tengo novio, dilo de una vez y termina con esto Inuyasha, no, no lo harás, que cobarde que eres… es que… de verdad me gusta mucho, y no quiero que me desprecie…no sería infiel a Naraku, ¿pensar en Sesshoumaru como una fantasía es ser infiel?... no lo sé… cuando te abrazó estabas dispuesto a todo y lo sabes…”

-          ¡Qué lástima! quería llevarte a un buen restaurante que conozco – Sesshoumaru le sonrió – bueno si Kohaku te ha dejado solo cuidando el negocio supongo que es mi deber como caballero hacerte compañía ¿verdad?

-          ¿eh? Pero es que… - Inuyasha tenía la idea que le invitaba a salir realmente en una cita, pero de nuevo su cabeza le juega cruelmente, no era más que otra invitación inocente…

-          Nada, no creas que voy a rendirme tan fácilmente, te dije que quería conocerte y no quiero comer solo, además yo no acepto un no como respuesta, no estoy acostumbrado, y te diré algo más….si sigues huyendo de mí más voy a perseguirte ¿sabes?

Masochist: adicto al dolor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora