Capítulo 13

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27 de noviembre de 2022
•Narra Gavi
Me despierto en una de las habitaciones de la casa de Ansu y cojo el móvil en la mesilla estirando el brazo, estoy totalmente solo. La luz del móvil me ciega por un momento y el dolor de cabeza por la resaca invade mi cuerpo. Ayer había bebido demasiado, y había hecho demasiadas tonterías. Tengo el recuerdo de como Ana me la estaba chupando y gemí el nombre de Vera, también recuerdo el momento en el que Vera entró en mi habitación y casi volvemos a follar. Casi, porque el gilipollas de Eric nos interrumpió. No lo culpo, a mí tampoco me gustaría que me pusieran los cuernos, que la verdad no sé si están saliendo, pero como si lo estuvieran.

Durante estos 2 meses, es decir, desde la última vez que había follado con Vera, en cada fiesta a la que iba me tiraba a alguien, además había vuelto a llamar a Ana para quedar de vez en cuando, hasta el punto de que en uno de sus brotes de locura me pidió salir y le dije que sí. A pesar de eso, no fui capaz de serle fiel y me tiré a 2 chicas en la última fiesta del equipo, pero ninguna era Vera. Nuestra excusa de la amistad para dejar de acostarnos al parecer solo había funcionado para ella, porque poco a poco, aunque quedábamos con los demás, nos fuimos distanciando y mis sentimientos hacia ella igual. Cuanto menos la miraba, menos pensaba en ella. Así que hacía lo posible por verla poco desde el día que me enteré que se había vuelto a follar a Eric. Mi cabeza se había vuelto a centrar solo en mí y en el fútbol, y en este momento tan decisivo como el mundial, así tenía que seguir. Sin embargo, la borrachera de ayer me había hecho hacer cosas de las cuales me arrepentía.

Me decido a bajar a la cocina para prepararme el desayuno con algo que tenga Ansu y mientras bajo las escaleras veo todo el desastre de ayer. Me aproximo a la cocina con el móvil en la mano y veo 7 mensajes de Ana en los cuales me pide perdón por haber salido llorando. Es increíble, yo lo hice mal, y ella me pide perdón, pero a decir verdad lo agradecía, ya que Ana era la persona con la que más follaba, y a pesar de que no me gustaba como era, en la cama nos compenetrábamos bien.
-No pasa nada Anita, acuérdate de salir hoy a la ocho con mi familia para Qatar😘
-Vale cariño, te adoro
Veo el mensaje y cierro el móvil poniendo una cara no demasiado buena. La realidad es que no la quería, pero era lo más entretenido que podía hacer ahora, aunque suene muy cruel por mi parte. A pesar de eso se me iba a hacer muy cuesta arriba aguantarla durante 1 mes en Qatar.

Giro la cabeza hacia el salón mientras caliento la leche en el microondas y veo a Vera tirada en el sofá, durmiendo y abrazando a Eric, una punzada me atraviesa el estómago y no logro distinguir el motivo, porque yo ya no tenía sentimientos hacia ella, si es que alguna vez los había tenido. Entonces veo como Eric abre los ojos y se levanta del sofá sin mover 1mm a Vera para que no se despierte. Eric me caía bien, era un chaval de puta madre que tenía 1 año más que yo, y por lo tanto, 2 más que Vera. Era gracioso, el más gracioso del grupo quizás y puede que con el que menos palabras intercambiaba, sobre todo por el hecho de que, que estuviera con Vera era muy incómodo. En resumen, él no tenía nada malo y eso era lo que me jodía. Tengo claro que soy guapo, pero al fin y al cabo eso no lo es todo, eso solo te sirve para echar un polvo. Y aunque no lo parezca, en algunos aspectos soy inseguro. Di por hecho, el día que Vera se volvió a a acostar con Eric y tuvimos nuestra "última noche", que yo no soy lo suficiente interesante, lo suficiente listo, lo suficiente buena persona. Eric era un tío que admiraba, porque siempre sabía de temas que nadie más lo hacía y esa chispa de tío gracioso le salía sola. Temía que eso no pasase conmigo y que quizás ese fuera el motivo de porqué Vera lo eligió sobre mí. Aunque a decir verdad en ningún momento habíamos hablado de ese tema, y poco me importaba, porque los posibles sentimientos hacia Vera , que podían haber llegado a estar hace 2 meses, ya no estaban.

-Buenos días-Dice Eric poniéndose una mano en la cabeza dando a notar su resaca.
-Buenos días-respondo yo.
No me gustaba nada hablar al día siguiente de una fiesta, y menos si me dolía la cabeza.
-Ayer te interrumpí-Me dice y yo frunzo el ceño.
-Ah sí, sí, sí-Le digo acordándome del momento que había pasado con Vera, y que esa acción fue la que él nos interrumpió.
-Perdona tío-Dice tocándome el hombro-Es que no encontraba a mi chica-Y no sé porqué, recalca mucho el pronombre posesivo.
-¿Donde estaba?-le pregunto vacilándolo aunque solo yo lo sé.
-No lo sé, bajé al sofá y ella vino luego-Dice mientras coge unas galletas en uno de los armarios de Ansu.
De pronto oímos un ruido, que es tan solo Vera moviéndose y cambiando de postura para dormir, pero ambos nos quedamos mirándola fijamente por si le pasa algo.
-¿Así que estás saliendo con Ana?-me pregunta de la nada-¿Desde cuando tú tan formal?
-¿Y tú con esta?-contraataco.
-Yo que sé, me gusta desde el día que vino a aquella fiesta, no sé, no me la quito de la cabeza.- Entonces suelto una carcajada.-¿De qué te ríes cabrón?-En realidad me río de que Vera no le quiere, no digo que me quiera a mí, pero está claro que a él tampoco.
-Nada hombre, me has hecho gracia, nunca te habría imaginado tan enamorado.
-Pues yo que sé-Dice mirándola-A ver es que mírala...es preciosa cabrón-Entonces me obligo a mí mismo a mirarla y veo su cara dormida, como aquellas veces en las que habíamos dormido juntos, sus lunares y el pelo cayéndole por encima de la cara.
-No sé, a mí no me atrae.
-Más te vale-Me dice advirtiéndome en broma, aunque en realidad no es tan broma.

Never knew I could feel that much - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora