Capítulo 43

664 17 3
                                    

2 de abril de 2023
•Narra Gavi
Me despierto un poco cansado ya que no había dormido nada bien por la noche. Había estado preocupado porque Vera no me había escrito en toda la tarde, ni siquiera para preguntarme qué tal en casa de Eric. Yo tampoco le había hablado pero sabía que la morena si se había estado comunicando con Sira y que esta le había contado que estábamos en casa de Eric. En cuanto abro los ojos cojo el móvil de la mesilla para ver rápidamente si mi novia se había dignado a decirme algo y lo que veo me preocupa más que si no hubiese nada.

 En cuanto abro los ojos cojo el móvil de la mesilla para ver rápidamente si mi novia se había dignado a decirme algo y lo que veo me preocupa más que si no hubiese nada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al verla en línea decido llamarla al instante pero tarda en cogerme un par de tonos. De un momento a otro estos dejan de sonar y me decido a hablar más preocupado que nunca.
-¿Vera? ¿Estás bien?-pregunto algo alterado pero no obtengo respuesta por su parte-¿Vera? ¿Qué pasa? ¿Qué son esos mensajes?-sigo sin escuchar nada salvo su respiración profunda y agitada-Mi amor, ¿qué pasa?-vuelvo a preguntar sabiendo que no estaba bien.
Conocía a Vera como la palma de mi mano y sabía de sobra que cuando se quedaba callada sin decir nada ya me lo estaba diciendo todo.
-Te echo de menos-la escucho decir entre sollozos.
-Y yo a ti, pero esto tiene que ser así, es por tu futuro, Vera-intento razonar, sin embargo, yo estaba igual que la morena, cada día notaba más su ausencia.
-No puedo estar sin ti-llora-no puedo estar sin ti, no puedo estar sin ti-repite una y otra vez sin parar su llanto y puedo notar como, a parte de borracha, está muy triste.
No me gustaba nada escucharla llorar, era horrible verla sufrir, y en esta situación me sentía tan impotente que no pude evitar darle una patada a las patas de mi cama mientras escuchaba a la mujer que quería sufrir.
-Vera-digo yo a punto de estallar en llanto también-no me hagas esto, por favor.
-Te da igual-escucho decir a la morena-llevas todo el día sin hablarme y yo llevo todo el día pensando en ti-se queja aunque sé perfectamente que va borracha.
-Tú tampoco me has hablado Vera-contraataco-¿te crees que para mí está siendo fácil que no estés?
-Para ti igual no, pero para Sara sí-nombra ahora a la rubia con la que yo había pasado la tarde junto al resto de mis amigos.
-¿Qué le pasa a Sara?-le pregunto mientras me paso una mano por el pelo desesperado. Nunca entendería porque se comparaba con otras o porque sentía celos de otras si para mí no existía nadie más.
-Nada-contesta en un susurro-no pasa nada Pablo.
-No, Vera, dime-insisto sabiendo que en esta conversación no íbamos los dos al mismo nivel de sobriedad.
-Te la follaste aquel día-me recuerda-y ahora estabais tan amigos saliendo juntos en los be reals.
-Si quieres te recuerdo por qué me la follé aquel día-le advierto.
-Nos acabábamos de conocer, no me eches a mí la culpa-me pide llorando todavía más y yo sé que tenía razón.
-Vera, ella no es nadie-hablo yo-quiero que lo entiendas-le pido-no es nadie en mi vida, tan solo es una chica con la que follé una vez y que mientras me la follaba solo podía pensar en otra persona, que creo que sabes muy bien quién era-le digo la verdad intentando calmarla-me cae bien, hemos pasado la tarde con ella porque es amiga de Nadia y pues ha coincidido que estábamos todos en casa de Eric. No es mi amiga, no me gusta, no me atrae, no siento nada por ella. No te tienes que preocupar de a quien tenga yo al lado o detrás si confías en mí, no te llega ni a la suela del zapato, tú eres Vera, joder, y te quiero más que a nada-termino por decir a punto de llorar y harto de que mi novia no se valorase lo suficiente.
-Lo he pasado muy mal esta noche-me dice como una niña chica.
-¿Por eso?-le pregunto.
-Y por más cosas-se sincera-por más cosas-repite.
-¿Qué cosas Vera?-le pregunto preocupado.
-Ahora no quiero hablar-me dice ya sin llorar pero con voz de dormida.
-Amor, de verdad que si no te he hablado es porque tú tampoco me hablabas, soy imbécil, lo siento-me disculpo con ella porque en el fondo ambos éramos demasiado orgullosos en ocasiones.
-A veces tenemos que dejar de lado el orgullo-dice ella como leyéndome el pensamiento-pero sigo sintiéndome como una mierda, voy a dormir un poco.
-Luego hablamos, ¿Vale? ¿Has salido de fiesta hoy?-le pregunto sabiendo perfectamente la respuesta.
-Sí, he salido-dice antes de colgar y dejarme con la palabra en la boca.

Never knew I could feel that much - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora