8 de diciembre de 2022
•Narra Vera
Hoy era el día, hoy se iba Zen, y se supone que no volveríamos a vernos hasta abril, momento en el que todos iríamos a EEUU a visitarla por las vacaciones de Semana Santa. Estoy con ella en nuestro piso, que ya nunca más sería "nuestro", ayudándola a terminar de cerrar todas sus maletas y sin ambas decir ni una sola palabra. El silencio hablaba por si solo y la sensación de que el aire se cargaba contra mi cuerpo era constante. No tenerla aquí me iba a afectar mucho más de lo que podía imaginar, pero realmente me alegraba de que poco a poco fuese cumpliendo sus sueños. Ella se lo merecía más que nadie.-Bueno-dice acabando de cerrar la cremallera de una de sus maletas-Pues esto ya está.
Yo me encuentro paralizada de pie sin poder decir nada, sabía que si lo hacía me pondría a llorar. Zen baja su maleta de la cama y se da cuenta de mi postura y la sensación de tristeza que estaba dando.
-Vera-se acerca a mí abrazándome. Sus abrazos eran el calor que nunca había recibido por parte de mi madre. Sus abrazos eran mi casa. Y ella ya no estaría en mi casa cada vez que yo llegase de trabajar.
Yo soy incapaz de decir nada, un nudo en la garganta se apodera de mí y mi cuerpo no responde, ni siquiera le devuelvo el abrazo porque ya no soy yo la que controla mis movimientos.
-No me hagas esto por favor-dice ella mientras una lágrima comienza a caer por su mejilla-Vera-vuelve a llamarme y entonces, como en un impulso le devuelvo el abrazo todavía más fuerte y mi llanto se hace presente en la habitación. -Mi niña-habla Zen mientras ambas lloramos-Vas a estar bien, vamos a hablar todos los días.
Y ahí estaba ella de nuevo, con su capacidad de hacer que cualquier situación negativa no lo fuese tanto.
-Lo sé, pero me asusta vivir sin ti.-Consigo hablar yo con la voz totalmente rota.
-Y a mí-Acaricia mi pelo mientras ninguna de las dos se despega de la otra-De hecho creo que no sé vivir sin ti.
Y era verdad, ambas llevábamos viviendo juntas desde que yo tuve 13 y ella 17, desde que hicimos nuestra primera película juntas. Yo ya no sabía como era la vida sin ella y ahora me tocaría descubrirlo.-Prométeme que vas a seguir yendo a la psicóloga-me mira cogiéndome por los hombros y yo asiento-Y que vas a intentarlo todo como lo llevas intentando desde que te recuperaste-vuelvo a asentir-Y que te vas a cuidar-Asiento de nuevo-Y que me vas a llamar a cualquier hora si necesitas algo-Asiento por última vez y ella vuelve a abrazarme.-Vigílame a Pedri eh-me dice en broma.
-No hace falta vigilarlo, solo hay que ver lo enamorado que está.
-Lo sé-dice ella-Y yo de él.-sonríe-Anda vamos-me dice-Que Gavi ya debe de estar abajo.
En cuanto salimos con las maletas vemos a Pedri en el salón mirando el móvil, esperándonos con otras tantas.
-Por fin-Dice el canario-Llevabais ahí media hora.
Zen lo besa como respuesta y yo me limito a sonreír.
En cuanto bajamos Pablo ya nos está esperando con el coche en marcha. Metemos las cosas en el maletero y yo me subo de copiloto, haciendo que Zen y Pedri se suban detrás y pasen sus últimos momentos juntos antes de que se vuelvan a ver en abril.
Pablo, durante el trayecto apoya su mano en mi muslo, y lo aprieta, haciéndome sentir segura una vez más. Yo miro hacia él y él asiente con una sonrisa. No sabía por qué pero su compañía comenzaba a ser hogar.Al llegar al aeropuerto están todos allí para despedirse de Zen, y lo cierto es que habíamos llegado demasiado justos para coger su vuelo. La razón había sido que a veces a Gavi le daba por conducir como un abuelo.
-Pasajeros del vuelo 768con destino a los Ángeles-se escucho decir a través de megafonía. Era el vuelo de Zen. Debía marcharse.
Primero abraza a Ansu, luego a Balde, sigue por
Ferrán, pasa por Sira y se para con Gavi.
-Cuídamela por favor-logro descifrar que le dice a Gavi en bajo mientras Gavi sonríe como si estuviese orgulloso de algo y asiente. Luego le da un abrazo fuerte y entonces me toca a mí.
-No tengo nada que decirte, no soy buena para las despedidas-Me dice antes de darme el abrazo más fuerte en todos nuestros años de amistad.
-Te quiero-digo yo-te quiero Zen.
-Y yo mi pequeña-deposita un beso en mi frente y nos quedamos abrazadas unos segundos más hasta que los de megafonía vuelven a hablar y corre a abrazar a Pedri. Ambos están emocionados y llorando. Su relación era preciosa y muy sana, y todo lo que habían construido tenía que ser separado por sus carreras profesionales, que miedo me daría a mí esa situación, la cual era muy probable que en algún momento ocurriese.
-Os quiero a todos-Nos dirige una última mirada y se va, perdiéndose entre la multitud.
ESTÁS LEYENDO
Never knew I could feel that much - Pablo Gavi
FanfictionVera Rodríguez es una chica de 18 años, española, pero que ha triunfado en Hollywood como actriz desde los 12. Pablo Gavi, la joven promesa española de fútbol, jugador del primer equipo del FCB. Ambos se conocen y Gavi despierta en Vera algo que ell...