Capítulo 37

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29 de diciembre de 2022
•Narra Gavi
Me despierto viendo a Vera al otro lado de mi cama, tan guapa como siempre. Cuando la veía dormir veía a alguien frágil, a alguien capaz de romperse en pedazos en cualquier momento y lo único que me entraban eran ganas de abrazarla y protegerla. Todo esto a pesar de que era la mujer más fuerte que conocía.

Durante algún tiempo en el pasado, cuando ella estaba con Eric y yo con Ana, trataba de convencerme de que este sentimiento de protección se iría en algún momento y creía que si me esforzaba mucho la dejaría de querer. Pero era falso. Todo eso era falso. Hoy, una mañana de diciembre, acabando ya 2022, me doy cuenta de que sería demasiado difícil dejar de querer a Vera. Me seguía costando admitir mis sentimientos porque literalmente los acababa de encontrar, pero la sensación de verla dormir me hacía saber lo mucho que la quería.

Le aparto un mechón que caía por su cara mientras dormía con la boca un poco abierta y ella se revuelve lentamente percatándose de mi tacto. Hace un gesto raro con la nariz, como rascándosela y yo río internamente por lo mona que se ve. Abre los ojos muy despacio y se encuentra con mi cara de recién despertado mirándola, atontado, como siempre. Sonríe un poco haciendo que yo también lo haga y recuerdo los 3 polvos que echamos a noche. No podía ponerme más la forma en la que lo hacíamos, como se entregaba a mí, su manera de moverse y el tacto piel con piel.

-Buenos días-dice mientras se estira entre las sábanas dejando que se asome uno de sus pezones y mi erección mañanera no haga más que aumentar.
-Buenos días-digo sonriendo y acercándome a ella para besarla.
El beso es suave pero pronto pasa a intensificarse. Mi lengua pide una entrada desesperada en su boca que acaba sucediendo. Siempre eran roces tímidos al principio, luego el beso se convertía en un beso desesperado y necesitado, como si hubiésemos estado años sin vernos. Mi boca y la suya estaban hechas para estar juntas, era como si encajasen a la perfección.

Mientras coloco una mano encima de su cara para asegurarme que la tengo conmigo, poco a poco voy subiendo mi cuerpo entero sobre ella. Ambos estábamos desnudos, solíamos dormir así. He de decir que el nivel de confianza que había alcanzado con Vera en tan solo 4 meses no lo había conseguido nunca con nadie. Sentía que le podía contar cualquier cosa, que nada de lo que dijese iba a ser juzgado y también sentía la confianza plena para poder ser yo mismo en todo momento, estar desnudo con ella en la misma cama, con la luz de la mañana entrando por la ventana y observando cada centímetro de la piel del otro, eso era confianza, y a mí, me gustaba todo de ella.

En cuanto nuestras partes se rozan debido a mi creciente erección, puedo sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo. Bajo mis besos hasta su cuello haciendo que ella suelte un leve gemido mientras acaricia mi pelo, sin embargo, poco a poco, sus dedos acaban apretando de más mi cuero cabelludo, provocando una mayor excitación en mí. Mis besos húmedos se pasean por su cuerpo llegando a sus pezones, los cuales chupo, muerdo y lamo con mucha intensidad, observando a la vez su cara de satisfacción y cómo se muerde el labio de manera descarada. Vuelvo a besar su cuello y acabo de nuevo en su boca, mientras mi mano derecha se cuela en su centro provocando un espasmo involuntario que arquea su espalda y del que sale un suspiro. Mi dedo se mueve sobre su clítoris a un ritmo bastante rápido y dejo de besarla para pasar mi dedo gordo de la mano izquierda sobre su labio, ella se lo mete en la boca al instante y comienza a chuparlo, entonces en un gesto rápido, introduzco 3 de mis dedos en su boca, a la vez que otros dos dentro de su centro.

Como siempre, voy lento para después acelerar el ritmo mientras ella chupa cada vez con más intensidad mis dedos y cada vez me excita más el hecho de que me mire fijamente mientras lo hace.

En cuanto ya no puedo más, quito mis dedos de su centro y de su boca y la embisto mientras la beso por toda la cara. Ella me besa de vuelta, sus besos son húmedos y lentos, pero puedo notar como a la vez son necesitados.

Never knew I could feel that much - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora