Capitulo 6.

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— No me has esperado para desayunar y sabes que no me gusta hacerlo sola—

— No tengo la culpa de que seas una dormilona —

— Es que tú te levantas cuando aún no ha amanecido, necesitas a un hombre para que te deje agotada—

— Eres una desvergonzada, donde has oído esas cosas? No te habrá dicho tu querido...—

— No, no seas boba. Escuche a las chicas hablar en la cocina— dice colorada como un tomate.

— Agradezco no tener necesidad de casarme, me veo incapaz de cumplir como esposa en la intimidad—

— Porque  dices eso en las novelas están romántico, no es que den detalles pero no parece malo— responde Catherine a la defensiva.

— Si tú lo dices— respondo y me levanto del sillón.

— A dónde vas? —

— Al jardín, mejor acompañame creo que necesito estar acompañada—

— Por?—

No respondo solo la cojo del brazo y voy con ella hasta el jardín trasero, camino hasta el final y veo dos lápidas unidas en una está el nombre del Duque y en la otra el de mi madre, las lápidas están cuidadas y con flores frescas.

—Al menos ya sé dónde estas — digo casi murmurando.

Catherine me abraza en silencio, hay tantas cosas que no me contó, que se guardo para ella, se sacrificó por mi y termino otra vez con el hombre que tanto la daño, no sé si lo llego a amar alguna vez pero si se que no pudo soportar llevar una vida a su lado.

— Señora hay un caballero que desea hablar con usted, la espera en el interior de la casa— dice una de las chicas fatigada por la carrera.

— Está bien, ya voy—

Regreso hasta la casa acompañada de Catherine, y veo a dicho caballero admirando uno de los cuadros del Duque, como esperaba se trata del enamorado de mi amiga.

— Pase por favor—

— Gracias, por recibirme y más sin avisar—

— Está bien, usted dira— respondo mirando a la puerta abierta y veo a Catherine revolotear nerviosa.

— Me gustaría cortejar a la señorita Catherine, si usted me da su permiso, he oído que es su protegida—

— Ha oído bien, debo decirle que ella no ostenta fortuna alguna, posee una pequeña dote y...—

— No me interesa el dinero señora Duquesa, si ese fuese mi interés me hubiese acercado a usted y no a ella—

— En ese caso tiene mi aprobación, pero recuerde que si veo que mi amiga sufre le haré pagar doble su sufrimiento—

— Y ahora se me disculpa, tengo trabajo que hacer, vaya al jardín delantero allí le espera Catherine—

Mando también a una de las chicas para que les haga de carabina, es raro que siendo un año mayor que mi amiga actuó como su madre...

— Sabes que Steven me ha invitado a una comida, allí me presentará a su madre— dice Catherine emocionada.

— Ya no es Lord Andrews, ahora solo Steven—

— Ellen, sabes que te adoro pero últimamente te comportas como una vieja —

— Una vieja que se preocupa por ti y te quiere mucho—

— Lo sé, solo que te relajes un poco Ellen, tienes veintidós años por Dios... además de ser una de las mujeres más guapas de Inglaterra eres rica y poderosa—

— Está bien, que le has respondido a tu amado Lord?— respondo cerrando el libro que tenía entre las manos y dejándolo sobre el escritorio de madera.

— Qué tenía que preguntarte, claro está—

— Y luego dices que no sea una vieja alcahueta — respondo riendo y mucho, cuando consigo dejar de reír me siento a su lado y cojo su mano.

— Puedes tomar tus propias decisiones, claro que me encanta que me tomes en cuenta. Así que ya estás escribiéndole a tu amado para decirle que gustosamente lo acompañarás a la hora de comer—

Catherine sale rauda de la habitación, y en cuestión de minutos manda una nota a su amado Lord.

****

— Ellen, vamos... No quiero dar una mala impresión a la señora Baronesa, ni a Steven—

— Cuando te dije que podias aceptar, no dije nada de que yo tuviese que acompañarte— respondo refunfuñando.

— El día de mi boda, mandaré que te confeccionen un vestido marrón—

— Por qué dices eso?—

— Siempre te ves mejor que yo, eres más linda, tu cuerpo es más bonito que el mío, creo que Steven se he equivoco al elegirme—

— No seas boba, además de que no tienes razón en nada. Cierto Lord se encargó de recordarme que te había elegido a ti por encima de mi—

Salimos a la calle y el cochero nos abre la puerta del carruaje, nos sentamos y doy la orden para que comience a andar. Es tan extraño para mí ser la que da órdenes y no la que las recibe.

Llegamos a la casa de los barones, es una edificación muy parecida a la mía, aunque si lo pienso bien casi todas las casas en Londres son muy parecidas.

El mayordomo nos recibe y nos invita a pasar al jardín trasero, allí nos espera Lady Margareth y Lord Andrews, este último se levanta y se acerca de dejar un beso sobre la mano enguantada de Catherine.

Tomamos asiento a su lado y mantenemos una conversación amena, para ser una señora mayor y de la alta sociedad no es para nada clasista, me llevo una muy grata opinión sobre ella, no le importan los orígenes ni la dote de Catherine solo desea la felicidad de su hijo. Y que este se case por amor.

Pasamos al comedor nos sirven pato asado con guarnición de verduras y un surtido de frutas de temporada, es extraño para nosotras están combinación de platos pero supongo que es normal para ellos.

Una vez terminada la comida pasamos a otro pequeño saloncito, una vez allí el Lord pide permiso para dar un paseo junto a Catherine.

— Señorita Ellen, usted no tiene ningún pretendiente?—

— No mi Lady, no es algo que me interese para serle sincera.— respondo sonriendo.

— Buenas tardes señoras— dice un caballero desde la entrada del saloncito.

— Buenas tardes Lord Midellton, me imagino que ha venido a ver a Steven, está dando un paseo con su prometida por los jardines, permitane un momento y lo haré llamar.—

Prometida? Esto sí que suena extraño, aún no me ha pedido su mano, solo un cortejo oficial.

Mi Lady nos deja a solas un momento pero con la puerta del saloncito abierta.

— No la he visto en los últimos bailes señorita— dice el Lord acercándose a mi con una sonrisa en los labios.

— Ni me va a ver, no pretendo buscar marido—respondo de manera altanera.

— Bueno igual yo le hago cambiar de idea—dice casi en un susurro el cual soy capaz de escuchar.

Será arrogante! Voy a responder a este hombre cuando mi Lady aparece de nuevo ante nosotros acompañada de los dos tortolitos.

— Ellen mira Steven me ha pedido ser su esposa—

Le doy una sonrisa y veo como Lord  no deja de mirarme.

Dueña de mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora