Capitulo 34.

914 142 9
                                    


— A que no adivinas quién está muy pero que muy enfadada con nuestra boda— digo dejando la carta sobre la mesa.

— Catherine de seguro— contesta William con Hope entre sus brazos.

— No solo ella, también tus padres amenazan con venir hasta aquí si no vamos en unos días...—

— Eso ya me lo podía imaginar—

— Palabras textuales de tu madre, me has dado el mayor disgusto de mi vida, ni siquiera cuando dijiste que te ibas a hacer doctor y ahora vas y te casas en secreto, nos debes muchas pero que muchas explicaciones...—

— Siempre ha sido muy dramática, sabes que no tenemos porque ir—

— Lo sé pero Catherine está en reposo por lo que estás navidades no podrán venir, seremos nosotros los que tengamos que ir a Londres—

— Estás segura de ello—

— Si tú estás a mi lado si, además no puedo demorar más mi llegada tengo mucho trabajo y aunque Steven me ayuda mucho hay cosas que tengo que hacer en persona—

— Muy bien iré al pueblo para dejarlo todo atado con la clínica— dice entregándome a Hope y dejando un beso sobre mis labios.

Cómo puede pasar el tiempo tan rápido cuando eres feliz, pues pasando y punto. Acabamos de llegar a Londres, se que en algún momento tendré que verlo y tengo miedo a lo que pueda sentir, se que amo a William con todo mi corazón y el corresponde de igual manera se encarga de mostrármelo día a día.

Pero aun así tengo miedo, miedo por la reacción de William ya me ofreció una vez ser su amante, quien dice que no la haga otra vez, espero que sepa comportarse y que se mantenga alejado lo máximo posible de Hope y de mí. Ella ya no es su hija William ya la reconoció como suya, lleva sus apellidos y nada lo une a él.

Después de acomodar todo hay que decidir el primer lugar a donde ir. Podría irme a trabajar pero creo que tengo que enfrentar los problemas primero.

— William dónde quieres ir primero a casa de tus padres o a casa de Catherine y Steven?—

— Vamos a casa de mis padres, cuanto antes los enfrente mejor será... no temas en cuanto os conozcan os amaran solo es que querían una gran boda para mí—

Asiento y meto a Hope en su carrito, William ha dicho que viven cerca y hace buena tarde para pasear.

Llegamos a la casa en cuestión, si soy sincera nunca me había fijado en ella, tan solo está a dos manzanas de la mía.

Me quedo un momento atrás, de verdad quiero enfrentarme a esto, de verdad lo necesito? William ve como dudo y coge mi mano con la otra mano lleva el carrito de Hope.

Llama a la puerta y nos recibe el que parece ser el mayordomo, saluda cariñosamente a William y nos pide que pasemos hasta la sala, la decoración de la casa me parece un poco ostentosa pero no es un ambiente sobrecargado.

Minutos después llegan a la sala dos señores bastante mayores, el señor sonríe pero la señora frunce el ceño.

— Al fin te dignas a venir!— dice su madre por qué lo debe ser aunque por su edad parece más bien su abuela, quizás lo tuvieron ya mayores por eso la notable diferencia de edad.

— Lo siento madre, la clínica me tiene muy ocupado—

— Todavía sigues con esa idea estúpida, tienes un título y unos deberes que cumplir...—

— Padre todavía está bien de salud, a que si padre?—

Su padre se acerca hasta mi con una sonrisa en la cara.

— Me vas a presentar a estas dos bellezas—

— Padre ella es Ellen mi esposa y la pequeña es Hope mi hija—

— Déjame cargar a mi nietecita, creí que moriría antes de tener una—

— Sabes que no es tu nieta de verdad es hija de...—

— No sigas Harried ya hemos hablado de ello— dice su padre lanzándole una mirada cargada de rabia.

La señora se calla de inmediato y se va a lo que creo que es la cocina porque minutos más tarde aparecen dos doncellas con bandejas de dulces y té.

La señora se sienta a mi lado, mientras William está cerca de su padre, este juega encantado con Hope.

— Ellen verdad?—

— Si señora—

— Puedes llamarme Harried o Madre como más gustes... quería pedirte disculpas no ha sido apropiado mi comentario, sé que no es excusa pero todo esto me ha pillado desprevenida, puedo ver en los ojos de mi hijo que os ama con locura y si el lo hace yo también puedo hacerlo. Bienvenidas a mi familia—

No ha sido la mejor de las disculpas pero me esperaba reproches y hasta alguna que otra grosería y no la ha habido así que debo de darme por satisfecha.

Pasamos una tarde animada, yo diría que hasta divertida sus padres han contado anécdotas de William cuando era pequeño y este parece avergonzado.

— No creáis que he olvidado que os habéis casado, pero en unos días haremos la celebración que nuestra posición acredita y no voy a aceptar un no por respuesta—

— Harried, digo Madre...— he cambiado el apelativo para llegarle a la corazón. — Sabe que hay una familia a la que no deseo ver...—

— No te preocupes no los voy a invitar, que os hayáis casado es la mejor de las excusas para dejar de ser su amiga—

Veo que a ella tampoco le agrada por lo que está señora me está empezando a gustar.

— Quiero ver a mi nieta todos los días mientras permanezcáis en Londres, así que ya la estáis trayendo mañana otra vez—

— Padre también podría venir usted a nuestra casa, está cerca de la suya—

— Estoy mayor para pasear, así que la espero mañana y no acepto discusión alguna—

No puedo evitar sonreír, salimos de la casa con una victoria en la mano.

— Ves como no ha sido tan malo—

— Si, tenías razón, y tú padre está encantado con Hope—

— No te imaginas cuánto, ya ha llamado al notario para cambiar el testamento—

— No eso sí que no!—

— No, vas ha hacerle cambiar de idea, ni siquiera mi madre podría conseguirlo—

Volvemos a casa y mando una nota a Catherine se ha hecho tarde y lo mejor será que Hope coma y duerma lo necesario, así que mañana la visitaremos sin falta. De seguro ella si monta un drama de los suyos.

Dueña de mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora