Capitulo 24.

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Los días pasaron y con ellos se fue mi alegría, la alegría de tener una familia y ser feliz.

Catherine y su suegra se quedaron con Aliss y conmigo hasta que mi hija nació.

El primer día de enero rompí  fuente y tras muchas horas de parto mi hija llego al mundo.

Llore como nunca antes lo había hecho, llore por tener el mejor regalo del mundo, llore por no tener a Thomas a mi lado, pero por lo que más llore fue por traer una niña al mundo. Yo que tanto pedí que fuera un varón.

Es literalmente imposible ser mujer en esta época. Siempre tenemos que ser extraordinarias, pero no sé cómo siempre lo hacemos mal.

Tienes que estar delgada, pero no demasiado y no puedes decir “quiero estar delgada”, tienes que decir “quiero estar sana”, pero también tienes que estar delgada. Tienes que tener dinero, pero no puedes pedir dinero porque eso está mal. Tienes que ser autoritaria, pero no mala. Tienes que liderar, pero no machacar las ideas del otro. Se supone que tiene que encantarte ser madre, pero no puedes hablar todo el día de tus hijos. Tienes que ser señora de tu casa, pero también cuidar siempre de otros. Tienes que responder por el mal comportamiento de los hombres y si dices algo te echan en cara que te quejes. Tienes que estar guapa para los hombres, pero no demasiado como para tentarles o para amenazar a otras mujeres, porque debes ser parte de la hermandad. Pero tienes que destacar y estar siempre agradecida. Pero sin olvidar que el sistema está amañado así que debes, aún sabiéndolo, estar agradecida. No puedes envejecer, ni ser maleducada, ni fanfarrona, ni egoísta, ni derrumbarte, ni fracasar, ni mostrar miedo, ni salirte de lo establecido. ¡Es demasiado difícil! Es demasiado contradictorio y nadie te da una medalla ni te da las gracias. Y, de hecho, resulta que no sólo lo haces todo mal, sino que además todo es culpa tuya.

Estoy tan cansada de verme a mí y de ver a cualquier otra mujer hacer lo imposible para gustar a la gente que tengo miedo por lo que pueda pasar ella en esta vida. Mi pequeña...

Hope así la nombre, Steven hizo llamar a Thomas pero este no respondió, en cambio su madre escribo una carta en la que decía que cuando Thomas estuviese recuperado viajarían hasta el condado de Dorset.

Algo dentro de mi ya lo sabía, ella lo había puesto en mi contra y no pasaría demasiado tiempo para que mi vida empeorará aún más.

Cuando mi pequeña había cumplido su primer mes de vida, celebramos la boda de Aliss, conseguí que viniera su hermana a la boda junto a su esposo y uno de sus hijos, no fue fácil convencerla pero ver la cara de Aliss al llegar a la pequeña capilla y verla allí sentada no tuvo precio.

Les cedi una pequeña propiedad con unas hectáreas de campo, ese fue mi regalo de bodas, quería que ellos empezarán una nueva vida y al menos no tuviesen que preocuparse por tener una casa y un trabajo.

La ceremonia y la celebración fueron perfectas, por un momento olvide mis propias penurias, tenía dinero, propiedades y una hija preciosa pero no lo tenía a él y eso aún dolía más de lo que quería aparentar, atesoraba los recuerdos de nuestros días juntos, poco a poco me volvi uraña y malhumorada, solo Anita me soportaba.

Los meses pasaron y con ellos llegó el verano, un día sin esperarla Catherine llegó a mi casa, me dió una bofetada y me dijo tantas verdades que no pude hacer otra cosa nada más que llorar, ese día cambio mi vida. Ya nunca más de rodillas, ya nunca más me humillaria, ya nunca más volvería a autocompadecerme. Ahora de nuevo resurgía de mis cenizas y volvía a ser la misma Ellen que se comió el mundo una vez.

Los días que estuve junto a Catherine y mi ahijado fueron un balsamo, ahora ya de nuevo tenía fuerzas para seguir adelante.

Dos cartas llegaron junto a mi amiga, cartas que no abri hasta días después. La primera era del detective que había contratado, lo había olvidado hasta que ví la carta.

En ella relataba con pelos y señales la implicación indirecta de mi prima y directa de su marido en la muerte de mi familiar por llamarla de alguna manera, adjuntaba pruebas y testigos. También decía que antes de mandarme a mí la carta había dejado todo esto en el juzgado, siendo lo más probable que a mi llegada a Londres ellos ya estuvieran encarcelados y mi nombre limpio de manchas y pecados.

La segunda carta era de Thomas, mi corazón palpitaba de emoción. Mis manos temblaban... Rompí con premura el sello lacrado y saqué el papel de su interior.

No pude obtener mayor decepción a leerla, en ella me pedía la nulidad matrimonial alegando un sinfín de sin sentidos y dudando de la paternidad de Hope, me limpie las lágrimas de mis mejillas y le pedí a Anita que hiciese las maletas, partíamos a Londres, esa ciudad que tanto me había dado y a la vez me lo había quitado todo.

A nuestra llegada a Londres mis sirvientas nos recibieron con gran regocijo, después de instalarnos escribí una carta al periódico adjuntando todas las pruebas que me acreditaban como inocente y pidiendo una rectificación y unas disculpas sinceras por parte de ese maldito periódico.

Días después de la rectificación en el periódico recibí una carta de la casa real, en ella me informaban que todos los cargos contra mi persona habían sido borrados y que podía volver a mi vida anterior, faltaron las disculpas pero que más podía pedir de cuatro viejos resentidos.

Ahora solo me quedaba algo por resolver, si Thomas quería borrarme de su pasado y de su presente no sería yo la que se lo negara, otra cosa era que la iglesia creyera en sus alegatos, si el tenía un título el mío era superior y si el tenía dinero yo tenía más que él, lo único que yo apenas tenía eran apoyos  pero eso era algo que no me importaba en demasía.

...



Nota: El discurso sobre la mujer no es mío, es casi todo de América Ferrera en la película de Barbie. Se me quedo grabado por lo que lo ví tan real que decidí añadirlo al capitulo. Espero que que hayan disfrutado del capítulo este es de regalo. Gracias por sus comentarios en el capítulo anterior me dieron fuerzas e inspiración para escribir este.😉

Un besito curiositas...





Dueña de mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora