Capitulo 26.

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Tres meses después...
Condado de Dorset

Estoy algo nerviosa hoy llega Catherine a pasar unos días con nosotras. Hace más de dos meses que no la veo y la verdad es que la echo mucho de menos, no es que esté sola pero Aliss tiene su vida y su hacienda y no puede estar todo el día aquí conmigo, como me hubiera gustado que mi madre me viese ahora, ya no tendría que trabajar y sería toda una señora. Pero como nada en gratis en esta vida, yo tengo comodidades pero no la tengo a ella.

A mí mente llega el recuerdo de como esa maldita gaceta, acertó de pleno. Un mes más tarde se publicó el compromiso de Thomas y un mes después se realizo la boda. Así que yo era un borrón en su vida como si nunca hubiese existido.

No voy a negar que pensé que el pudiese negarse en el último momento y escapar a mi lado. Cuan ilusa fui. Ahora desde la distancia y el tiempo creo haber sanado mi corazón o por lo menos lo estoy intentando.

Tengo la certeza de haber amado y haber sido correspondida, si la guerra no hubiera llamado a nuestra puerta creo que hubiéramos sido felices, o eso es lo que quiero pensar, pero el destino me tenía guardados otros menesteres.

Salgo a la puerta y veo como se acerca un carruaje junto a dos caballos. Espero en la puerta parada junto a Anita. Agradezco haber cogido el chal porque estoy empezando a sentir fresco.

Los primeros en llegar son Steven y otro caballero al que desconozco, ese caballero es el primero en acercarse, baja del caballo y se acerca a mi. Miro a Steven y este me guiña un ojo.

— Bienvenido señor, la señora se disculpa por no poder recibirlos— no se porque digo eso, ya que ni siquiera ha hablado pero estoy segura de que me ha confundido con una de las chicas del servicio, Anita me mira con el ceño fruncido ya que me pidió que usase uno de los vestidos del armario, pero así me siento más cómoda.

El caballero asiente con la cabeza y me deja una sonrisa. No puedo evitar sonreír, Steven me saluda con un abrazo y para que su invitado no sospeche también abraza Anita esta se queda blanca y estática, de verdad que me estoy divirtiendo.

Que será lo que está tramando Steven, aún así me parece divertido hace tanto que no reía que no me importa seguirle el juego.

— Pero tu te has visto pareces una aldeana, si no supiera que triplicas la fortuna de Steven pensaría que pasas apuros económicos— dice Catherine bajando del carruaje.

— Yo también te he echado de menos, y ya te tengo a ti con tus vestidos de gran señora para darle clase a este lugar.—

— Ven dame un abrazo, como has estado, como está mi princesa?—

— Bien, ya estoy mucho mejor... poner distancia me ha venido bien—

— Todavía lo amas?—

— Creo que no, es más el rencor y la decepción, pero por favor no hablemos más de él... Ahora cuéntame qué se trae tu esposo ente manos—

— No le hagas caso, le quiere gastar una broma a su primo o algo así. No me digas que ya te ha liado... y disculpa por no avisar de su llegada surgió en el último momento—

Me hecho a reír y llamo a los mozos para que pasen el equipaje y paso junto a Catherine y mi pequeño ahijado que ya está enorme.

— Cómo está mi Lady?—

— Bien, te manda recuerdos. También me ha dicho que para Navidad la esperes porque pasará las fiestas con nosotros—

— Gracias, no sabes cuanto me has ayudado—

— No digas tonterías, tu eres la que ha hecho que la vida que llevo ahora, sea posible. Sin ti yo nunca hubiese salido de aquí y menos me hubiera casado con Steven—

Dueña de mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora