Alay es una chica de belleza deslumbrante que desafía las normas establecidas. Harta de la hipocresía que la rodea, decide enfrentarse al mundo con determinación y coraje. Su objetivo: romper las máscaras que todos llevan y dejar su nombre grabado...
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Marylen se encontraba en la sala de espera para entrar a la oficina del rector, esperando ser atendida, repiqueteando con los dedos en el hermoso y lujoso sofá. Recordaba la manera en que la secretaría la había buscado en el aula de clases. Se preguntaba, ¿por qué la necesidad de ir a buscarla como si fuera una delincuente custodiada? Buscaba en su mente momentos que fueran una clara transgresión de las normas de convivencia de la universidad, pero seguía sin encontrar respuesta.
—Señorita Marylen, puede pasar. El rector la espera —dijo la secretaria.
Soltó un suspiro pesado y se levantó del sofá. Dio unos cuantos pasos y tocó la puerta del rector. Se escuchó un "pase" y entró.
—Tome asiento, Marylen
Ella, aún desorientada, dio unos cuantos pasos y se sentó en la silla.
"Dios, estas sillas son mejores que las de mi casa", pensó.
—Señorita Dawson, siento mucho las molestias por interrumpirla en su clase
—No le dé mucha importancia. ¿Para qué me solicitaba? —Ella detalló por un momento al rector, para luego posar sus ojos en los diplomas que colgaban en la pared.
El rector era de tez blanca, el cabello se le estaba cayendo a causa de la vejez y llevaba una camiseta de cuadros estilo leñador, ojos marrones claros y era bastante robusto.
—Uno de los del equipo de fútbol necesita un promedio alto para poder representar a la universidad en el próximo campeonato
Marylen asintió con la cabeza, sin saber muy bien qué decir, el rector continuo.
—Para nadie es un secreto que usted necesita un sobresaliente en el área de ciencia política, y faltan tan solo un mes para que el semestre culmine. Si usted me ayuda, le daré puntos extras para que pase este semestre sin problema
Esto captó inmediatamente la atención de Marylen, quien necesitaba ese sobresaliente para seguir estudiando al ser becada.
—Claro, ¿Como yo ayudaría allí? —pregunto prestando atención al vaso con bolígrafos que se encontraba en la mesa , sin duda le gustaba el de color morado
—Tutorías
Marylen frunció el ceño.
—A quien le daría clases y sobre qué? Ya que yo estudio derecho, señor, en otra carrera no podría desenvolverme
—No se preocupe por eso, señorita Dawson. Su próximo alumno cursa la misma carrera que usted, solo que está en el cuarto semestre
Marylen cursaba sexto semestre. El rector comenzó a hablar al ver que Marylen no decía nada.
—Le pasaré por correo el contacto de su próximo alumno para que se pongan de acuerdo en los días de la tutoría—El rector miro un momento el computador y como si recordara algo le volvió a hablar —También quisiera pedirle absoluta discreción sobre las tutorías. No es muy bien visto que una persona importante no pueda con una simple carrera
