19. Una estúpida broma.

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ISFJ sonreía a su mejor amigo. Estaban sentados en un rincón de los edificios escolares, por petición de ESTP, ya que le tenía preparado una sorpresa. Esta consistía en cantarle las mañanitas a el ojiazul, por su cumpleaños número 8. Había comprado un cupcake y una pequeña vela para dárselo al cumpleañero.

—¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz! Te deseamos todos, ¡Cumpleaños feliz!

—¡Woah! ¿Es para mí? —señala con su pequeño dedo índice el cupcake de chocolate con betún rosa. El contrario asiente un par de veces, estira sus brazos acercando el cupcake al pelinegro.

—Sopla, pide un deseo.

ISFJ no sé lo piensa más, junta sus manos y cerrando los ojos con fuerza, pide un deseo; estar siempre al lado de ESTP. Una vez pedido el deseo, abre sus ojos para soplar la vela felíz. El rubio de ojos miel lo felicita por su acción, acto seguido quita la vela, dejándola a un lado.

—¿Qué pediste?

—No te diré, no se cumplirá si te lo digo.

—Rayos, bueno, sigamos con la mordida ¿va?

—Vale.

Y en ese momento se arrepintió de haber aceptado. En el momento en que se acercó para dar la primera mordida, el ojimiel se le adelantó, estampando el cupcake en su cara, quedando así, manchado de rosa por el betún.

El cupcake cae al suelo, no veía casi nada, solo escuchaba las carcajadas de su mejor amigo. Por un instante también quería reírse, al final de cuentas, era una tradición muy común estampar a la gente en el pastel de cumpleaños.

Pero no podía reírse, no porque estuviera triste, ni enojado. La brusquedad con la que le estamparon el intento de pastel de cumpleaños, sí le había dolido. No veía nada, y cada que respiraba, su nariz se llenaba de betún, lo que le dificultaba respirar.

Aprieta los labios, conteniendo inútilmente sus ganas de llorar. Sus mejillas ya estaban inundadas de lágrimas, y sus sollozos lograron alarmar al que durante un buen rato, solo estaba riendo sin parar.

—¡ISFJ! ¿Qué pasó, porqué lloras?

—¡Me dolió!— Y con esto último rompió en llanto.

ESTP abrió los ojos atónito. Hace unos instantes esperaba una risa de parte del contrario, pues siempre se reía de sus bromas y travesuras. Verlo y escucharlo llorar lo había preocupado, y más cuando el pelinegro le dijo que le había dolido.

Se encargo de limpiarlo con papel, desesperado por qué ISFJ no paraba de llorar. No podía creer que hizo llorar a su mejor amigo en su cumpleaños, y todo por una estúpida broma.

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Este drabble fue más largo, estaba inspirada.

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ESTP & ISFJ (365 Drabbles) | PRIMERA PARTE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora