𝚄𝚗𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚎𝚗 𝚃𝚘𝚞𝚖𝚊𝚗 | 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 卍 ¡EN CURSO!

•𝚄𝙽 𝚃𝚁𝙰𝙸𝙳𝙾𝚁•

Leí alguna vez por ahí un dato bastante interesante, el cerebro borra momentos que dejaron un gran impacto emocional en las personas... creo que eso me sucedió.

—Nos vemos mañana ________...— la pequeña Emma se despidió desde la entrada de su casa.

—Adiós Emma...— moví mi mano desde la acera, vivíamos a un par de casa, no tenía problema en volver sola a mi hogar.

Pero esta vez fue diferente...

Un lindo y costoso auto color negro estaba estacionado frente a mi casa, daba a entender que la persona en su interior esperaba algo... o a alguien.

Era a mí...

No le di importancia y pase a su lado ignorándolo por completo, bajé la cabeza mirando mis pies, tranquila. Iba todo perfecto, estaba a punto de coger la perilla de la puerta de mi hogar cuando paré en seco, su grito me detuvo.

—¡ESPERA!— oí como la puerta del auto se cerró —Ehh... niña.

Con desespero traté de abrir la puerta de mi casa... estaba cerrada.

—Tranquila... no te haré nada— el hombre misterioso levantó ambas manos en señal de inocencia, yo aún seguía de espaldas a él—Lo siento, solo quería preguntar... ¿Conoces a ________...?

Mierda... recordé lo que mi madre me dijo en algún momento "Si las personas con las que trabajo te hacen alguna pregunta, solo di no a todo"

—No— dije secamente.

—¿Qué? Diablos... estaba seguro que era aquí, debe estar mal la dirección— revisó su teléfono, tratando de corroborar si había llegado al lugar correcto —Pero la dirección está bien, seguro se mudó hace poco...— susurró para si mismo.

Pensé una y mil formas de escapar de esa situación.

¿Si entro por la ventana? ¿y si corro? no, seguro es más rápido que yo... YA SÉ, gritaré a todo pulmón, seguro Shin me escuchará y vendrá con sus amigos a rescatarme.

Mi pobre mente de niña inocente, Shin estaba en el taller ese día. 

—Lo siento por molestar niña, solo busco a mi hi...

Me di la vuelta con los ojos cerrados, tenía miedo. Tomé aire, la mayor cantidad posible que me permitan mis pulmones, en cuanto abrí los ojos el aire se dispersó, mi boca se abrió formando una "O" debido al asombro.

No puede ser... era como verme en un maldito espejo.

Es igual a mí... o yo soy igual a él.

Desde el color de piel hasta la forma de los labios, éramos exactamente iguales... ese hombre era realmente hermoso, sus rostro era muy armónico y parecía bastante joven. 

Ya entiendo porque me odia mi madre...

—Si eres ________....- sus ojos se abrieron tanto que parecía que escaparían de sus cuencas, esto fue hasta que las lagrimas se acumularon en ellos —Yo.. eh...— las palabras no salía, pasó su mano desordenando ese cabello oscuro como el carbón y limpió las lagrimas que escurrían sus hermosos ojos color rubí con la manga de su chaqueta de cuero.

—¿Quién eres...?— esto ya me estaba pareciendo muy raro, no estaba entendiendo nada.

—Te he buscado por tanto tiempo...— ignoró totalmente mi pregunta, su voz se cortó, estaba a punto de llorar —________, yo soy tu...