Quiero ir al infierno...
Porque de ahí provengo.
Porque en mi oscuridad me entiendo;
me veo, me distingo e identifico.
Porque ahí, mi sombra y yo nos abrazamos;
dejamos de diferenciarnos, de discutir, de desencontrarnos.
No tuve Dios, ni tengo deidades.
No existirán para mí demonios.
Solo veo en el infierno, del que tanto hablaban y aún temen;
un cómodo lugar donde reposar mis pensamientos,
y conseguir tibieza en la soledad de su silencio.
Donde el aire fluye sin interrupciones,
porque los temores ajenos,
me regalan la seguridad de tener lejos a los cobardes,
y cerca a aquellos que no temen entender sus propios tormentos.
S.F.Milá
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Mentes ansiosas
Non-FictionDurante los procesos creativos, y los de la vida en general surgen emociones demandantes, controlables e incontrolables. Nuestra mente nos transforma, nos desintegra y nos integra. Son tantas las cosas que nos suceden, mientras avanzamos Sobre los l...