Realidades inevitables

2 0 0
                                    

Lloramos el recuerdo de la joven persona que fuimos.

Y aún seguimos anhelando la plenitud,

la buscamos eternamente.

Como si esta eternidad fuera bebible,

aunque el tiempo fluya como el agua.

Le damos el lugar a la ignorancia,

por cansancio.

Porque somos amantes del ocio.

Concebido por lo que realmente es,

tomarse el tiempo de apreciar todo.

Cuestionar, hasta lo que aseguras saber.

Cuestionarte,

no es castigar tu mente filosofal,

dice mi conciencia,

tratando de limpiar las memorias.

Pero aun así, mi persona de hoy.

Seguía tratando de entender el exterior.

Mi ermitaña criatura interior,

a la que se le explota el alma,

cuando ve a la masa moverse irracional.

Y llora su interior,

a veces de emoción, a veces de pena.

Mi sosegada criatura adoradora del silencio,

se sumerge en la música.

Intentando llegar a la plenitud,.

Sosteniendo en su mente palabras

generadoras de vibraciones positivas.

Mi paciente y adormilada criatura,

Intenta no explotar.

Se esfuerza por ignorar,

las disonantes entonaciones innecesarias,

del que no se detuvo a disfrutar el silencio

o simplemente idolatra el sonido de su propia voz.

Mi pobre criatura pacífica.

Intenta ensordecer, una vez más,

la ruidosa ignorancia de las masas fúricas.

Y como ser pacifista apasionado,

entra en una apreciación del interior.

Coloca la almohada sobre su cabeza,

toda herramienta es válida.

Para paliar el insomnio,

de la dichosa adultez.

Se acomoda para intentar dormir.

Al menos, un momento más.

Hasta que el mundo exterior,

quiera hacerse notar nuevamente. 


S.F.Milá

Mentes ansiosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora