Hola, traigo nuevo capítulo! Espero que les guste.
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Cuando despertó, a las últimas luces del atardecer, William se sintió desconcertado. Estaba envuelto en la oscuridad del ataúd, pero lo último que recordaba era yacer entre los brazos de Sherlock. Pensar en él hizo que sintiera una punzada en el corazón; otra vez había sido incapaz de decirle toda la verdad. Creyó que podría revelarlo, pero fue débil y acabó dejándose consolar por él.
Nada perduraba en el tiempo, y aun así intentaba aferrarse en vano a ese presente junto a Sherly, el hombre que decidió amar a un monstruo.
―¿Le dijiste a Holmes que vamos a viajar? ―le preguntó Louis más tarde esa misma noche, cuando se pasó por su dormitorio antes de que salieran a sus citas alimenticias.
―Aún no, aunque siendo él se enterará pronto de todas maneras.
Su hermano lo contempló con expresión pensativa y no dijo más. Incluso cuando Sherlock no le agradase del todo, sabía que intentaba ser considerado.
Abrió las ventanas para recibir el viento y echar un vistazo al mundo exterior cuya actividad menguaba debido a la hora. Podía oír a los humanos; por instantes casi se perdió en aquel murmullo, como si estuviese buscando entre las voces una solución a su dilema.
Súbitamente determinado, Louis se levantó de la banqueta al pie de la cama y se le acercó. Puso la mano sobre su hombro para que se volteara a mirarlo.
―Yo me adelantaré ―le dijo, observándolo fijamente―. Iré con Moran y así tendrás tiempo suficiente para prepararte.
Se quedó sin palabras por un momento, tentado por la oferta y a la vez sintiendo repulsión por sí mismo al imaginarse aceptándola. No estaba seguro de hasta qué punto su hermano pudo ver a través de su fachada de impecable compostura.
―No, eso no estaría bien ―contestó al reaccionar, con una pequeña sonrisa para disuadirlo―. No es justo que te lo deje ti, aunque sea por poco tiempo. Además, sé que quieres que nos reunamos todos otra vez.
Claro que lo deseaba, aunque nunca se lo fuese a oír decir. Por su culpa Louis se había visto obligado a cargar con aquella maldición, y otra vez por su causa es que su pequeña familia terminó desmoronándose. Con expresión compungida, su hermano miró hacia otro lado.
―No es importante lo que yo quiera ―musitó, pero luego hizo una pausa y al final se dio por vencido―: Le confirmaré a Moran lo que decidiste.
Agradeció el gesto sonriéndole de cuenta nueva y él le dejó a solas por un rato. Suspiró en cuanto se fue; apoyó entonces las manos en el marco de la ventana como si quisiera escapar. En realidad, le provocaba aflicción que incluso a esas alturas Louis continuara abandonando sus propios deseos para apoyar los suyos, pero no tenía derecho a reprochárselo. Intentar hacer lo que fuese mejor para todos era lo único a lo que debía aspirar.
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Sherlock continuó dándole vueltas al asunto durante los días siguientes. Entrañaba más gravedad de la que supuso en primer momento; de otra manera, Liam no se habría empeñado tanto en mantenerlo al margen. Tantas excusas y secretos le preocupaban a la vez que absorbían toda su atención. Quería confiar, esperar a que le llamase por teléfono y decidiera compartirlo, pero aquello era un reto difícil para alguien acostumbrado a perseguir enigmas como él. Estaba muriéndose de la impaciencia, tanto que llegó a saltar en el asiento cuando tocaron a la puerta de su habitación.
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La sangre entre nosotros
FanfictionLuego de superar sus diferencias, el atrevido Sherlock Holmes y el vampiro William entablaron una relación y ahora son felices el uno con el otro. Sin embargo, la vida puede ser eterna pero nunca idílica: el pasado no desaparecerá ni aunque lo encie...