Capítulo 7

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A la mañana siguiente me desperté y me quedé mirando al techo pensando sobre todo lo que me había pasado la anterior noche.

¿Realmente Brian tenía intenciones de hacerme daño?

Cerré los ojos de nuevo y empecé a recordar ese terrorífico día en el instituto, sin ningún motivo.

"Era principio de curso y apenas conocía a nadie, todo era tan tranquilo y tan normal, todo iba tan bien, tenía buenas calificaciones, empezaba a conocer a mis compañeros, pero un mes después, el 16 de octubre cambió todo y ¡PUM!"

Abrí los ojos con la respiración un poco acelerada.

No, no puedo recordarlo todavía, no estoy preparada.

Me levanté y me pasé las manos por la cara, intentando tranquilizarme. Sentía la necesidad de distraer mi mente y olvidarme del tema, así que me cambié poniéndome mis zapatos de deporte y me fui a correr.

Mientras escuchaba una de mis canciones favoritas de Queen, mi cabeza se encontraba en otra dimensión paralela a la nuestra. No tardé más de veinte minutos en estar roja y cansada, pero además, esos minutos fueron suficientes para decidir lo que quería hacer este verano con mi vida.

Volví a casa y me di una ducha de agua fría, cuando salí me metí en mi portátil para mirar una carpeta, en la que tenía unos documentos que nunca le había enseñado a nadie, ni siquiera a Darío.

Tras pensarlo por un momento, negué con la cabeza y apagué el portátil cerrándolo.

Hoy no es él día.

De repente recibí una llamada de alguien que no me esperaba, era Rebeca. No lo dudé ni un segundo y descolgué.

-¿Rebeca?

-Ey Jane, ¿Qué tal va el verano?

-Bueno, en estos momentos está siendo un poco aburrido, pero me va bien, no me puedo quejar- reí un poco mientras daba vueltas en la silla de mi escritorio- ¿Cómo te va por la casa de tu abuela?

-Pues.. lo cierto es que he vuelto ya. ¿Te gustaría ir a dar una vuelta y así nos ponemos al día?

-Oh si claro

-Genial, ¿En el parque en veinte minutos?

-Me parece bien.

-Vale pues hasta ahora.

Colgué el teléfono después de despedirme y cogí lo primero que tenía en el armario para ponermelo.

Salí de casa dirigiéndome al parque y cuando llegué vi a Rebeca en uno de los bancos, así que me apresuré a ir con ella.

Una vez que me vio se levantó y nos dimos un abrazo fuerte, uno de esos abrazos llenos de amor que no te da cualquier persona.

-Te he echado de menos - sonríe.

-Y yo a tí -se separó- ¿y... te ha pasado algo interesante mientras yo no estaba?

Nos sentamos en el banco, mientras me ponía bien el pelo y pensaba un poco la respuesta.

-Mm... pués no mucho la verdad.

Me miró mientras sonreía con una mirada de no estar muy convencida.

-¿Estás segura?- insistió

Me da que sabes tú más que yo.

-Te lo ha contado Darío todo ¿Verdad?

-¿Qué? ¿Darío? ¿Ese quién es? - sonrió inocentemente.

-Lo sabía- negué con la cabeza con una leve sonrisa.

Un verano inolvidable a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora