To rent¹ ☘ ChanIn

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El pelinegro lanzó todos los platos que estaban en la mesa, causando un estruendoso ruido que hizo que los más pequeños de la casa estallaran en llanto y buscaran con desesperación a su madre.

—Te vas de esta casa... No he de aguantar una mierda más de tu parte, Chan —dijo en alto el Alfa, mientras el más joven alzó una ceja y enfrentó a su padre, poniéndose de pie y haciendo una mueca de burla.

—No hacía falta que rompieras la vajilla de mamá para decírmelo, has despertado a tus nietos y les causarás pesadillas —habló en un tono amable—. Sobre lo que dijiste —procedió acariciando los castaños cabellos de la chica que estaba a su lado—, sí, me iré. Sabes que llevo tiempo queriendo dejar esta mugrienta casa... Gracias por darte cuenta que no quieres a tu último hijo y lo puedes dejar libre de tus asquerosas manos... Me retiro.

Bang Chan no se clasificaba como un Alfa dominante y rudo, simplemente trataba a las personas como ellas lo trataban a él.

Salió de Busan en camino a Seúl, no quería ni siquiera vivir en la misma zona que su familia. En el trayecto llamó a un viejo amigo para que le ayudara a conseguir algún sitio donde pasar algunos días en lo que consigue algo propio y comienza a trabajar.

Era un Alfa bastante tranquilo, tenía sus estudios acabados y había hecho las prácticas correspondientes y ahora solo debía buscar un sitio donde ejercer su profesión.

Apenas alcanzaba los veintitrés años y a lo largo de su vida pudo ver como su familia intentaba manipularlo para conseguir cosas a cambio.

Los odiaba.

Pero bueno, será un tema del que hablaremos más tarde.

Llegando a Seúl, visualizó rápidamente a cierto pelinegro amargado, con ojos rasgados, cubre bocas y vestido de negro.

—Changbin hyung —saludó feliz de verle, el contrario hizo una mueca cuando el menor le abrazó.

—Vamos, Félix me espera.

Caminaron mientras el pelinegro hablaba animadamente de su vida en Busan, hablando de su familia y estudios, mientras el mayor le escuchaba atentamente.

—¿Me vas a acoger en tu dulce hogar, Yoonie hyung? —cuestionó el menor en un suave tono haciendo que el otro le viera con asco.

—Sabes que vivo con mi pareja y jamás dejaría que otro Alfa viviera bajo mi techo, en resumen; no —ahora daba miedo por la amenaza que le ofrecía.

—¿Sabes de algo que sea justo para mis bolsillos?

—El amigo de Félix está alquilando una habitación, podría interesarte. Es aquí —indicó abriendo el portal y dejando que Chan y su maleta pasaran.

—Me va a cobrar un riñón por mes, esto se ve más lujoso que la propiedad de mi tatarabuelo... —puchereó, Changbin solo negó levemente.

—Trata de caerle bien, es algo... antipático sí lo ofendes...

—¿Un Alfa amargado? —preguntó saliendo del ascensor y el pelinegro negó caminando hasta la puerta del peligris.

—Un Omega con los pantalones bien puestos —respondió tocando el timbre, su pequeño novio fue el que abrió la puerta.

—¡Channie!

—Ni un centímetro más, Park —avisó el azabache alzando su mano para poner un límite al bajito—. La anterior vez Changbin casi me parte los hijos de abajo y no pienso pasar por algo igual otra vez...

—Traumaste al muchacho —se quejó el rubio pasando, Changbin solo sonrió de lado y le siguió.

En la entrada el azabache dejó sus pertenencias y pasó viendo todo con la boca abierta ya que se veía bastante lujoso y cuidado. Siguió al mayor y cuando llegó al salón juró que sus ojos se abrieron demasiado y no disimuló bien cuando tuvo que presentarse. Ese chico era hermoso.

—Innie, te presento a Chan era amigo de Changbin cuando estaban en secundaria, acaba de llegar de Busan —presentó el rubio y Chan hizo una reverencia un tanto exagerada, sonriendo abiertamente cuando el peligris le devolvió la sonrisa.

—Mucho gusto, Chan. Puedes llamarme Jeongin o simplemente In...

"Me gusta más amor de mi vida"

—Bueno —cortó Félix yendo a la cocina seguido de Jeongin—. He traído mochis, hay de fresa, Channie —comentó sacando las cajas de dicho alimento—. Y de té verde también, Innie.

El peligris aplaudió contento y se sentó en la mesa a esperar que todos hicieran lo mismo, no aguantando las ganas cogió un Mochi de fresa y se lo llevó a los labios. Disfrutando el sabor de este.

—Se siente como si te estuviera comiendo —murmuró el azabache mayor y Félix le dio un leve golpe—. No sé cuál me gusta más...

—Los estamos escuchando y es incómodo —Chan cogió un mochi de fresa y apuntó a la pareja.