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—¿Quieres que te acompañe? —preguntó el pelinegro con sus manos entrelazadas y detrás de su espalda, el mayor solo negó con una sonrisita y cogió su abrigo—. Pero... el mes que viene das a luz y... sólo me has mostrado fotos... me gustaría verlo...

—¿En serio? —habló sorprendido el Omega, ladeando su cabecita a un lado al no creer las palabras del menor. Normalmente un Alfa nunca acepta un hijo que no sea suyo, pero Chan parece no darle sentido a eso, pero cobra sentido cuando se da cuenta que Chan no es nada suyo y, por ende, no pasa nada—. Oh... vente entonces...

Y así ambos fueron a la cita mensual del mayor, el mes pasado fue algo movido, ya que Jeongin fue a comprar lo necesario para el bebé. El niño se llama Yang Chanhee, un bebé muy sano y con análisis comprobados, un pequeño Omega va a nacer el 19 de febrero.

Compró una cuna blanca, un cambiador y un armario para ordenar su ropa, también en días sueltos compró pañales y biberones, Chan le había regalado algo de ropa y de vez en cuando le traía juguetes. Parecía muy emocionado con el nacimiento del bebé.

—No caminas mucho, es una gran ventaja que el departamento esté cerca de todo... —Dijo el azabache con las manos en los bolsillos mientras el mayor estaba sentado esperando su turno.

—Sí, es grandioso no caminar mucho, con esta panza es incómodo hasta bañarme... —puchereó el peligris.

Chan no podía estar más enamorado del mayor... cada detalle, cada gesto, por más mínimo que fuera, el azabache quedaba encantado... Lástima que el castaño no lo note y pase por alto los sentimientos del pobre chico que cada día hace lo imposible por tratarlo como un rey.

Y Chan no descubrió esa faceta que dice el mayor, no es sumiso, pero es muy amable. Eso sí, Chan pasa alrededor de diez minutos diarios en su habitación cuando el castaño se baña porque desprende un aroma tan delicioso que él no puede controlar a su lobo y va a la habitación del castaño.

Y Jeongin... bueno, él quiere ver cómo van las cosas cuando su pequeño nazca.

—Bien, Jeongin, Chanhee está listo para nacer solo faltan algunas semanitas... —dijo su médico contento—. Es posible que ahora empiecen a haber náuseas o mareos, por lo cual te recomiendo un menú para que eso no suceda o no sea tan fuerte. Veo que has venido con tu pareja, un gusto conocerlo, déjeme decirle que su pareja es un excelente Omega cuando de su cachorrito se trata. ¿Me dice su nombre y su número de teléfono por cualquier cosa?

Ambos se miraron mutuamente, ¿tenían que aclarar que no eran pareja?

—Bang Chan —dijo el Alfa y seguido dictó su número de teléfono, ni Jeongin ni él aclararon que no eran pareja, pero se sintió bonito para el menor de ambos.

—Oh, ya veo por qué vuestro cachorrito se llama Chanhee, una buena elección de nombre —comentó poniéndose de pie—. Ya sabe, joven Yang. Vamos a ver a Bang Chanhee...

Y Jeongin se permitió soltar una risita, mientras Chan fruncía el ceño divertido ante lo que estaba pasando.

—Mmm... Chanhee está como siempre de sano, al parecer me has hecho caso y has empezado a comer más... —comentó—. Ha ganado algo de peso, eso es bueno para él, pero me temo que tú serás quien los traiga al mundo y... ya te podrás imaginar lo que va a doler...

El azabache contemplaba la imagen de un bebé claramente en la pantalla negra, se veía súper grande y ante las palabras del médico sonrió enternecido.

—No me quite la ilusión —dijo con un puchero.

—Bueno, eso es todo, la siguiente cita es dentro de dos semanas y sería la última antes de entrar en proceso de parto. Los veo dentro de dos semanas...

Ambos salieron algo extrañados.

Su relación hasta ahora era de amigos muy amigos, es decir, Chan está totalmente enamorado del mayor pero no quiere parecer un Alfa necesitado y menos pasarse con él. Y Jeongin está abriendo un poco su corazón al menor pero no tanto, sigue teniendo desconfianza y miedo a enamorarse. Nunca le ha pasado algo así y nunca había visto a alguien tan preocupado por él -exceptuando a Félix-, así que quiere vivir algo más de tiempo con el azabache y ver qué tal van las cosas cuando Chanhee nazca.

El nombre de su bebé se debe a su abuelo, pero también al azabache.

El nombre de su bebé se debe a su abuelo, pero también al azabache

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