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El azabache felicitó al bebé por terminarse su biberón, normalmente lo deja o escupe, pues odia el biberón. Prefiere la leche que le da su papá, además de comer, él lo acaricia y lo mima. Solo por eso aceptó el biberón, porque Chan le acarició las mejillas y le consintió.

Caminó hasta la cocina y de paso aprovechó a sacarle los gases al bebé.

Pero él tenía otros planes pues no quería salir de casa por la enorme tormenta que caía y quería jugar con el pequeño, pero Chanhee era muy dormilón, se acomodó en la curvatura de su cuello y el cogió de la camisa, llevándose un dedito a la boca.

—Duermes mucho... —se quejó el mayor y fue hasta su habitación, si el bebé dormía, él también.

Una hora después, Chan sentó al castañito en su silla para comer y le preparó una papilla de fruta, el nene estaba contento de no ir a la guardería, gustos como estos valen oro.

Después de comer, Chanhee y el mayor jugaron en la sala con algunos juguetes que tenía el pequeño, parecían padre e hijo.

Luego tocó la hora de comer y el castañito estuvo dentro su sillita esperando a que el azabache le alcanzara algo de comer, que eran pedacitos de pan.

Se la pasaron el día entero jugando, comiendo y durmiendo.

A eso de las ocho, marcó al padre del bebé para "preguntar qué tal su día" cuando en realidad estaba loco por ir a buscarlo. Y así lo hizo, se colocó al bebé en la mochila especial que tenía y fue en busca del castaño.

El bebé iba de lo más contento en brazos de Chan, él de verdad estaba asociando un lazo muy fuerte con el azabache.

—Te dije que no vinieras —renegó el castaño colocándose el abrigo y el gorro—. Hace frío y Chanhee se puede enfermar...

—Chanhee está abrigado y hace falta sacarlo a que le dé un poco el aire, además, es tarde y te podría pasar algo si vas solo. Vamos y deja de quejarte por nada... —Cogió la mano del menor y empezaron su camino a casa— ¿Estás cansado?

El castaño estaba rojo de la vergüenza, pero el abrigo que llevaba le cubría hasta la nariz y supo disimular muy bien.

—S—sí... hay mucha gente con alergias y esas cosas... —Susurró, dejándose llevar por el menor— ¿Cómo te ha ido a ti con Hee?

—Sabes que no molesta, ha comido muy bien y ha dormido lo suficiente como para dormir del tirón esta noche...

—Eso lo dices tú, luego está despierto a las cuatro de la mañana pidiendo pecho... —se quejó el castaño haciendo un puchero.

Siguieron hablando por todo el camino y a decir verdad el mayor estaba más tranquilo si Chan lo recogía del trabajo. Se sentía protegido y en parte no le gustaba pues ya dependía de una persona para poder llegar seguro a casa, cosa que nunca necesitó.

Y se notaba que Chan era un Alfa hogareño, además de tratar al cachorro como su propio hijo, hacía todo en la casa, hasta cocinaba para el castaño, quien no podía defenderse bien en la cocina.

—No sé por qué haces tantas cosas por mí... —murmuró el castaño cuando entraron a casa y comenzaron a quitarse los abrigos.

—¿Por qué no? —preguntó divertido el menor.

"Es mi Alfa"

Jeongin se quedó estático, estaba apenas colocando el abrigo en el perchero cuando su lobo hizo acto de presencia, soltando aquello que le dejó pálido.

Al girarse se encontró a Chan jugando con las mejillas del bebé, al parecer su lobo no lo notó, así que agradecía eso. Por otra parte, estaba su lobo, moviendo la colita de un lado a otro contento.

—Si quieres puedes darte un baño antes de comer, a Chanhee le he bañado en la tarde antes de su segunda siesta...

—Uh, gracias, después le toca comer —dijo ahora caminando hasta su bebé y cargarlo, era un bebé gordito y sano, muy caprichoso pero muy tranquilo cuando quiere—. Ahora vas a estar un rato con papá~


(...)

Chanhee se quedó dormido en los brazos de Jeongin, quien también dormía acurrucado entre las sábanas del sillón pues estaban viendo la tele cuando le estaba dando de comer al pequeñito de la casa.

Y Chan murió de ternura pura ver a aquellos dos dormir tan tranquilos...

Ante la pregunta antes hecha por el Omega, de los labios del menor querían salir otras palabras, le quería decir que lo hacía en un intento de cortejarlo, pero no tuvo la valentía de decirlo, además, llevaba al bebé en brazos y...

Y luego estaba el llamado del Omega de Jeongin hacia el suyo, supo disimular, pero casi se le sale el corazón cuando su lobo contestó bajito pues era muy tímido. Tal vez por eso le decía su padre que no tenía lo que tenía que tener para ser un buen Alfa, su lobo nunca antes se había interesado por algún Omega, jamás le pareció atractiva alguna chica o chico.

Pero con el Omega de Jeongin estaba súper meloso y juguetón.

—Si te pudiera decir todo lo que siento... —murmuró el Alfa acariciando levemente el cabello gris del mayor con sutileza—. Si te pudiera confesar que me encantas y que quiero formar una familia contigo... no me creerías por ser apenas un niño para ti...

Y la diferencia no era mucha, Chan tenía veintitrés y Jeongin veinticinco, rozando los veintiséis.

Suspiró rendido y retiró de los brazos del mayor al bebé, llevándolo luego a la cuna para que durmiera tranquilo, seguido de él llevó a Jeongin, cargándolo como princesa y dando un pequeño beso en su mejilla cuando le acostó.

Salió de allí como en la mañana, sonrosado y eufórico.

Salió de allí como en la mañana, sonrosado y eufórico

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To rent¹ ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora