To rent¹ ☘ ChanIn

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[Un salto en el tiempo, no se asusten si ven a los niños hablando normal]

El azabache observó al otro azabache pinchar repetidas veces el botón del microondas, siendo incapaz de poder abrirlo, había metido dentro un yogur que según él se haría más grande pero ahora olía a quemado y el tamaño era el mismo. Preocupado golpeó el aparato, sin resultados pues seguía la puerta cerrada.

—¡Chanhee Hyung! —gritó asustado, el niño de diez años le observó con una ceja alzada—. ¡Se atoró, se atoró! ¡Papá me va a matar! ¡Ábrelo, hyung!

Sin mucha prisa, el castaño presionó con fuerza y la puerta se abrió, el yogur quemado de Shota es encontraba ardiendo.

—Ni te atrevas a tocarlo, te vas a quemar, deja que se enfríe y luego lo tiras a la basura.

El azabache asintió, pero al girarse, se encontró con la mirada afilada de su padre.

—¿Me podrías repetir las normas de la casa, Shota cariño? —preguntó y Chanhee se escapó antes de que lo regañara a él también. El niño pasó saliva, jugando con sus deditos asintió lento.

—No molestar a Jisung cuando está estudiando..., no hacer muchas preguntas a Jisung porque se estresa...

—Puedes saltar las de Jisung —dijo y el azabache pasó saliva.

—No entrar a la cocina y hacer travesuras, recoger siempre el salón, asegurarse de cerrar grifos y cerrar puertas...

—Bien —felicitó su padre—. ¿Me podrías decir ahora qué estabas haciendo?

—Es que... tú metes cosas en el horno y crecen, quería ver si metiendo el yogur crecía también... —hizo un tierno puchero que era la viva imagen de Chan, él sonrió levemente y revolvió el cabello negro de su hijo.

—Shota, puedes preguntarme a mi primero antes de experimentar por tu cuenta, ¿sí? —el niño asintió culpable—. Tienes que hacer tus deberes antes de entrar a clases.

—Lo he terminado ayer —dijo orgulloso.

—Bueno, vete a jugar con tus hermanos y no molestes —el azabache asintió contento y se fue.

Su vida en estos casi seis años había sido muy tranquila, pero a pesar de estar solo al cuidado de los tres niños, supo aprovechar bien las horas.

Consiguió un nuevo trabajo, desde la mañana hasta tarde, por los niños no se complicó mucho, en primer lugar, porque Chanhee tenía la posibilidad de tener extra escolares y lo apuntó a unas cuantas, igual con los otros dos.

Al llegar a casa hacía la comida él y otras veces Jisung, que seguía viviendo con ellos.

Tenía ahorrado algo de dinero para futuros planes y por el momento todo iba bien.

O, mejor dicho, casi todo, su Omega está triste siempre, pero la sonrisa de sus cachorros le hace reír de vez en cuando, la peor noche para él fue cuando tenía siete meses de gestación, se levantó en la madrugada con ganas de vomitar, pero al llegar al baño, sintió una punzada en el cuello y supo lo que era en realidad. Tuvo que meterse en la bañera de forma rápida pues la sangre salía a montones y no estaba preparado para algo así sobre todo porque nunca le pasó.

Lloró por el resto de la noche, sabía que Chan no estaba enterado del segundo bebé y por eso lo hizo, pero sin saberlo, rompió dos lazos en uno, el de Jeongin y el de Shota, que cuando nació únicamente reconocía a Jeongin. El de los niños fue más llevadero, ya que cuando dormían sintieron punzadas en el vientre, pero menos dolorosas que las suyas en el cuello.

Cómo Chan firmó los papeles de las custodias, los tres niños llevan Yang.

Para Chanhee fue raro hacerse llamar Yang Chanhee en vez de Bang Chanhee a lo que ya estaba acostumbrado.

Esta tarde, los niños se fueron a jugar a la habitación con las consolas que Minho les regaló, y él se quedó en el salón revisando su teléfono.

No se acordaba que cuando sentenciaron a Chan, puso un recordatorio dentro de cinco años, justo le llegó la notificación, bajando la pestaña observó las palabras escritas.

"Se cumplen cinco años, castigo cumplido"

Sonrió al recordar que fue Chanhee quien lo dijo así y por eso lo nombró así.

Suspiró restándole importancia, seguiría con su vida como estaba haciendo hasta ahora, todo iba bien y para él, era suficiente.